El sistema está en crisis y desde hace años no hay política pública adecuada, ni suficientes camas, médicos, equipamiento e insumos. El ministerio de Salud ejecutó sólo 60 % de su presupuesto de inversión. El gobierno reacciona debilitando la base de afiliados de la CNS e instaura como novedad la fiscalización en otros ocho entes […]
El sistema está en crisis y desde hace años no hay política pública adecuada, ni suficientes camas, médicos, equipamiento e insumos. El ministerio de Salud ejecutó sólo 60 % de su presupuesto de inversión. El gobierno reacciona debilitando la base de afiliados de la CNS e instaura como novedad la fiscalización en otros ocho entes gestores de la salud.
La salud pública en Bolivia atraviesa por una profunda crisis estructural: no ha resuelto sus problemas de financiamiento sostenible pese a la bonanza de la última década, y más bien sufre por su dependencia de la politización y el centralismo, que por su parte no han podido triplicar el presupuesto que precisa el sector.
En ese trance, el deficiente funcionamiento de la Caja Nacional de Salud (CNS), sustentada por los aportes de trabajadores y jubilados ‒pero detentada por el gobierno y los administradores que nombra o consiente‒ es apenas una llaga del cáncer de inoperancia y corrupción que está carcomiendo la salud pública del país, sin que asome la cura o el milagro a corto o mediano plazo.
Tal estado de situación fue compartido por varios especialistas, entre ellos Guillermo Cuentas y Guillermo Aporte Reyes, durante un encuentro con responsables de los pequeños seguros locales de salud que, alentados por sus ciudadanos, desarrollan dos municipios y dos gobernaciones, pese al exiguo apoyo del gobierno nacional tanto en dotación de items (cargo, sueldo, beneficios sociales) para especialistas como de equipamiento, insumos y medicamentos.
Mientras tanto, el gobierno parecía intentar reaccionar al problema de la CNS debilitándola, al socavar las bases de sus afiliados decretando esta semana la libre filiación de los aportantes a los sistemas de salud.
«Si están en una Caja podrán irse a otra Caja, dijo el vicepresidente y ahora presidente en ejercicio, Alvaro García Linera al anunciar, como novedad, la fiscalización de los otros ocho entes gestores del seguro: Caja Petrolera, Caja de Salud de Caminos, Cajas Bancaria Estatal de Salud y de la Banca Privada, Cordes, el Seguro Social Universitario, Corporación del Seguro Social Militar y el Seguro Integral de Salud.
LAS CIFRAS DE LA CRISIS
Durante la mesa de trabajo de especialistas en salud, se supo que Chile, por ejemplo, de 287.000 millones de dólares de su Producto Interno Bruto otorga 5 % a salud (14.000 MM/$us), Bolivia que promedia un PIB de 30.000 millones asignaría sólo el 10 % (3.000 MM/$us), ni siquiera un tercio, se expuso en el evento realizado el 8 de diciembre, cuyos contenidos serán difundidos en una memoria.
Un indicador más preciso: el Gasto per cápita en salud, señala que Uruguay invierte 1.650 dólares anuales por habitante, pero Bolivia sólo desembolsa 253 dólares al año, pese a que el promedio sudamericano es 753 dólares, por lo que para lograr un sistema adecuado de seguro universal, el país requeriría 7.500 millones de dólares
De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, el presupuesto que ejecutó esta repartición en 2016 fue de 287 millones de dólares (de Bs. 2.700 millones que se le asignó, equivalentes a 382 MM/$us).
De ese monto global el asignado a proyectos de inversión sobrepasó los 202 millones pero el Ministerio sólo ejecutó 120 millones de dólares (59 %), un déficit que es frecuente en la administración pública de los últimos años y que se traduce en ineficiencia en el gasto, habiendo recursos.
