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Estrategias de despojo territorial

El caso de la defensa del bosque en Xochicuautla (Estado de México)

Fuentes: Investig Action

La impotencia, la rabia y la tristeza se apoderaron de las redes sociales a principio del mes de abril, en fotografías se podía corroborar lo que meses atrás la comunidad de Xochicuautla venían denunciando. Sobre la montaña yacían los pedazos de cemento de la casa del delegado de la comunidad Armando García. La vivienda fue […]

La impotencia, la rabia y la tristeza se apoderaron de las redes sociales a principio del mes de abril, en fotografías se podía corroborar lo que meses atrás la comunidad de Xochicuautla venían denunciando. Sobre la montaña yacían los pedazos de cemento de la casa del delegado de la comunidad Armando García. La vivienda fue destruida por maquinaría de la empresa Autovan, encargada de la construcción de la autopista Toluca-Naucalpan.

Desarrollo y disputa por el territorio

Innumerables y dramáticos son los casos de despojo que a nombre del desarrollo y el progreso se imponen de manera violenta por parte de los gobiernos y clases dominantes en Latinoamérica, una disputa por territorios, que a su vez son concebidos y construidos desde diferentes concepciones e intenciones. Por un lado, las que a nombre del progreso y el desarrollo subordinan e incluso destruyen todo a su paso: seres humanos, naturaleza, memoria, en sí la vida misma, un proyecto de muerte en función del lucro y las dinámicas del mercado capitalista. Del otro lado, un sin fin de formas de vida heredadas y re-significadas, que resisten a la subsunción de la vida-en sus diferentes expresiones- al capital, y que por ende defienden otros saberes, otras prácticas.

Se dibujan de esta manera escenarios de lucha en los que están en pugnalas ideas sobre el territorio, desde aquellas que lo simplifican a aspectos físicos o geográficos, hasta las que lo conciben en su complejidad como una construcción histórica con enredados entramados sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales; dentro de esta amplia gama de comprensiones y sobre todo en las prácticas de apropiación y transformación del mismo,es que los actores se disputan la esencia misma de la existencia, la vida.

Los actores del desarrollo en su versión de «crecimiento económico» y «progreso material» apelan a una necesaria evolución y subsunción de los territorios a las dinámicas del mercado, y lo hacen desde una conceptualización en la que, como lo analiza Gudynas (2011) están presentes de manera hegemónica las visiones de eficiencia y rentabilidad económica en un horizonte de modo de vida occidental. Aunque dicho enfoque ha sido criticado y refutadodesde nociones que recuperan el tema del desarrollo centrado en las personas, o por corrientes como el Desarrollo Sostenible,éstas han estado lejos de lograr un viraje en los contenidos del Desarrollo y sigue siendo éste un sinónimo de crecimiento económico.De hecho los propios gobiernos de corte progresista no han logrado una distancia crítica e impulsanun modelo de desarrollo neoextractivista, que aunque se diferencia de gobiernos de corte neoliberal en cuanto al papel del Estado, siguen adoptando estrategias de «apropiación masiva de la Naturaleza, economías de enclave y una inserción global subordinada» (Gudynas, 2011:35).

Es en este contexto que surgen corrientes de crítica radical a las bases mismas de la idea del desarrollo, una de las más importantes denominada Posdesarrollo, el cual ha puesto en la discusión la posibilidad de alternativas al desarrollo así como la visibilización de otros saberes y prácticas, de modos de vida críticos al modo de vida neocolonial, «moderno» y capitalista. Asimismo para comprender estos territorios en disputa es importante mencionar que se trata de procesos de violencia cruenta por parte de los actores hegemónicos, tal y como lo describen Composto y Navarro (2014:14):

«Lo que nos muestra la historia latinoamericana es que esta guerra que los poderosos describen como una guerra en contra de la «barbarie», de la «tradición» y del «subdesarrollo», en realidad es una guerra en contra de esas formas distintas de relacionarse con el mundo. Esas formas distintas de concebir la propiedad, el trabajo y la vida son las que están siendo atacadas desde hace más de quinientos años en la región y, sin tregua, desde hace aproximadamente una década, en un nuevo ciclo de acumulación capitalista que busca acabar con la crisis financiera mundial».

El caso del territorio ancestral Ñathö en San Francisco Xochicuautla, Estado de México.

