Más de 300 personas estuvieron presentes en el homenaje a León Trotsky organizado por el Instituto del Pensamiento Socialista -IPS- «Karl Marx» y el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones -CEIP- «León Trotsky». Trabajadores estatales, docentes, del Hospital Garraham y salud, de la exLafsa, del subte, de la alimentación y metalúrgicos junto a estudiantes y […]
Más de 300 personas estuvieron presentes en el homenaje a León Trotsky organizado por el Instituto del Pensamiento Socialista -IPS- «Karl Marx» y el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones -CEIP- «León Trotsky».
Trabajadores estatales, docentes, del Hospital Garraham y salud, de la exLafsa, del subte, de la alimentación y metalúrgicos junto a estudiantes y docentes del IPS «Karl Marx», militantes y simpatizantes trotskistas colmaron el salón Cascada del Hotel Bauen marcando el primer éxito del evento.
Alicia Rojo, por el CEIP «León Trotsky» quien comenzó agradeciendo el espacio brindado por los trabajadores de la cooperativa (ya que la concurrencia al acto superaba las instalaciones del IPS), realizó una breve reseña de la vida y obra del fundador de la IV Internacional resaltando su rol como dirigente revolucionario y como teórico marxista y propagandista de la revolución. A su vez dio apertura al panel de presentación del libro editado por el CEIP, «Como Hicimos la revolución rusa», conformado por el prestigioso historiador marxista y miembro honorario del CEIP, Alberto J. Pla; el director del IPS y dirigente del PTS Christian Castillo y Raúl Godoy, dirigente obrero de Zanon y del Sindicato ceramista de Neuquén.
Alberto J. Pla, en poco más de media hora hizo una excelente exposición sobre las principales enseñanzas de la revolución rusa y destacó que el libro «tiene la virtud de ser un manual de enseñanza colectiva».
Algunos de los elementos fundamentales que destacó y reivindicó fueron el carácter permanente de la revolución y la superioridad de la democracia soviética respecto de la democracia formal del estado burgués. En este sentido, ilustró a la audiencia sobre qué fueron los soviets y cómo era su funcionamiento.
Señaló la importancia de aprender de la lucha de clases para avanzar en el camino revolucionario. «En las revoluciones de 1848 entre febrero y junio en Francia, el poder estaba dividido entre el poder burgués y el poder de socialistas que fueron calificados de ‘utópicos’, pero que de todas maneras plantearon el socialismo y no una sociedad capitalista. Fueron derrotados y violentamente asesinados por la reacción imperial y burguesa en Francia. Pero no hay acontecimiento, con triunfos o derrotas, que no deje enseñanzas. Las enseñanzas se obtienen no de una manera placentera sobre la base de tener un éxito tras otro éxito, como quien sube una escalera escalón por escalón y al final llega a la cima, sino que se construye sobre a base de una lucha que es, en última instancia, lo que justifica el planteo que ya viene de la época de Marx, que la lucha de clases es el motor de la historia. Y como lucha de clases, lo que se está planteando es cómo la clase revolucionaria podía ir ganando para la revolución, paulatinamente, por sectores, en las luchas por las reivindicaciones elementales, una mayoría que le permitiese gobernar. Cuando obtiene esa mayoría (el partido bolchevique), entre septiembre y octubre de 1917, nos encontramos entonces con la decisión de luchar por la toma del poder….»
Uno de las cuestiones que más desarrolló Pla es la importancia del partido revolucionario, del partido bolchevique. La importancia del trabajo preparatorio y del internacionalismo proletario. «Trotsky dice en una de sus frases que, el gran éxito, la gran ventaja que tuvo el partido bolchevique es que supo estar inmerso dentro de las luchas reivindicativas de la clase obrera, para ir ganando autoridad y confianza de que lo que estaban diciendo, no como los políticos burgueses que hoy dicen una cosa para mañana hacer otra. A medida que fueron consiguiendo determinados tipos de ventajas, simplemente las cumplieron y las fueron haciendo, en la medida de lo posible y, rápidamente. La prueba está en que en 1919 se funda la Tercera Internacional. Es decir, el internacionalismo proletario está en la base de lo que se considera la posibilidad del triunfo de la revolución.»