FUENTE: https://www.minsalud.gob.bo/transparencia/fuentes-de-financiamiento-2015
Triplicar ese presupuesto como lo demandaría el promedio sudamericano ya no es posible, dijo Cuentas, porque el país desperdició una década de ingresos altos. El economista Aponte Reyes, que fustigó la politización de las decisiones, respaldó la propuesta de un Pacto Nacional para resolver la crisis de la salud en Bolivia.
De manera curiosa, en tanto que las principales causas de enfermedad y muerte de los bolivianos corresponden a enfermedades cardio-circulatorias (11%), cáncer 10% (sobre todo en las mujeres) y enfermedades metabólicas (diabetes, por ejemplo) , se sigue manteniendo un modelo de atención basado en enfermedades inmuno-prevenibles y endémicas.
En cuanto a camas hospitalarias se requiere 25 mil pero Bolivia se ha estancado en 11 mil, por lo que faltan 14 mil camas, coincidieron los expertos en un video registrado por Cedlatv «Balance de los seguros de salud públicos locales».
Igualmente se necesita 2.5 médicos por cada mil habitantes pero se tiene sólo 0,9 en la CNS, y a nivel nacional 1.1, pese a la oferta de especialistas que deambulan buscando un ítem en un centro de salud estatal.
La CNS por su parte ejecuta un presupuesto 2017 de 827 millones de dólares (630 en gasto corriente y 196 en inversiones), que en los próximos diez años se convertirán en un botín de al menos 9.000 millones de dólares en manos de quien la controle, pese a que el Estado nacional en vez de aportar con recursos más bien obtuvo de ese monto unos 24 millones de dólares tan sólo en 2016 por transferencias de la institución para el sostenimiento del Ministerio de Salud y un suborganismo regulatorio denominado INASES.
Los trabajadores aportan el 10 % de su sueldo y los jubilados el 3 % con lo que se reúne la masa anual de 827 millones de dólares en presupuesto, de la cual el gobierno central percibe 5 % para el Ministerio de Salud y 0,5 % para el INASES, monto que para 2017 se acercaba a los 28 millones de dólares de los aportes laborales.
Fuente: Sistema de gestión Pública/MEFP, 2016 . El presupuesto global sin inversiones, asciende a 630 MM$us. Las transferencias al gobierno central suman 27.2 MM$us.
Los jubilados que cuentan con dos votos en un Directorio de nueve miembros han advertido que los actos del actual Gerente son nulos de pleno derecho al no ser convalidados por los directores.
Desde noviembre de 2015, los jubilados han reclamado por la realización de 15 auditorías a diversas gestiones que en estos 10 años el gobierno confió a gerentes generalmente médicos de profesión, cuestionados a su vez por los rentistas que los responsabilizan de monopolizar el control presupuestario de la Caja y sus 14 mil empleados.
La Caja dice atender a 2.9 millones de afiliados y se considera que 1.5 millón de bolivianos son atendidos por otras Cajas sectoriales (petrolera, bancarias, Cordes, universitaria, militar/Cossmil y caminos) y por los antiguos seguros materno-infantil y del adulto mayor (SUMI, SPAM) por lo que se estima que 5.5 millones de personas viven en Bolivia al margen de un seguro estatal de salud, universal y gratuito.
Es decir que casi la mitad de los bolivianos no cuenta con seguro de salud gratuito e integral pese a que el gobierno puso en marcha desde 2008, el modelo de Atención y de Gestión en Salud, Familiar Comunitario Intercultural (SAFCI) y que rige desde 2013 la Ley N° 475 de atención integral y protección financiera en salud de la población beneficiaria que no se encuentre cubierta por el Seguro Social Obligatorio de Corto Plazo.
El mismo personal de la CNS pone su parte en la crisis: aunque se califican de notables las intervenciones quirúrgicas, en general la atención externa al paciente carece de calidad y calidez y los médicos y médicas tienen fama de insensibles y despóticas, lo que lleva a recurrir al servicio privado que extrae al enfermo hasta los últimos recursos sin extirpar los males, en un sistema donde conviven al menos cuatro modalidades de gestión, incluidos atisbos del ejemplo cubano y, en el otro extremo, la atención totalmente librada al gasto del paciente.
