Un gobierno para «todos» A lo largo de toda su campaña, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha repetido una y otra vez que no quiere cambios radicales, que no quiere cambiar el modelo económico, sino simplemente quiere un gobierno que esté por encima de las clases y que modere «la riqueza y la indigencia». Aun […]
Un gobierno para «todos»
A lo largo de toda su campaña, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha repetido una y otra vez que no quiere cambios radicales, que no quiere cambiar el modelo económico, sino simplemente quiere un gobierno que esté por encima de las clases y que modere «la riqueza y la indigencia».
Aun así, para los grupos empresariales más retrógradas, aquellos que no quieren perder ni un solo centavo de sus millonarias ganancias, estas aseveraciones atentan directamente contra su forma de vida, contra lo que han construido a partir del despojo y la explotación: ellos no se quieren moderar en absolutamente nada.
En los primeros días de mayo hubo un «encontronazo» entre AMLO y los empresarios del Consejo Mexicano de Negocios (CMN); dimes y diretes, que si traficantes de influencias, que si minoría rapaz, que si son calumnias, que si los empresarios son quienes generan los empleos de nuestro país. Posteriormente, la Confederación Patronal por la República Mexicana (Coparmex) entró al ruedo y, si bien en un tono menos hostil, también se rozó con el representante del MORENA pues la Coparmex busca dar sus propuestas para una fiscalía anticorrupción «que sirva» a sus intereses asumimos, entre otras cosas. Al final, AMLO llamó a la conciliación, pues para su proyecto de nación también son necesarios los empresarios y se los hizo saber.
Estos enfrentamientos denotan el contenido de clase de cada agrupamiento político. Por un lado, está a la burguesía que defiende sus intereses económicos y busca asegurar su ganancia a costa de todo, representada en los partidos del pacto por México. Por el otro, tenemos a la pequeña burguesía antineoliberal, que busca paliar los efectos más negativos del capitalismo y de las políticas neoliberales, «mediando» entre las contradicciones de clase, con el fin de que los que tienen mucho le den «una mano» a los que menos tienen, y de esta manera «nivelar el piso» para que cualquiera tenga oportunidades… o lo que es lo mismo: que ellos tengan chance de arañar el sueño de meterse a las grandes ligas y ser burgueses en forma, al tiempo de que los millones de proletarios obtengamos mejoras inmediatas en nuestras condiciones de vida, sin que ello implique el fin del modelo económico capitalista basado en la explotación. Esta última postura es la que en los hechos representa MORENA.
Para nosotros, como organización independiente de carácter clasista y que retomamos el marxismo-leninismo como fundamento del análisis y la acción, estas diferencias no pueden pasar desapercibidas. Nosotros no podemos decir que los diferentes partidos representan lo mismo, pues eso sería partir de un mal análisis que nos llevaría a una táctica equivocada y, muy probablemente, a aislarnos de las amplias masas.
Por el contrario, en este momento debemos estar con las masas, debemos explicarles los alcances y límites del proyecto que enarbola el MORENA, debemos decirles que es cierto, que las cosas mejorarían de manera inmediata si gana un proyecto antineoliberal, pero que a la postre ese «piso nivelado» sólo lo será para algunos cuantos, para aquellos que ya tienen parte del pastel y que el proletario por más que se esfuerce y trabaje seguirá atado a la miseria del salario y la explotación.
Debemos desenmascarar el verdadero carácter de clase del Estado mexicano, pues no está secuestrado por una «minoría rapaz», sino que siempre ha estado a su servicio, siempre ha servido para enriquecer a esa minoría, para utilizar toda la fuerza de las armas para aplastar al pueblo y sumirlo en la pobreza, y lo seguirá siendo mientras vivamos en el capitalismo, ya que el Estado es un órgano de opresión de una clase sobre otra, un órgano para imponer la voluntad de quien tiene el poder.
En este sentido, tenemos que actuar como los demócratas más consecuentes, debemos enarbolar la lucha contra el neoliberalismo más allá de los límites que plantea el MORENA, a quien incluso le da miedo hablar de nacionalizar o expropiar, y hasta manda callar a sus propios ideólogos cuando se les va la lengua de más.
Nosotros como organización, como luchadores por el socialismo, debemos exigir que se cumpla el programa más democrático de la pequeña burguesía y arrastrarlos para que dejen su miedo y vacilación, debemos guiar al pueblo con el cual trabajamos y donde estamos arraigados a movilizarnos de manera combativa, pues sólo así se cumplirán sus demandas.
Esperamos que nuestros lectores que votarán por el MORENA lo hagan conscientemente y defiendan su voto y el proyecto por el cual están apostando. Por nuestra parte estaremos luchando junto a todo aquél que busque enarbolar la lucha contra el neoliberalismo, por la defensa de la voluntad popular y la emancipación del pueblo en su conjunto. Porque nosotros queremos un verdadero gobierno del pueblo y para el pueblo, y éste sólo se construye mediante la resistencia, la organización y la lucha por el socialismo.