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Mesa se burla de su referéndum y vende más gas a Argentina

Fuentes: Econoticiasbolivia.com

El presidente usó la misma ley de Sánchez de Lozada, que la población repudió en las urnas, para ampliar el negocio de Repsol y Petrobras, que deja sólo centavos al Estado boliviano. Hay ira en el MAS de Evo Morales y en muchos de los que creían en el referéndum La Paz, julio 22, 2004.- […]

El presidente usó la misma ley de Sánchez de Lozada, que la población repudió en las urnas, para ampliar el negocio de Repsol y Petrobras, que deja sólo centavos al Estado boliviano. Hay ira en el MAS de Evo Morales y en muchos de los que creían en el referéndum

La Paz, julio 22, 2004.- Apremiado por las petroleras extranjeras y por su colega Néstor Kirchner, el presidente de Bolivia, Carlos Mesa, amplió hoy exportación de gas a la República Argentina, dejando en claro que los resultados del referéndum no traen aparejado ningún cambio sustancial en esta millonaria industria.

 El convenio firmado en la ciudad de Tarija, en el extremo sur del país, establece, en lo concreto, la autorización para que Repsol y Petrobras lleven 6,5 millones de metros cúbicos diarios de gas de Bolivia a la Argentina, en el marco de la ley 1689 del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, que simbólicamente había sido abrogada por el referéndum del pasado domingo.

 Esta ley genera condiciones lesivas y onerosas para el Estado boliviano, que gana muy poco con el negocio exportador. En la venta de gas a la Argentina, Bolivia obtiene apenas 10 centavos de dólar en impuestos por cada millar de pies cúbicos, ya que el grueso de las utilidades van a manos de Repsol y Petrobras que son las empresas que trabajan en ambos lados de la frontera, que exportan el gas desde los campos que tienen en Bolivia y lo compran y comercializan en el lado argentino.

 Esta operación ya estaba en marcha desde mayo del 2004, con un volumen comprometido de 4 millones de metros cúbicos diarios de gas, por lo que el acuerdo de Tarija amplía en 2,5 millones los volúmenes de exportación, con la misma ley y bajo las mismas condiciones de entonces, quedando al descubierto la intención de Mesa de aplicar los resultados del referéndum sólo a los futuros contratos que pudiera firmar el Estado. Aunque, en rigor, la llegada de nuevos inversionistas es poco probable, ya que por la magnitud de las reservas de gas ya descubiertas y los reducidos mercados de exportación, no hay mucho interés en realizar nuevas inversiones en el país.

 Para los actuales contratos, que han  permitido que las transnacionales se apoderen de todas las reservas de gas y petróleo de Bolivia, que suman más de 52 trillones de pies cúbicos de gas y más de 900 millones de barriles de petróleo, seguirá vigente la ley de Sánchez de Lozada, hasta su culminación, en el 2036, según la visión gubernamental que ha priorizado la seguridad jurídica de las empresas y el respeto a los contratos que son, como dice los principales funcionarios del Ejecutivo, una «ley entre partes».

 Por ello, el reto gubernamental es plantear incentivos para que las petroleras que operan actualmente en el país migren voluntariamente a los nuevos contratos, y así demostrar que el referéndum ha sido algo más que un simple saludo a la bandera, como temen incluso ahora los propios aliados de Mesa.

 «El Presidente Mesa se equivoca y sigue el mismo camino que Gonzalo Sánchez de Lozada. Primero debería aprobar una nueva Ley de Hidrocarburos para luego recién hablar de exportación», advirtió muy molesto Evo Morales, jefe del Movimiento al Socialismo (MAS) y principal aliado del gobierno.

 Morales se pronunció en contra de la venta de gas a la Argentina y anunció movilizaciones. «Los días de Carlos Mesa están contados si continúa con esta política entreguista», dijo.

 En La Paz, el diputado del MAS, Gustavo Torrico, dijo que Mesa estaba traicionando el mandato del referéndum. «A Carlos Mesa le está dando soberbia antes de tiempo. Que no se olvide de quiénes apostaron al referéndum y gracias a quién se llevo adelante este referéndum. Si el MAS no apostaba al referéndum, no había tal referéndum, así de fácil», dijo al exigir que se modifiquen las condiciones en las que las petroleras trabajan en Bolivia.

 En la percepción del MAS, los resultados del referéndum deben traducirse en una «nacionalización sin indemnización ni confiscación» de las petroleras, a partir de nuevas cargas impositivas sobre las transnacionales, un control riguroso sobre sus operaciones y el ingreso al sector productivo de una petrolera estatal , aunque todo ello está muy lejos de los planes de Mesa, de las propias petroleras y de los organismos internacionales que respaldaron la consulta.

 Otros que cuestionan la exportación de gas, pero que no creen que nada bueno saldrá de la aplicación de los resultados del referéndum, son los dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), que hoy realizaron un mitin de protesta por la ampliación de las ventas del gas a la Argentina.

 «Con el referéndum, lo único que quería Mesa era carta blanca para exportar en gran escala nuestro gas y eso estamos empezando a ver ahora», dijo la radical dirigente del magisterio paceño Wilma Plata, que apostó, al igual que los otros sindicatos, a la abstención y al voto nulo y blanco en el referéndum.