Marcelo Bogado tenía 20 años, fue asesinado el 26 de mayo de 2004, por el sargento Cesar Luis Díaz. Marcelo tenía dos balazos, uno en la nuca y otro en la frente. En sus muñecas estaban los rastros de las esposas y los golpes en su cuerpo. Marcelo, fue fusilado arrodillado y esposado. La cita […]
Marcelo Bogado tenía 20 años, fue asesinado el 26 de mayo de 2004, por el sargento Cesar Luis Díaz. Marcelo tenía dos balazos, uno en la nuca y otro en la frente. En sus muñecas estaban los rastros de las esposas y los golpes en su cuerpo. Marcelo, fue fusilado arrodillado y esposado.
La cita estaba pactada a las cuatro de la tarde, Nicanor -padre de Marcelo- me había explicado detalladamente como llegar hasta su casa en Villa Teseí. Mientras viajaba, reflexionaba acerca de la entrevista. Recordé que cuando fue asesinado Axel Blumberg, las calles estaban llenas con su imagen. Su padre tuvo acceso a espacio ilimitado en los medios, para contar detalladamente la vida y el futuro de Axel. En contraposición a esto, pocos sabemos de los muertos por la policía. Muchas veces, sólo son mencionados en los medios como muertos en «enfrentamientos» con las fuerzas de seguridad. Lamentablemente estos medios, se «olvidan» de informar cuando en estos «enfrentamientos» armados, se esconde la muerte de un pibe por el gatillo fácil. Y vemos sus rostros colgados en los cuellos de quienes los aman, y se convierten en parte de una dura estadística, que creció en 11 casos por mes, en todo el país.
Cuando llegué a la casa de la familia Bogado, en la puerta -como me había dicho Nicanor- habían tres Jacaranda. El lugar era un típico barrio de gente trabajadora, con casitas de material construidas de a poco y con esfuerzo. Mientras Lucí, la hija mayor, preparaba el mate le dábamos comienzo nuestra charla. Los Bogado hace 26 años que viven en el barrio. Nicanor intenta demostrar que la muerte de Marcelo no era algo nuevo en el barrio, ya que a tres cuadras esta la casa de Rodrigo Corzo. Un joven asesinado por la policía hace un año. Pero ni Marcelo, no Rodrigo son los únicos, son solo dos de los siete jóvenes asesinados por la policía en la zona.
Comenzamos hablando de temas sociales, como la desocupación, la educación, etc. Y quizás de este modo tratamos de comprender o de encontrar una razón del porque suceden cosas como: el gatillo fácil. Mariano, hermano de Marcelo, caracteriza la situación social del país. «Siempre te hablan de la cultura del trabajo, pero esa cultura se hace cotidianamente, y sino hay trabajo no se puede hacer cultura de la nada.» «No abren fábricas, porque no quieren que la gente trabaje y produzca. Porque se pueden juntar con otra gente y pensar.» Y de esta realidad de la que habla Mariano, pasamos a las circunstancias en la que es muerto Marcelo. Realidad y circunstancias que se entrelazan y propician que los cementerios estén llenos de pibes asesinados por la policía.
Los hechos
«Marcelo venía de trabajar, pasó por el pool antes de pasar por la casa de su novia. Se llevó el bolso y la bicicleta. Mientras él estaba en el pool cuatros personas pasan en un auto buscando a alguien. Como no encuentra a esta persona se retiran del lugar. Veinte minutos más tarde, vuelven a buscar a la misma persona, entonces se lo llevan a Marcelo. Lo que sabemos después, es lo que nos cuentan y es así. Un patrullero los seguía con las luces apagadas, cuando llegan al descampado del vivero municipal de Hurligam, chocan el auto. Luego de eso los hacen bajar. Marcelo baja con las manos en la nuca. Todos bajan con las manos en la nuca. Lo esposan a Marcelo y le empiezan a pegar. Tenía la cara desfigurada, las manos marcadas de las esposas. Lo hacen arrodillar intenta explicar que no tenía nada que ver. Y el policía José Luis Díaz le da un tiro en la nuca, cinco minutos después, mientras Marcelo agonizaba lo remata con un tiro en la frente.»
Como se entera la familia de lo sucedido «Al día siguiente, el dueño del pool, se acerca a la casa a preguntar por Marcelo, porque había dejado su bolso y la bicicleta en el lugar. Les decimos que Marcelo estaba en la casa de la novia. El insiste con que averigüemos que había sucedido, porque la anoche anterior le comentaron que unas personas se lo habían llevado. Ahí se produce como un bache. Porque no sabemos que paso realmente. Nosotros pensamos que se lo llevaron bajo amenaza. Creemos que uno era de la zona, había una chica de Palermo, uno de Morris y al otro no sabemos de donde era. Nosotros no sabemos bien que paso, pero seguro que se lo llevaron engañado, para nosotros fue una entrega». Mi papá fue a averiguar a la casa de la novia y le dijeron que nunca fue, que los estuvieron esperando hasta las 2.30 de la madrugada.» «A mi hermano lo asesinaron a las 23:50. Los balazos se escucharon a las 23:00 y dijeron que llegó vivo al hospital, pero eso es mentira porque ya lo habían rematado en el lugar.»
