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Salud y clase social, una relación nada frívola

La revista Forbes aconseja «Si quieres vivir muchos años hazte rico»

Fuentes: Rebelión

Hay dos tipos de medios de comunicación institucionales, los de masas o los que están dirigidos a las élites. La revista Forbes es uno de estos últimos. No se distinguen por que sean más o menos veraces sino por que en Forbes o en las páginas económicas de los diarios se exponen las opiniones de […]

Hay dos tipos de medios de comunicación institucionales, los de masas o los que están dirigidos a las élites. La revista Forbes es uno de estos últimos. No se distinguen por que sean más o menos veraces sino por que en Forbes o en las páginas económicas de los diarios se exponen las opiniones de las élites sociales con menos cortapisas.
 
Recientemente leí el libro «Aprender a mirar la Salud. Como la desigualdad social daña nuestra salud«, editado por el Viejo Topo, en el que con datos estadísticos se demuestra como en EE.UU. «el 1% de la población más rica tiene en sus manos cerca del 40% de la riqueza nacional y que el 40% más pobre tiene mucho menos del 1%. Un dato esclarecedor es el hecho de que algunos condados pobres tienen una esperanza de vida 17 años menor que los condados más ricos«. Esta obra demuestra como las desigualdades económicas y, por ende, de salud persisten y aumentan, además de ser «adaptativas«: los grupos sociales más privilegiados se benefician antes y en mayor proporción de las acciones e intervenciones sanitarias y sociales dirigidas a mejorar la salud. También me sorprendió el estudio de salud entre los funcionarios del Ayuntamiento de Londres, en el que se supone la existencia de un buen sistema de salud para todos sus trabajadores; pues bien, se reseña otro estudio en el que se certifica una «desigualdad gradual de la salud«, de manera que el funcionario con un alto cargo tendrá más esperanza de vida que el profesional, este más que el administrativo y este más que el subalterno.
 
Lo que no esperaba es que la propia Revista Forbes confirmara esta realidad social, en un claro descaro y desprecio por los más desfavorecidos, se puede visitar en su página web una presentación de diapositivas con consejos para obtener más y mejor salud. Todos son obvios, alguno realmente estúpido como «Emparéjate bien genéticamente. Que tu pareja tenga padres y abuelos longevos. (Eso será bueno para tus hijos.)», pero lo que realmente es insultante para el 99% de la humanidad es el consejo de «Se rico». La revista cuenta que: «Según el Centro Nacional de Estadística de Salud (EE.UU), el 24% de los usamericanos cuya renta familiar es menor de $20.000 tienen una enfermedad crónica, mientras que solamente el 6% de las personas con una renta superior a $75.000 o más tienen este problema. Los grupos de la población que sufren de una peor salud son las más pobres y de menos educación». Seguidamente explica lo evidente: «Una explicación posible:Las rentas más altas permiten el acceso a una mejor alimentación y vivienda, vecindades más seguras y mejor asistencia médica. Las rentas más altas también favorecen un modo de vida más saludable. Por la supuesto, ser ejecutivo te expone ciertamente a un de alto nivel de la tensión que puede disminuir esperanza de vida. Pero según los datos, esforzarse para tener una situación finacieramente cómoda es una buena meta para los que aspirantes a centenarios».
 
Además de la salvedad citada respecto a los ejecutivos me parece que ser rico puede entrar en colisión con otros consejos de la web para llegar a centenario: «Se optimista», «Tranquilidad», «Ríe», «Pierde peso», «Controla el estrés» e incluso encuentro cierto grado de incompatibilidad con los consejos de «Medita» y «Practica más el sexo», a no ser que en este último caso se incluya también el sexo pagado.
 
Pero, abandonando el tono de absoluta frivolidad utilizado por la revista, hay que contextualizar donde se han escrito estas páginas. La editora de Forbes apoya el sistema de salud de EE.UU. cuya gestión está totalmente privatizada, en donde los precios de los tratamientos médicos y los seguros de salud tienen un coste muy elevado, por lo que amplias capas de la población mueren por enfermedades que tienen cura. Estados Unidos es un ejemplo de desigualdad extrema en lo que respecta al derecho a la salud, primer derecho humano en importancia, pues sin vida y sin salud nada importan el resto de derechos humanos.
 
Pero no muy lejos de EE.UU encontramos un pequeño país en el que este primer derecho humano, a  la vida y a la salud, se garantiza a todos los ciudadanos por igual. Haría bien esta revista, en lugar de mentir sobre el supuesto patrimonio de Fidel Castro en añadir otro párrafo a este consejo: «Si eres pobre y quieres tener asistencia médica, mejor haber nacido en Cuba».