Mientras regiones, partidos políticos y sectores sociales se enfrentaron con pasión por la distribución del Impuesto Directo de los Hidrocarburos (IDH), es decir por las migajas de la torta petrolera, ni regiones, partidos políticos y sectores sociales dicen algo sobre el engaño de la «refundación» de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). El Decreto Supremo 228324, […]
Mientras regiones, partidos políticos y sectores sociales se enfrentaron con pasión por la distribución del Impuesto Directo de los Hidrocarburos (IDH), es decir por las migajas de la torta petrolera, ni regiones, partidos políticos y sectores sociales dicen algo sobre el engaño de la «refundación» de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El Decreto Supremo 228324, de 1º de septiembre último (Estatutos de YPFB), no toma en cuenta las acciones que los bolivianos tenemos, en teoría, en Transredes, Chaco y Andina y que, por mandato del referéndum del 18 de julio de 2004, deberían transferirse al ente estatal.
Tal omisión no es gratuita. La coexistencia entre empresas estatales y transnacionales es siempre conflictiva. Estas se sientan incómodas por la presencia de entidades públicas, que les impiden actuar con impunidad. Aquellas son saboteadas por el capital foráneo. La pugna fue definida contra el país, debido a que el «nuevo» YPFB, al no tener recursos económicos, mantendrá el carácter residual, al que lo condenó Gonzalo Sánchez de Lozada.
Las personas encargadas de elaborar los estatutos de YPFB están profundamente vinculadas al «gonismo». El Ministro de Energía e Hidrocarburos. Jaime Dunn, estuvo implicado en la privatización de las refinerías y en la liquidación de YPFB. El vicepresidente de Yacimientos, José Kreidler, es principal accionista de Sergetrol, empresa de servicios petroleros que atiende los requerimientos de Repsol, British Gas, British Petroleum, Maxus, Total, Vintage, Petrobrás y Maxus.
Estos personajes reciben eficaz respaldo del Ministro de Desarrollo Económico, Carlos Melchor Diaz Villavicencio, gerente de Helmerich, otra empresa de servicios que se ocupa de perforar pozos para las transnacionales. Decenas de funcionarios del Ministerio de Energía e Hidrocarburos y de YPFB reciben viáticos y beneficios de las petroleras, a través del «anexo D», por el que los empleados estatales elaboran estudios, entregados a sus benefactoras.
Los presidentes de YPFB están vinculados a las transnacionales. Carlos Darlach ocupó ese cargo después de trabajar 28 años en la Occidental Petroleum del Ecuador. Su antecesor, Jaime Barrenechea, fue contratado por Repsol, Argentina. Otros dos ex presidentes, Hugo Peredo y Arturo Castaños, se fueron a Petrobrás, con valiosa información en sus maletines.
Esta situación no genera el repudio social que merece. El Movimiento al Socialismo (MAS) que es, por ahora, la organización política del campo popular mejor estructurada y, por tanto, con mayores posibilidades de enfrentar al neoliberalismo, está haciendo gala de un pragmatismo exagerado.
Por el momento, teme asustar a las capas medias, a los organismos internacionales, a la Socialdemocracia europea y también a las ONGs. Así comenzó la debacle del MIR de Paz Zamora. Ojala no ocurra lo mismo con Evo Morales.
YPFB no ha terminado de nacer, pero ya ha recibido embates del sindicato del sector por recuperar fuentes de trabajo y antiguas prebendas. Es urgente publicar la lista de ex trabajadores que apoyaron la liquidación de YPFB, a cambio de acciones sobrantes, siguiendo las directivas de los dirigentes del Movimiento Bolivia Libre (MBL), Antonio Aranibar y Miguel Urioste. Hoy en día, el MBL es aliado del MAS en Chuquisaca.
Los neoliberales de ADN (ahora se llama «Podemos») y del MIR (bautizados como «Unidad Nacional») y del MNR, junto al Presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, están de pláceme. En tanto se destripa al Tesoro General de la Nación con el ICH y al país con la estéril disputa sobre el número de diputados por departamento, los proyectos destinados a incrementar las ventas de gas a la Argentina y Brasil avanzan incontenibles. Han logrado garantizar, además, que YPFB será una entidad decorativa, como quieren las petroleras.