Después del referéndum del 18 de julio pasado, los proyectos de industrializar el metano o gas natural han quedado descartados. Por el contrario, la sistemática mentira, según la cual Bolivia sólo podrá industrializar su gas si lo exporta en forma previa en gigantescos volúmenes, difundida, inicialmente, por el vocero de las petroleras, Carlos Alberto López, […]
Después del referéndum del 18 de julio pasado, los proyectos de industrializar el metano o gas natural han quedado descartados. Por el contrario, la sistemática mentira, según la cual Bolivia sólo podrá industrializar su gas si lo exporta en forma previa en gigantescos volúmenes, difundida, inicialmente, por el vocero de las petroleras, Carlos Alberto López, y por el ex superintendente de hidrocarburos, Carlos Miranda, para luego ser repetida por el Presidente Carlos Mesa, ha vuelto a ser repetida con machacona insistencia.
La tergiversación ha encontrado eco en los últimos días en el ex representante de la Maxus, Herbert Muller, quien, en entrevista con el periodista Eduardo Pérez Iribarne, ha reiterado la misma falsedad sin explicar por qué Chile exporta metanol (derivado industrial del metano), sin exportar un pie cúbico de gas natural, el cual lo importa de Argentina (y de Bolivia en forma indirecta). Chile ha logrado que el metanol figure entre sus rubros de exportación más importantes a EEUU y Europa, como explicaron de manera oportuna los ingenieros Justo Zapata y Aníbal Aguilar Gómez.
La atención pública se ha desplazado al encuentro Mesa -Alejandro Toledo, destinado a impulsar conjuntamente las exportaciones de gas natural a México y EEUU. En Bolivia, como nos temíamos, se pretende confundir la industrialización del metano, que, según el ingeniero Daniel Álvarez Gantier («El Diario», 8-08-04), es el camino correcto para transformar al país, con la industrialización del etano, que corresponde a la petroquímica tradicional, obtenido sólo en un 5 % de ls extracción del gas natural. Alvarez Gantier destaca que esa estrategia fortalecerá al mercado de San Pablo, para beneficio de las brasileñas Petrobrás y Braskem y de la española Repsol. La participación de Bolivia se hará a través de una YPF – SAM, la que, de acuerdo al Código de Comercio (artículo 425), tiene carácter privado.
En ningún momento, Toledo y Mesa hablaron, por ejemplo, de instalar plantas binacionales de diesel ecológico, a partir del proceso Gas To Licuid (GTL), como está ocurriendo en Qatar, Nigeria, Malasia, Sudáfrica o Trinidad Tobago, con grandes beneficios para sus pueblos. El ingeniero Luis Carlos Kinn ha demostrado que la casi totalidad de la reservas de gas natural de Bolivia pueden ser transformadas en diesel, para lo cual existen mercados en Argentina, Brasil, México y Estados Unidos.
Alvarez Gantier explica que «los processos que se encuentran mucho más cercanos a ser producidos son el Megametanol, Fischer Tropsch y el Meganonnia, los mismos que solucionarían los problemas de mercado interno que tiene el país con el aditamento de exportación a mercados emergentes de América del Sur y en Asia en los próximos cinco años». Añade que, entre tanto, se puede planificar la instalación de una planta para la producción de propileno y polipropileno para el 2008 y de Dimetil Eter para el 2010. También nos habla de una planta de ácido acrílico para el año 2012 y otra de hidrógeno que podría concretarse entre el 2015 y el 2018, con destino a los mercados de China y EEUU.
En forma previa («La «Epoca», 18-04-04), el vicepresidente de la firma Gas To Licuid Internacional, Gastón Mujía Haus, ofreció al gobierno de Mesa la instalación, a partir del metano, de una planta de polietileno y prolipropileno en Patacamaya, por ser nuestra puerta más cercana de salida al Pacífico, y otra de Dimetil Eter (sustituto más barato de GLP) en Sicasica. Lo anterior debe complementarse con plantas de diesel en Yacuiba y termoeléctricas para el Mutún y Puerto Busch.
Lo anterior se anula si tenemos un gobierno que considera que el uso interno del gas natural debe reducirse a redes domiciliarias o, mediante el gas natural comprimido, al funcionamiento del parque automotriz, en tanto continúa creyendo en los «estudios de factibilidad» prometidos por Kirchner y Lula, que estarán concluidos en un par de lustros, lograrán instalar alguna termoeléctrica fronteriza y algún proyecto subsidiario de las petroquímicas de San Pablo.