El periodista de la Jornada y fundador de RIODOCE, Javier Valdez, fue asesinado este lunes al medio día; Sonia Córdova, del semanario El Costeño de Autlán, fue acribillada pocas horas después. El periodista Marco Antonio Lizárraga, amigo y colega de Valdez, aseguró a Contexto: «en el gremio periodístico hay preocupación, pero no nos acobardaremos». Este […]
Este lunes el periodismo volvió a sangrar en México. Al mediodía, el director de RIODOCE y corresponsal de La Jornada en Sinaloa, Javier Valdez, fue asesinado a pocos metros del lugar donde trabajaba. Pocas horas después fue acribillada, junto a su hijo, Sonia Córdova, subdirectora del semanario El Costeño de Autlán, en Jalisco.
Desde el 2000 hasta la actualidad, ya son 126 los periodistas asesinados y 23 los desaparecidos. Un tercio de esos crímenes (42) fueron cometidos durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
En el trascurso de estos cinco meses de 2017 ya son siete los periodistas asesinados en el país azteca. Javier Valdez (Sinaloa) y Sonia Córdova (Jalisco), se sumaron a la triste lista de periodistas asesinados este año, en la que se encontraban el conductor radial Filiberto Álvarez (en el estado de Morelos), la corresponsal de La Jornada, Miroslava Breach (en Chiguagua), el director del diario La Voz de la Tierra Caliente y colaborador del periódico El Universal, Cecilio Pineda Birto (en Guerrero), el director del portal El Político de Xalapa, Ricardo Monlui Cabrera (en Veracruz) y el reportero del blog Colectivo Pericú, Maximino Rodríguez Palacios (Baja California Sur).
Luego del asesinato de Miroslava Breach, Valdez había escrito en la red social Twitter: «A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio».
Sebastián Salgado, periodista y conductor, entrevistó recientemente a Valdez y charló con él sobre la situación de los narcos en Sinaloa.
En diálogo con Contexto, Salgado señaló que «México, desde hace varios años, es un país en guerra. La línea divisoria entre los grupos del crimen organizado y el propio gobierno se borró hace mucho tiempo. El ejemplo más claro de ello son los 43 muertos de Ayotzinapa. Ante un crimen de esa magnitud de brutalidad, que ni siquiera puedan encontrar los cuerpos de los chicos, demuestra a las claras la complicidad del gobierno con el crimen organizado».
«México es el país con mayor cantidad de asesinatos de periodistas. Esto incluye países que tienen guerras declaradas. En México hay más periodistas muertos que en Siria o en Afganistán», señaló.
Salgado remarcó que «Javier era el director del único medio independiente del Estado de Sinaloa, RIODOCE. Ninguno de los periodistas asesinados pertenecen a Televisa, a TV Azteca, o cualquiera de los grandes medios. Son todos comunicadores populares. Corresponsales de la Jornada, de RIODOCE, etc. Periodistas que están dispuestos a decir la verdad, aun a costa de su propia vida».
Por su parte, Marco Antonio Lizárraga, periodista de Sinaloa, colega y amigo de Valdez, dijo a Contexto que «el homicidio del compañero Javier Valdez Cárdenas se da en un contexto muy violento en Sinaloa. La muerte de Javier fue a unos metros de la oficina donde él trabajaba».
«El tema principal que él abordaba era el del narcotráfico, por eso las autoridades siguen esa línea de investigación», remarcó.
Lizárraga agregó que «tras el asesinato de Miroslava Breach, también corresponsal de la Jornada, Javier fue un crítico del Gobierno Federal. Este crimen demuestra que el periodismo en Sinaloa no tiene garantías para desarrollar su trabajo».
«Estos últimos cinco meses en Sinaloa han sido muy violentos. En el gremio periodístico hay preocupación, pero no nos acobardaremos. La sociedad merece estar informada de lo que ocurre y lo que estamos viviendo. Este martes habrá varias manifestaciones en diversas partes del Estado para reclamar justicia», señaló.
Por último, Lizárraga aseguró que «con Javier fuimos colegas y amigos. Trabajamos juntos en algunos reportajes sobre el narcotráfico. A todos los periodistas de Sinaloa esta situación nos provoca tristeza, rabia, temor; pero sabemos que tenemos la responsabilidad de seguir informando a toda la sociedad lo que está pasando aquí».
La nota al pie que nunca quisiéramos poner
Cuando se estaba llegando al cierre de este artículo, que solo iba a tratar sobre la muerte de Valdez, llegó la información del asesinato de Córdova. Hubo que cambiar el título y poner el plural. Sumar un número más a la cantidad total de periodistas asesinados. Agregar un nombre a lista de crímenes contra comunicadores que ocurrieron este año. Entristecerse un poco más. En México, el asesinato de periodistas es un gerundio.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.