«La casa de la novia de Marcelo esta a tres cuadras de la comisaría y mi papá fue a averiguar. Dijeron que no sabían nada, que casualmente hubo un accidente en barrio Mitre, pero que no podían informar nada acerca del accidente. Le pidieron a mi papá que entregara una foto, para ver si estaba entre las personas detenidas y que había un muerto. Llevamos las fotos y nos tuvieron dando vuelta como hasta las 16 hs. Después los hicieron ir a la morgue de Merlo, y recién a las 17hs nos enteramos que a mi hermano lo habían matado. Esto viene al caso, los diarios se enteran mucho antes que nosotros, a las 9 de la mañana salió en el diario La Nación que hubo un enfrentamiento con la policía y que había un muerto. Los que iban con Marcelo quedaron detenidos, se dice que el coche era robado o venían robando. Supuestamente el patrullero los venía persiguiendo. ¿Porque no los detuvieron? Que casualidad que cuando llegaron al descampado y ahí paso todo. Cuando llegamos a la morgue ya le habían hecho la autopsia, mi hermano no tenía los documentos y todavía no lo habían identificado.» Zuni la madre de Marcelo interviene: » Sino hubiésemos salido a averiguar que pasó, Marcelo estaría enterrado como NN en el cementerio.» Mariano continúa con el relato: «Esto fue una entrega, esta gente tenía que entregarle a alguien a la policía. Ya sabemos como labura la cana, sino le entregas a alguien te matan a vos y le entregaron a Marcelo que no tenía nada que ver. Este es el hecho real»
Lo que dice la policía
«Dicen que dieron la voz de alto. Que los que iban en el coche bajaron con las manos en la nuca y se entregaron. Y que Marcelo bajo con un revolver apuntando al policía que estaba armado con una itaka. El arma que tenia mi hermano no andaba. Forcejearon y Marcelo quiso tirar un tiro, como no pudo, la tiro y le intento sacar el arma reglamentaria al policía. Luego Marcelo cae al piso, ahí también hay un bache como dice el fiscal. Marcelo cuando estaba en el piso al policía se le cae la itaka y se escapa una bala. La bala pega en el piso, entra en su cabeza por la nuca, golpea en el hueso occipital y se parte, una de las esquirlas le sale por la frente. Mejor que una película de Spilberg. La trayectoria de la bala es de arriba así abajo, Marcelo cuando fue asesinado estaba de rodillas y esposado.»
Cómo se organizaron
«Los vecinos estaban todos enardecidos, porque todos sabían quien era Marcelo. Ellos querían ir a quemar la comisaría. Durante 18 días, la policía, tuvo la causa sin dar intervención a la fiscalia.» «Para mi que no sabían como justificar lo que pasó, porque a Marcelo lo fusilaron. El tiro lo habían tirado de abajo para arriba.» «El fiscal nos dijo que no sabia nada de lo que había pasado, tardaron 18 días en dar intervención a la fiscalía eso es una irregularidad y creo que también es un delito»
Marcelo era un pibe muy conocido en el barrio, en su velatorio, la gente ya le había informado a la familia en que circunstancias fue asesinado. En las primeras horas ya conocían el nombre del asesino. La familia en los primero días no «movió» la causa, ni hablo de lo que ellos averiguaron. Tenían miedo que cualquier cosa que dijeran o hicieran, posibilitara que la policía «arme» todo para encubrir al asesino: Cesar Luis Díaz.
