En medio de la incertidumbre sobre la sucesión del presidente de Bolivia, Carlos Mesa, quien presentó su renuncia la noche del lunes, miles de personas continuaron este martes las protestas en las calles de Bolivia para exigir la nacionalización de los hidrocarburos. El plenario del Congreso fue citado el jueves próximo en Sucre, capital constitucional […]
En medio de la incertidumbre sobre la sucesión del presidente de Bolivia, Carlos Mesa, quien presentó su renuncia la noche del lunes, miles de personas continuaron este martes las protestas en las calles de Bolivia para exigir la nacionalización de los hidrocarburos.
El plenario del Congreso fue citado el jueves próximo en Sucre, capital constitucional del país, con el propósito de considerar la renuncia entregada por Mesa, dijo el titular de la cámara de Senadores, Hormando Vaca Diez, quien justificó el traslado de los debates legislativos ante la ola de protestas que vive La Paz, sede de gobierno.
De ser aceptada la renuncia de Mesa, que no tiene carácter de irrevocable, la Constitución dice que el presidente deberá ser remplazado por el titular del Senado, el de la Cámara de Diputados, o el presidente de la Suprema Corte, en ese orden.
El líder opositor Evo Morales -quien según sondeos anteriores a las protestas sería elegido presidente en caso de realizarse elecciones- se opuso al traslado del debate parlamentario, y exigió que Vaca Diez y el titular de Diputados, Mario Cossío, renuncien a la sucesión para permitir al titular de la Corte, Eduardo Rodríguez, tomar las riendas, pues es según la Constitución, el único facultado a convocar elecciones anticipadas.
Pero voceros de algunos partidos tradicionales dejaron entrever que apoyarán la sucesión presidencial y que podrían inclinarse por una presidencia de Vaca Diez, vinculado a los poderosos sectores económicos de Santa Cruz.
En cambio, el arzobispo de La Paz, Edmundo Abastoflor, quien elogió la actitud de Mesa, demandó «similar acto de desprendimiento» de otros actores de la crisis, en aparente alusión a Vaca Diez.
El independiente Mesa, quien asumió en octubre de 2003, había presentado su dimisión el 6 de marzo, en medio de otra ola de protestas, pero el Legislativo rechazó entonces su pedido y dio paso a la firma de un acuerdo de gobernabilidad.
Lejos de deponer sus protestas, los distintos grupos que se manifiestan en La Paz y en el resto de Bolivia reaccionaron este martes con desconfianza a la renuncia del mandatario, y recordaron que en las más de tres semanas de marchas, no se ha atendido la demanda principal, que es la nacionalización de hidrocarburos.
El pasado 17 de mayo el Congreso aprobó una ley que mantiene el 18 por ciento de regalías al Estado por la explotación de yacimientos de las petroleras, y un 32 por ciento en impuestos en lugar de 16 por ciento.
Sin embargo, la Central Obrera Boliviana (COB), las juntas vecinales de la ciudad de El Alto y grupos campesinos reaccionaron con la exigencia de nacionalizar el gas, del cual Bolivia tiene la segunda reserva más grande de América Latina, después de Venezuela.
Evo Morales, jefe del opositor Movimiento al Socialismo (MAS), encabezaba el pedido de 50 por ciento de regalías, como se había aprobado en referendo, pero finalmente se unió a la exigencia de la nacionalización.
Para Abel Mamani, presidente de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (población cercana a La Paz con una gran capacidad de movilización), la renuncia de Mesa «es una táctica para desmovilizarnos».
«Sin embargo, se tiene que tomar en cuenta que nuestras demandas son nacionales y continuaremos exigiendo que se cumplan», añadió.
Jaime Solares, secretario ejecutivo de la COB, señaló que ese sindicato seguirá movilizado a la espera de la decisión del Congreso sobre la renuncia de Mesa, pero «continuaremos insistiendo en la nacionalización de los hidrocarburos».
La Paz vivió otra jornada de protestas callejeras, con gas lacrimógeno lanzado por la policía y detonaciones de pequeñas cargas de dinamita por los manifestantes en zonas céntricas de la ciudad, que está al borde del desabastecimiento y sin servicio de agua potable en algunas zonas.
Para el analista Alvaro García en los últimos días se ha visto «un proceso de radicalización de las movilizaciones, pues hasta hace dos semanas había dos grandes bloques: los moderados, con un proceso de recuperación de los hidrocarburos, y los radicales, con la nacionalización».
Ahora «la consigna de nacionalización es en todo el país, aunque en las salidas políticas no hay consenso», agregó García.