México no pagará el muro, el muro lo pagaremos los indocumentados y los ciudadanos mexicanos pobres. De esto debemos dar gracias a los malos gobernantes en México. Con su desbocada batalla contra la civilización, Donald J. Trump ha venido a encender la chispa de la rebeldía en sectores de gentes que jamás en su vida […]
México no pagará el muro, el muro lo pagaremos los indocumentados y los ciudadanos mexicanos pobres. De esto debemos dar gracias a los malos gobernantes en México.
Con su desbocada batalla contra la civilización, Donald J. Trump ha venido a encender la chispa de la rebeldía en sectores de gentes que jamás en su vida han asistido a una protesta o una marcha o un mitin y que ahora se sienten también abusados y ven sus derechos básicos amenazados. A pocos días de su toma de protesta, las marchas para repudiarlo comienzan a romper records en asistencia.
En estos tiempos de oscuridad para las minorías, se le ha inyectado una dosis extra de estrés a los trabajadores indocumentados, quienes son menospreciados por unos y por otros, expulsados de su tierra por las políticas entreguistas de México y deshumanizados por las políticas discriminatorias de Estados Unidos (EEUU). Con el periodo presidencial de Trump, los golpes contra las minorias, los inmigrantes y los musulmanes apenas comienzan.
En política internacional, EEUU crea migrantes y refugiados en otros países y luego les bloquea la entrada a su territorio. Y van más allá, para Trump y los fieles ‘trompistas’, los migrantes mexicanos son culpables de todos los males que padece EEUU. Para su forma de ver, los trabajadores indocumentados son los torcidos y el multimillonario de Nueva York es un hombre muy honrado.
En México se dice que la seguridad nacional Trump la está poniendo en riesgo, cuando en realidad quienes han puesto en riesgo la seguridad de México y su pueblo, son sus mismos gobernantes.
Si el mal gobierno mexicano no ha sido capaz de usar sus propios recursos energéticos, naturales y económicos para ser una nación autosuficiente, si no ha sido capaz de dar salud, educación y empleos bien pagados a sus ciudadanos, si jamás ha sido capaz de defender a los indocumentados, ¿por qué deberíamos creerles de que ahora sí harán algo? ¿En qué mente cabría que a los cientos de miles de deportados se les dará el recibimiento y atenciones necesarias?
Al injuriar constantemente a México, Trump se topará con un rival fuerte, este rival no lo encontrará en el débil gobierno mexicano, ese rival fuerte lo encontrará en el pueblo mexicano que sí tiene dignidad, ese rival lo encontrará en las propias calles de EEUU cuando los migrantes mexicanos, junto al noble pueblo estadounidense, histórica y masivamente, se tomen las calles de las grandes ciudades para enviar un mensaje de repudio contra las políticas reaccionarias de Trump.
Los inmigrantes indocumentados no están solos, cuentan con el respaldo de la gente libre, consciente y luchadora de los EEUU. La resistencia de las minorías y el pueblo norteamericano consciente ya ha comenzado. Este gran movimiento de resistencia abarcará ambos lados de la frontera y más allá.
De la desgracia mexicana, demos gracias a los malos gobernantes. El país azteca desde hace mucho tiempo debió mirar hacia el sur, dejar de imitar las andanzas de su amo, dejar de entregar su riqueza, dejar de depender del norte. ¡México debe dejar de complacer al imperio norteamericano ya!
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