«Decían los revolucionarios soviéticos que cuando están las condiciones maduras para una acción más profunda o incluso para plantearse el problema de la toma del poder y el partido no lo comprende así, pierde una etapa histórica, porque no se va a volver a repetir una situación semejante a la vuelta de la esquina. Decían que para la revolución no hay un cálculo aritmético; es decir juntamos un poco de fervor universitario, un poco de fervor revolucionario, un poco de crisis de la burguesía, juntamos que la moneda cae y la carestía produce descontentos. Perfecto, todo eso existe, se da normalmente en la sociedad burguesa, pero si no existe la educación, la formación general de tipo política y la formación específica para poder gestionar y poner en marcha un nuevo tipo de sociedad, no va a haber revolución que resista.»…
Y puntualizó, «Una sociedad que nosotros hoy vemos mucha más cercana, como posible, independientemente de la fuerza que hoy puedan tener las organizaciones revolucionarias. Recuerden que en julio de 1917, el partido bolchevique estaba prácticamente descalabrado por la represión y en octubre están haciendo la revolución y tomando el poder porque había condiciones previas, y estas condiciones fueron construidas no fueron simplemente espontáneas; el espontaneísmo tiene una importancia enorme porque implica la participación directa… de las grandes masas del país pero, sin el partido, que pueda dirigir y llegar a la concepción de que están las condiciones para dar el salto revolucionario, no se va a producir esta revolución.»
Pla refiriéndose al ideal del socialismo expresó que «El socialismo en última instancia, es un ideal al que se tiende a llegar. No sabemos exactamente, y Marx se negó a decir, qué entendía exactamente lo que iba a ser una sociedad socialista y los revolucionarios rusos, Lenin y Trotsky concretamente, se negaron también a decir cómo iba a ser la sociedad socialista del futuro, incluso Trotsky lo dice en otro texto que no es éste, los hombres del futuro, los actuales explotados, vejados y dominados por el capital, una vez que se liberen del capital, van a ser genios, van a ser gigantes al lado de lo que somos nosotros, para visualizar y diseñar lo que va a ser la sociedad del futuro.»
A su turno, Raúl Godoy, dirigente obrero de Zanón y del Sindicato Ceramista de Neuquén, dirigió unas palabras destacando el libro como un aporte a las nuevas generaciones ya que de «en forma sencilla, clarísima y bastante entretenida, relata la acción revolucionaria más grande que ha llevado la clase obrera a nivel internacional». Reivindicó el legado de Trotsky como guía revolucionaria para la acción. Y planteó algunos de los aportes realizados en Zanon, desde los inicios del proceso que culminó en la recuperación de la fábrica a manos de los trabajadores, basadas en las enseñanzas que se derivan de este legado.
En alusión a la campaña del gobierno y los medios contra el trotskismo» dijo que «entendemos el odio de clase expresado por este gobierno y distintos gobiernos que, en cierta medida, es el mismo odio que se expresó y que generaron la persecución al interior de Rusia contra los bolcheviques…Después fue el stalinismo quien persiguió a la Oposición de Izquierda y eso fue repetido durante años.
.. El trotskismo no solamente encarnó las ideas de la revolución, las ideas de terminar con este sistema de explotación sino también expresó la corriente que se oponía de forma mortal a la burocracia, que peleaba contra todo tipo de privilegios y que no se quedaba a mitad de camino. Por eso desde ese punto de vista el troskismo no es para cualquiera, y ¡tiene odios bien ganados! el odio visceral de la burguesía, de la burocracia y también el odio visceral de los reformistas que son escépticos del poder de la clase obrera, de las posibilidades de la clase obrera de dirigir una sociedad. …Abrazar la idea del trotskismo y de la revolución, yo creo que de alguna manera es el mejor homenaje que corresponde en este aniversario de la muerte de Trotsky».
Por último, Christian Castillo, dirigente del PTS y director del IPS «Karl Marx», se refirió también al libro «Cómo hicimos la revolución rusa». «Este texto es una de esas joyas de la tradición marxista, en la cuál los grandes dirigentes revolucionarios los producen al calor de los procesos revolucionarios, es un texto comparativo me parece a mí, a ‘Las Luchas de Clases en Francia’ que escribe Marx, en el cursos de la revolución de 1848 o en el mismo 1917, cuando Lenin escribe ‘El Estado y la Revolución’….»
