Pese el fin de la grave crisis económica de los últimos tres años, la pobreza en Argentina sigue aumentando. Desde el comienzo de este año hizo hay 188 mil nuevos pobres en el país. El gobierno anuncia el ahorro en el capital de la deuda externa, pero los pronósticos son que la pobreza crecerá. La […]
Pese el fin de la grave crisis económica de los últimos tres años, la pobreza en Argentina sigue aumentando. Desde el comienzo de este año hizo hay 188 mil nuevos pobres en el país. El gobierno anuncia el ahorro en el capital de la deuda externa, pero los pronósticos son que la pobreza crecerá. La consultora privada Equis revela que en enero y febrero los precios de la canasta básica de los sectores más pobres se incrementó dos y medio por ciento. «Si el aumento de precios sigue al mismo ritmo, al final de este año habrá dos millones y medio de nuevos pobres», afirma el estudio.
Según la prensa argentina, la investigación de la consultora sostiene que existe casi un diez por ciento de los argentinos en riesgo inminente de pobreza, ya que perciben ingresos apenas superiores a los 25 dólares mensuales que necesita una familia de cuatro personas para no ser considerada pobre.
La pobreza ataca principalmente a los trabajadores independientes de bajos ingresos, a los jubilados, a los desocupados y a los empleados en negro. Según Artemio López, director de Equis, el 9,1% de la población tiene ingresos levemente superiores a la actual línea de pobreza, valuada en 745 pesos para una familia tipo (matrimonio y dos hijos). En consecuencia, el aumento del valor de la canasta por la suba de los precios determina que ese 9,1% de la población reduzca su poder adquisitivo y descienda por debajo de la línea de pobreza. La población en situación de riesgo de pobreza es la que tiene ingresos entre 745 y 931 pesos, en el caso de los matrimonios con dos hijos.
La consultora prevé que si si se repitiera el 1,2% de aumento promedio mensual de los precios, se inaugurará un quinto ciclo de empobrecimiento que, a diferencia de ciclos anteriores, combinaría una tasa de desempleo estable o incluso en leve baja con amesetamiento salarial, situación que redundará en un deterioro de los ingresos hogareños y en particular de la canasta básica».
Según los últimos datos oficiales, en le primer semestre de 2004 el 44,3% de la población urbana de Argentina, o 16,6 millones de personas, vive en hogares pobres. López descuenta que el Gobierno tendrá que volver a elevar el salario y las jubilaciones mínimas y otorgar alguna ayuda adicional en los planes sociales para evitar este impacto de los precios sobre los niveles de indigencia y de pobreza.