El amor por el territorio y la necia idea de proteger la vida misma han llevado, desde hace casi una década, a que hombres y mujeres pongan el cuerpo y se deshagan del miedo. Y es que enfrentarse a la ambición de los grupos de poder no es una tarea fácil, pero para esta comunidad indígena ubicada en el Estado de México, imaginar campos de golf, fraccionamientos residenciales, empresas multinacionales y una autopista sobre las montañas que les dan de comer, les da la valentía que hay que tener para enfrentarse a un gobierno como el actual, que con sus políticas ha sumergido a este país en una grave crisis en materia de derechos humanos.

La impotencia, la rabia y la tristeza se apoderaron de las redes sociales a principio del mes de abril, en fotografías se podía corroborar lo que meses atrás la comunidad de Xochicuautla venían denunciando. Sobre la montaña yacían los pedazos de cemento de la casa del delegado de la comunidad Armando García. La vivienda fue destruida por maquinaría de la empresa Autovan, encargada de la construcción de la autopista Toluca-Naucalpan. Los trabajadores de la filial del Grupo Higa sabían que lo que estaban a punto de hacer no era ni legal ni legítimo, porque entraron custodiados por más de 400 elementos de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CES). Todo esto se hizo a pesar, no solo de las batallas legales ganadas, sino de la protección brindada por el Mecanismo Federal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, otorgadas a individuos y grupos que se encuentran en riesgo.

Autovan sigue trabajando en el trazo de la autopista (ver mapa) a pesar de que el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, se comprometió a detener la obra, no traiciónó a la comunidad de Xochicuautla al permitir la presencia de los trabajadores, sino que también descatóla orden del juez quinto de distrito, que había suspendido las labores de construcción hasta que se solucionara el fondo del juicio. Con todo esto parecer ser que el gobernador Ávila poco le importa lo que ordene la justicia a fin de proteger los intereses de empresarios como Juan Armando Hinojosa, dueño del Grupo Higa y mismo que se vio envuelto en el escandaloso capítulo de la Casa Blanca y los Papeles de Panamá.

Xochicuautla se niega a desaparecer. La construcción de la autopista Toluca-Naucalpan, que conectará la lujosa zona de Santa Fe con el Aeropuerto Internacional de Toluca, afectará por lo menos a 13 poblados.Con su avance, desaparecerán algunas montañas, corazón de la comunidad, así como centros ceremoniales de gran importancia, senderos y rutas sagradas.Sin embargo esta comunidad ñhathö ha puesto literalmente el cuerpo para detener la maquinaría que ya ha arrasado con una parte de sus cultivos y caminos ancestrales, así como las asambleas custodiadas por la fuerza pública donde se pretendió hacer el cambio de uso de suelo, para legalizar el despojo.

El desarrollo construido con cemento

No es la primera vez que esta empresa invade terrenos de Xochicuautla, en el mes de junio del 2015, trabajadores de Autovan entraron a la comunidad custodiados por granaderos y arrasaron con más de 23 kilómetros de bosque y cultivos de maguey, maíz, haba y papa, y para borrar la evidencia los enterró ahí mismo (Rompeviento TV, 2015).

En esta comunidad indígena se repite una vez más la historia de muchos pueblos de México, el gobierno impone megaproyectos apoyado de las fuerzas públicas, engañando a los pobladores con falsas promesas, amenazas, intimidación, fragmentación del tejido social y la muerte.

En el caso de este pueblo, la justicia le ha dado la razón y sin embargo la destrucción de sus bosques sigue, como también sigue la siembra y la instalación de campamentos en las zonas afectadas. Para uno de sus habitantes, sembrar también es una forma de resistir, y entre los escombros se puede observar pequeñas milpas que crecen. Ahora los pueblos del Estado de México se enfrentan a una lucha contra el despojo y por la vida, esa que pierde sentido cuando el cemento vale más.

Bibliografía:

Composto C., Navarro ML. (Comp). (2014). Territorios en disputa. Despojo capitalista, luchas en defensa de los bienes comunes naturales y alternativas emancipatorias para América Latina (1ª. Ed). México D.F.: Bajo Tierra Ediciones. 452 p.

Rompeviendo TV. (2015). Programa Zona de Impacto: tensión en Xochicuautla [Archivo de video]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=g9Xj_RMFaaA Fecha de consulta: 25 de abril de 2016.

Gudynas E. (2011). Debates sobre el desarrollo y sus alternativas en América Latina: una breve guía hederodoxa . En: M. Lang y D. Mokrani (Eds.), Más allá del Desarrollo (pp. 21-53). Quito, Ecuador: Fundación Rosa Luxemburgo y Abya Yala.

Fuente original: http://www.investigaction.net/es/estrategias-de-despojo-territorial-el-caso-de-la-defensa-del-bosque-en-xochicuautla-estado-de-mexico/