…Es decir es un libro donde Trotsky se muestra como un gran político marxista y mostrando los dilemas de un momento muy complejo de la lucha de clases, es decir no es un momento sosegado, donde solo juegan las palabras, donde lo que uno dice no tiene incidencia … A veces los marxistas cuando quedamos a la defensiva durante un tiempo, corremos el riego de acostumbrarnos a hablar sin consecuencia. En un libro -como este de Trotsky- uno sabe que cada decisión que se tomaba influía en la vida o la muerte de la primera Revolución Socialista de la historia. Es un enorme trabajo que tiene ese mérito y donde se concentran las lecciones de procesos revolucionarios anteriores…
Castillo, destacó el valor del libro como un texto marxista de propaganda revolucionaria dirigida a «fundamentalmente a los obreros alemanes que todavía no habían protagonizado la revolución de noviembre» y que mostró «la genialidad de la táctica que van a tener los bolcheviques en Brest, ganar tiempo para que luego entre en escena el proletariado alemán…A l final de la primera guerra mundial también en Alemania, donde la perspectiva de una República Soviética a la cual habían apostado los bolcheviques, fue una perspectiva posible desde el punto de vista de la situación objetiva…, (ya que) había un enorme proletariado con tradición y cultura socialista en medio de una situación revolucionaria, con obreros y soldados armados por las calles de Berlín y otras ciudades. Pero faltó justamente una dirección con la calidad de la dirección bolchevique, con la capacidad revolucionaria para que esas condiciones le permitieran llegar hasta la victoria».
Castillo planteó como una de las conclusiones del proceso revolucionario que, «cuando uno dice que las huelgas son escuelas de revoluciones, se está refiriendo a las difíciles opciones que se deben tomar. … Porque el texto muestra los dos elementos que dice Trotsky, la necesidad a veces de tener retrocesos parciales, pero también la necesidad de que sino se da la ofensiva en el momento clave, en el momento central, pasa y la revolución es derrotada»…. Y dio varios ejemplos sobre la importancia de los tiempos en la política revolucionaria y remarcó que «Cada lucha en la que nosotros intervenimos en la cual tenemos alguna responsabilidad, desde la mínima a la más importante, la toma de una fábrica o una gran huelga en la que el Estado nos ataca los marxistas en realidad la tomamos como entrenamiento, nos entrenamos en esas luchas porque sabemos que cada victoria que logremos, nos enseña a cómo actuar mejor, pero para este momento, para el momento decisivo de cuando se plantee el problema de la toma del poder».
Refiriéndose a la tradición del marxismo, Castillo dijo «Lenin y Trotsky, utilizaron al marxismo en forma creativa e hicieron un marxismo vivo. Que es el marxismo que tenemos que recuperar si nos pretendemos continuadores de este legado, tomar estas experiencias sin las cuales sería como alguien que quiere inventar de nuevo el alfabeto…. ¿Porqué es tan importante? ¿Porque mantienen tanta vigencia? Porque no hubo otro momento en el cual los revolucionarios marxistas tuvieron tanta responsabilidad, tuvieron que pensar tan concretamente como aplicar el marxismo. El marxismo de los bolcheviques y la Tercera Internacional, antes de su stalinización, fue un momento cumbre del pensamiento marxista porque efectivamente debió enfrentarse a situaciones con la invasión de catorce ejércitos imperialistas , teniendo un ejército que no quería vover a la guerra de ninguna manera, que venía de apoyar a los bolcheviques para firmar la paz y tenían que comenzar con la guerra de la defensa de la Revolución, generando entusiasmo. Trotsky decía que hay dos maneras de lograr que un ejército que deja de querer pelear, vaya de nuevo a la batalla; una es aplicando la más violenta represión, otra es generando entusiasmo revolucionario. Los bolcheviques junto a Trotsky tienen el mérito de haber hecho esto último con la construcción del Ejército Rojo, y a hacer una de las proezas más grandes en la historia de la acción revolucionaria»…
Castillo, destacó la talla de la figura de León Trotsky no sólo por su rol en la revolución rusa, «también fue grande por saber resistir el stalinismo. Es sin duda una de las biografías revolucionarias más importantes que hubo en el siglo XX, por la cantidad de acontecimientos que tuvo que enfrentar (…) Siguió dando respuestas a nuevos desafíos, por ejemplo en plantear la necesidad de una Revolución política ante la burocratización del estado obrero soviético. Y es muy interesante ver cómo los levantamientos anti-stalinistas, después de la Segunda Guerra Mundial, en Hungría en 1956, en Berlín en 1953, en Polonia en 1970 tomaban esta dinámica, de plantear la economía planificada sí, pero enfrentando a la burocracia. Es lo que Trotsky señalaba sobre la dinámica que iban a tomar los levantamientos obreros contra la opresión burocrática. En la lucha contra el stalinismo, Trotsky fue la cabeza de la oposición de izquierda rusa e internacional, pero la cabeza de un enorme movimiento social que resistió al stalinismo. En las cárceles y en los campos de confinamiento se enfrentaba al poder de la burocracia y se había creado como cuentan los historiadores de ese momento una de las mayores ‘universidades marxistas’ de la historia.»