«Se dan casos en que uno puede morirse como un perro, porque el corte de energía anula operaciones en un hospital amazónico sin generador autónomo; la gente no tiene ni para un paracetamol, menos para pagar la consulta y ¿cómo puede pagar una Unidad de Tratamiento Intensivo (UTI) sin incurrir en el gasto catastrófico que la demagogia gubernamental dice que trata de evitar?», se cuestionó uno de los participantes que criticó también a los centros médicos que ven primero si el paciente o sus familiares tiene recursos para ser atendido, sin contar con las costosas recetas o los medicamentos repetidos por indolencia o negligencia.
CONFLICTO EN LAS CALLES
Esta semana, el secretario ejecutivo de Federación de Trabajadores de la Seguridad Social (Fensegural), Boris Villa, anunció que había terminado el plazo al Gobierno para destituir al impugnado gerente de CNS, Alfredo Jordán, pero ni siquiera su sustitución solucionará el problema, adelanto el analista Marcelo Silva.
«El Gobierno no toma en cuenta, no respeta a la Central Obrera Boliviana (COB), no respeta a los trabajadores, ya han pasado las 48 horas y no hay respuesta, vamos a tener que continuar con las medidas y radicalizarlas», dijo Villa al informar de la llegada a La Paz de contingentes de otras ciudades para reforzar las medidas de presión.
La COB tenía previsto evaluar la situación este miércoles, aunque su líder, Guido Mitma, fue cuestionado por los médicos y maestros por su presunto acercamiento al gobierno.
Desde diciembre pasado médicos y trabajadores de la CNS, además de todos los jubilados del país demandan que se destituya a Jordán del cargo, por considerar que su permanencia es intromisión política del régimen a la Caja
Otra alta funcionaria cuestionada, la ministra Ariana Campero, señaló que el problema de la Caja no es por una sola persona, sino que es estructural.
ALEGATO 48 HORAS: EVO ¿SE DESDIJO?
El Gobierno informó la pasada semana a la COB que no habrá más discusión sobre el nombramiento del Gerente cuestionado debido a que consideró que sindicalistas incumplieron en levantar su paro indefinido, incurriendo en falta de atención a los pacientes.
Reunido con la COB y trabajadores de la Caja Nacional de Salud (CNS), el presidente pidió 48 horas para que el Ministerio Público revise antecedentes del gerente Jordán. Se supo que de encontrarse indicios de corrupción, sería destituido. Los trabajadores decidieron suspender las movilizaciones, pero no la huelga.
Carlos Sánchez, ejecutivo de la CNS-Cochabamba, Carlos Sánchez, informó que en la reunión, Morales pidió que sea la Fiscalía la que revise los antecedentes del gerente y que en 48 horas determine si existen indicios de corrupción sobre este funcionario.
DEMIENTEN SOBREPRECIO
El exgerente de la CNS Mario Aramayo, negó que la compra de la Clínica Los Ángeles, de Sucre, implique un sobreprecio porque la adquisición incluyó equipamiento, no sólo terreno y edificación.
El gerente Jordán había implicado a Aramayo en un sobreprecio de un millón de dólares y que la adquisición no contaba con un avalúo de la CNS, ni tampoco tenía una justificación técnica o legal.
Aramayo dijo a Página Siete contar con el avalúo y otros documentos que respaldan su actuación.
«Hemos hecho el avalúo técnico institucional que calculó 79.6509.60 bolivianos sólo el terreno, pero se adjudicó en 87 millones por el inmobiliario, equipamiento de última generación y otros. Es evidente, hay una diferencia de siete millones de bolivianos, el avalúo no contempló el equipamiento», dijo.
Explicó que la adquisición se hizo porque había una necesidad de su compra, ya que Sucre no cuenta con una infraestructura igual. «El directorio, a través de la resolución 118 /2016, aprobó 90,4 millones de bolivianos para un proyecto grande».
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