Los padres de Marcelo una semana después reciben la visita del sub-comisario Vera y la jefa de Investigaciones para saber si habían averiguado algo y si tenían pensado hacer alguna marcha. La madre de Marcelo cuenta lo que la jefa de investigaciones les dijo: «Yo como madre ya hubiese investigado que paso. Y yo le dije que no todos somos iguales. Me dijo que estaba a nuestra disposición y que si íbamos a hacer una marcha no la hiciéramos en el lugar equivocado. Que si queríamos comprar aspirinas no teníamos que ir a la ferretería.» La jefa y de investigaciones el sub-comisario, pertenecen a la Comisaría de Villa Tesei y el asesino de Marcelo al comando de patrulla de Hurlimgam. En la oportunidad de la reunión le informaron a la familia que «nosotros solo hacemos los papeles y no vamos a ensuciar a su hijo». Luego de esta reunión, organizaron la primera marcha y fueron a la comisaría de Villa Tesei «porque ellos tenían los papeles, ellos estaban armando todo. Los otros lo fusilaron a Marcelo, pero los que hacían los papeles eran ellos y los tuvieron 18 días.» «El policía que mato a Marcelo sigue en servicio, lo único que tiene es secuestrada el arma» «En la autopsia tendría que haber salido que Marcelo estaba esposado, nosotros vimos las marcas, pienso que un médico sabe mucho más. Pero no salió nada, ni los golpes, ni nada. Esto demuestra que viene todo de arriba, es una institución quien los cubre. Sólo dice que hay unos fragmentos de bala»
Al día siguiente del asesinato, el único testigo de la muerte de Marcelo, fue amenazado. «Ahora nadie quiere hablar. Cuando los pibes salen de bailar y la policía tiene ganas de pegarle a alguien, se los llevan y lo cagan a palos.»
Mariano Bogado amenazado de muerte
«Yo estaba en las puertas del supermercado Carrefour, se acerco una persona en bicicleta y me quiso dar la mano. Yo no le quise dar la mano, le dije que no lo conocía. Me dijo: déjate de joder con lo de tu hermano. Ya se murió, ya lo matamos y ahora seguís vos. Si siguen jodiendo y haciendo ruido vos sos el próximo. Te tenemos apuntado a la cabeza. Acá mandamos nosotros y Acuña (el intendente)»
La familia continúa su lucha por justicia y la policía como un acto más que demuestra su bajeza arranca los carteles y las convocatorias a las marchas.
Marcelo: «Empanadita»
Marcelo había cumplido en Abril 20 años y era papá de un bebito de 6 meses. Se ganaba la vida limpiando parabrisas en la puerta del Shopping Oeste, sobre Gaona y Vergara. El amaba los niños, nunca acepto que pasaran hambre o necesidades. A los hijos de sus vecinos más desfavorecidos, los llevaba a su casa y les daba de comer. «él era muy activo» cuenta Zuni, «un día con lluvia me dijo, mamá ya vuelvo, le pregunte a donde iba con el frió que hacia y me dijo que iba a pedir con los pibes. Después volvía contento, les conseguía ropa y comida a los nenes». Para Nicanor, Marcelo era «el hombre nuevo, tenia una dignidad ejemplar. Un carácter maravilloso, siempre estaba riéndose. Era un ejemplo de vida, un ejemplo digno de imitar, así era nuestro Cristian Marcelo». En el barrio todos lo querían y eso quizás explica, porque los vecinos querían quemar la comisaría cuando supieron de la muerte de Marcelo.
Era imposible no darse cuenta donde estaba Marcelo, siempre había una «cola» de chicos que lo seguían. «Jugaba a las bolitas, los contenía…» A sus compañeros de trabajo les preparaba la comida. Conseguía los alimentos en las verdulerías y carnicerías, a quienes a cambio les limpiaba los vidrios.
Muchas historias aparecieron luego del asesinato de Marcelo: Un joven a quien había ayudado a salir de las drogas con comprensión y «contención», la palabra más utilizada por quienes lo conocieron. «Nadie me habló como el empanadita, él me hizo ver la realidad de las cosas. Me habló con las palabras del corazón.» Entre lágrimas y dolor su familia trata de explicar quien era «empanadita», todavía se les mezcla el presente con el pasado. Todavía hablan de él como si estuviera vivo.
«Las marchas vamos a seguir haciéndolas, queremos que la gente tome conciencia. Mi hermano fue victima de la seguridad. La seguridad de ellos es nuestra inseguridad. La falta de trabajo, de educación, de salud… Si no te matan de hambre o de una enfermedad curable, de ultima te matan de un tiro.»
La familia de Marcelo no va a la ferretería por aspirinas, saben donde están los asesinos de su hijo y de los hijos e hijas de miles. Marchan y escrachan las comisarías, como el 15 de junio, que fueron a la inauguración de la Sub-Comisaría de Villa Tesei, a tres cuadras de donde fue asesinado Marcelo, y le «amargaron» el acto al Intendente Luis Acuña, al ministro Arslanian y el gobernador Solá. A pesar que el Secretario de Justicia Martín Arias Duvall, les ofreciera una reunión, días antes del acto, creyendo que de este modo desistirían del escrache. Todos los lunes realizan una asamblea de vecinos para organizarse, en Cuzco y Félix Frías, a pesar que la policía pasa para amedrentarlos. Ellos saben que la inseguridad, viaja en patrulleros y los asesinos se esconden en las comisarías.