«Hemos empezado a acabar con un Estado mendigo», aseveró esta noche el presidente boliviano, Evo Morales Ayma, quien al dar un mensaje a la nación, al cumplir seis meses en el cargo, pidió a los pueblos originarios: «no me abandonen, que yo no los abandonaré»; además, convocó a otros sectores -«con firmeza, con humildad»- a […]
«Hemos empezado a acabar con un Estado mendigo», aseveró esta noche el presidente boliviano, Evo Morales Ayma, quien al dar un mensaje a la nación, al cumplir seis meses en el cargo, pidió a los pueblos originarios: «no me abandonen, que yo no los abandonaré»; además, convocó a otros sectores -«con firmeza, con humildad»- a sumarse a su gobierno. «Juntos podemos hacer historia», afirmó.
En la capital boliviana, adonde llegaron miles de indígenas de los 36 pueblos originarios de este país, en el contexto de la instalación -este domingo- de la Asamblea Constituyente, Morales leyó e improvisó ante el Congreso su informe, que duró cerca de dos horas y media.
Destacó que ha cumplido con compromisos de campaña, como la convocatoria a la Asamblea Constituyente, la nacionalización de los hidrocarburos, el combate a la corrupción y el incremento a los salarios mínimos.
Mencionó que con el recorte a los salarios del presidente de la República, ministros y otros altos funcionarios, incluyendo, con ciertas reticencias, al Poder Judicial, en seis meses se crearon mil 622 plazas en educación.
Al hablar de la situación económica del país, el mandatario indígena informó que en estos seis meses su gobierno ha debido atajar cuatro veces intentos de desestabilización con rumores de crisis financieras, que incluirían desdolarización.
«No habrá ni corralitos, ni corridas, ni sabotajes financieros», advirtió, señalando que el país ha logrado un superávit de 436 millones de dólares, récord en los últimos 20 años, y cuenta con reservas internacionales por 2 mil 470 millones de dólares, un incremento de 44 por ciento sobre el año anterior.
Llamó la atención a ministros y viceministros que en el área de vivienda no han sabido aplicar los recursos con los que se cuenta -56 millones de dólares-, y les advirtió que para fin de año habrán de construir 10 mil viviendas. «Si no se cumple, rodarán cabezas», anunció.
Otra crítica del presidente se dirigió a los prefectos departamentales (gobernadores con facultades limitadas), que «no están gastando la plata que tienen» producto de la derrama que les corresponde del impuesto directo a los hidrocarburos.
La llamada de atención alcanzó «incluso a los prefectos del MAS (Movimiento al Socialismo, partido de Morales)». El mandatario instó a todos estos funcionarios a invertir en plazas para salud y educación. «Estamos muy bajos en inversión pública, y eso hay que resolverlo», subrayó.
Presentes en el acto estaban además de los integrantes del Congreso -diputados y senadores-, los constituyentes, encabezados por su flamante presidenta, la dirigente indígena cocalera Silvia Lazarte; jerarcas de la Iglesia católica -reacios a aplaudir el discurso de Morales Ayma, igual que los congresistas de la oposición-, así como miembros de las diferentes delegaciones de invitados internacionales a la instalación de la Asamblea Constituyente, entre ellos el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, y la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz.
Respecto a la Constituyente, Morales subrayó la importancia de que sus integrantes hayan elegido a una indígena para presidirla.
El organismo debe tener carácter plenipotenciario para refundar el país, agregó, y reiteró que incluso estaría dispuesto a aceptar que la Constituyente revocara su mandato presidencial, si fuera necesario.
Lage -quien igual que Menchú fue declarado huésped ilustre de Sucre- destacó que en esta nación se está escribiendo la historia no sólo del pueblo boliviano, sino «páginas por la independencia de nuestros pueblos». Afirmó que su presencia obedece a «la admiración que siente su pueblo y la dirección de la revolución por el presidente Evo Morales y la lucha que encabeza por refundar el país».
Morales Ayma destacó la cooperación recibida de Cuba, con el equipamiento y operación de 20 hospitales de segundo nivel -14 ya entregados-, la atención médica gratuita a un millón 120 mil 821 personas, la donación de siete centros oftalmológicos, en los que han sido operados 26 mil 50 personas, lo que «ha ahorrado a los pobres 26 millones de dólares», ya que cada operación tendría en el país un costo de mil dólares.
El mandatario agradeció al presidente cubano, Fidel Castro, su apoyo, señalando que, por fortuna, ya se ha recuperado de la operación que le hicieron y sólo falta que se reincorpore a sus funciones oficiales.