Los vehículos eléctricos pueden satisfacer de forma suficiente las necesidades de muchos conductores, hasta el punto de poder reemplazar casi el 90 por ciento de los vehículos que circulan hoy en día por las carreteras. Si eso ocurriera, ¿podría ese parque inmenso de vehículos eléctricos traer una reducción significativa en las emisiones de gases de […]
Los vehículos eléctricos pueden satisfacer de forma suficiente las necesidades de muchos conductores, hasta el punto de poder reemplazar casi el 90 por ciento de los vehículos que circulan hoy en día por las carreteras. Si eso ocurriera, ¿podría ese parque inmenso de vehículos eléctricos traer una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero culpables del cambio climático global?
Unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, acaban de completar el estudio más detallado sobre esta cuestión tan debatida, y han alcanzado una conclusión clara: Sí que podrían, incluso si todos ellos tuvieran la tecnología actual, no versiones hipotéticamente más avanzadas y por ende más eficientes.
Los resultados del estudio, realizado por el equipo de Jessika Trancik, Zachary Needell, James McNerney y Michael Chang, indican que el reemplazo masivo de los vehículos convencionales por otros eléctricos en un futuro inmediato podría tener un papel clave dentro de los esfuerzos tendentes a alcanzar los objetivos de mitigación del cambio climático.
En palabras de Trancik, aproximadamente el 90 por ciento de los vehículos personales que diariamente pisan la carretera podrían ser sustituidos por vehículos eléctricos de bajo coste ya disponibles en el mercado hoy en día, incluso si los coches solo pudiesen recargarse por la noche. En conjunto, y teniendo en cuenta las emisiones contaminantes de las centrales energéticas que proporcionan la electricidad, ello llevaría a una reducción aproximada del 30 por ciento en las emisiones del transporte. Se podrían efectuar recortes más profundos en las emisiones si las centrales eléctricas dejasen de emitir carbono a la atmósfera, por ejemplo mediante la sustitución de fuentes de energía sucia por fuentes de energía limpias y renovables.