El final de la charla, que puso cierre al acto homenaje, Castillo lo dedicó a responder a la campaña contra el trotskismo del gobierno nacional y sus repercusiones. «Contando el proceso abierto por la revolución de febrero de 1848 en Francia, Marx dice que luego de las derrotas de junio de 1848 y mayo de 1849 se abre un período que llama de ‘ orgía monárquica’, donde se desata una fuerte campaña reaccionaria. Cada reclamo empieza a ser acusado de socialista; se pide la educación laica y el gobierno responde ‘¡eso es socialismo!’; se pide un aumento de salario al gobierno, y contesta ‘¡eso es socialismo!’. Y Marx dice que al identificar el socialismo con toda reivindicación popular nada como la propaganda reaccionaria de Luis Bonaparte y el partido del orde, ayudó tanto a la difusión de las ideas socialistas y que se extienda en las masas populares. …Que el gobierno siga diciendo hoy que los que hacen asamblea son trotskistas. Que sigan diciendo que los compañeros que no se venden son trotkistas!. Que siga diciendo que los que quieren pelear por un salario de 1800 pesos, son trotskistas! Y el gobierno de K involuntariamente estará haciendo un gran favor a que las ideas del trotkismo, para que sean visto como perspectiva para millones de trabajadores, al menos en nuestro país, y esperemos que en otros lugares también.
El trotskismo es una perspectiva que está ligada al movimiento obrero. En la Argentina se ha empezado a mover esa clase y por eso reaparece la acusación de ‘trotskismo’. Y anticipo que si en otros lugares también las clases dominantes ven esa amenaza se les va a ocurrir el mismo nombre, no tengan la menor duda…
Las ideas trotskistas no son ajenas a la realidad latinoamericana, estas ideas que estuvieron en la Revolución Rusa, estuvieron presentes en la historia del siglo XX en nuestro continente. Son las ideas que estuvieron en la base del documento político-programático más importante realizado por la clase obrera latinoamericana, que fueron las Tesis de Pulacayo en Bolivia, que estuvieron presentes en la lucha de nuestra clase obrera argentina, donde las ideas trotskistas tuvieron una enorme tradición solo recordemos que para Vandor, el burócrata sindical peronista, ‘¡trotsko!’ era la acusación emblemática que se le podía dirigía al activista obrero combativo y antiburocrático. Entonces cuando estamos en Argentina recordando a León Trotski, … estamos haciendo homenaje de alguien que es patrimonio de la clase obrera internacional.
Algunos trotkistas prefieren homenajear a Evita, nosotros preferimos homenajear a León Trotski!
Espero que todos adquieran el libro del C. E.I.P, si bien desde el punto de vista historiográfico menor que la gran ‘Historia de la Revolución Rusa’, que Trotski escribe años después, cuando tiene más tranquilidad en el exilio, es un muy buen ensayo, que tiene el valor que señalábamos».
Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx
Riobamba 144
Capital Federal – C1025ABD
Buenos Aires – Argentina
Tel.: (54-11) 4951-5445
e-mail: [email protected]