La elección unánime de una indígena para presidir la Asamblea Constituyente (AC) en Bolivia marca un hito para la mujer, en el marco del 181 aniversario de la independencia del país.Los 255 constituyentes optaron por la figura de la luchadora social del gobernante partido Movimiento al Socialismo (MAS), Silvia Lazarte, quien estará acompañada en la […]
La elección unánime de una indígena para presidir la Asamblea Constituyente (AC) en Bolivia marca un hito para la mujer, en el marco del 181 aniversario de la independencia del país.
Los 255 constituyentes optaron por la figura de la luchadora social del gobernante partido Movimiento al Socialismo (MAS), Silvia Lazarte, quien estará acompañada en la mesa directiva por cinco integrantes de su agrupación.
Asimismo, de uno de Poder Democrático y Social (Podemos), uno de Concertación Nacional (CN), uno de Unidad Nacional (UN), uno de Alianza Social (AS) y uno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
Los 11 elegidos habrán de dirigir las acciones por el camino hacia la redacción de una nueva Carta Fundamental con las transformaciones estructurales que les encomendó el pueblo boliviano, en la voluntad de ‘refundar’ el país altiplánico.
La directiva asumió funciones ayer, domingo, y tendrá entre sus responsabilidades prioritarias la aprobación de un reglamento interno que guiará, durante el siguiente año, las labores de esta instancia compuesta por 255 representantes elegidos el pasado 2 de julio.
La presidenta de la AC, Silvia Lazarte, agradeció la confianza depositada en su persona y comprometió un trabajo transparente y de apertura a las propuestas de país de los diferentes sectores en la perspectiva de hacer de este escenario un punto de unidad.
Casi la mitad de los nueve millones de bolivianos son mujeres, y a lo largo del tiempo han tenido escasa participación en las decisiones políticas, como que sólo una de ellas, en 1967, integró una AC; además de Lidia Gueiler, designada por el Congreso como presidenta de la República en 1979.
En esta AC son 87 mujeres que tendrán voz y voto en la redacción de la futura Carta Política, en igualdad de condiciones que sus colegas varones.
‘Ya era hora de que se tenga en cuenta a la huarmi (mujer en quechua), para superar el machismo y, adicionalmente, la exclusión social a la que ha estado sometida la mujer indígena’, dijo la presidenta de la Comisión Ad-Hoc, Rossana Delgado, encargada de la junta preparatoria de la AC.
Lazarte (42), propuesta por el mandatario boliviano y líder del MAS, Evo Morales, es una tenaz luchadora social del campo que inició su carrera sindical cuando aún era una niña (13).
Casada con un campesino, Florencio Flores, tiene un hijo universitario y adoptó otros dos que fueron abandonados por sus familiares.
La electa presidenta de la AC, que juramentó ayer en una ceremonia especial, representa a la mayoría indígena del país altiplánico (el 55 por ciento del total de la población) y sobresalió en la defensa de los derechos de los más desposeídos.
Silvia Lazarte Flores nació el 10 de enero de 1964, en el valle de Karasa (Capinota), en el sur del departamento central de Cochabamba, cercano a los departamentos de Oruro y Potosí.
Como cientos de familias campesinas de las áreas rurales del país, Silvia, con sus padres, emigró al Trópico de Cochabamba (Chapare), donde al lado de los productores de la controvertida hoja de coca hizo su trinchera de lucha.
Por su liderazgo natural y por su interés en la organización sindical, en 1982, fue elegida como secretaria general de Mujeres de la Central Nuevo Chapare.
Aunque la participación de las mujeres era limitada, su ascenso en la organización sindical fue imparable: fue la principal dirigente de las mujeres del trópico cochabambino en el Sindicato Pedro Domingo Murillo y también en la Central Villa 14 de septiembre.
En ambas organizaciones, siempre encabezó las luchas no sólo de reivindicación de las mujeres, sino también de sus compañeros, por la defensa de la coca, considerada alimento, medicamento y ritual desde tiempos precolombinos, por los derechos humanos y también por la soberanía y dignidad nacional.
Asimismo, Lazarte fue la fundadora y la primera secretaria ejecutiva de la Federación de Mujeres del Trópico de Cochabamba (FECAMTROP).
En los días consagrados a las fiestas de fin de año de 1995, un puñado de mujeres encabezadas por ella y con el respaldo de otros dirigentes, como el actual gobernante, Evo Morales, fueron las protagonistas de la marcha Mujeres Cocaleras por la Soberanía y la Dignidad, desde Villa Tunari hasta La Paz, movilización que fue reprimida.
En las fiestas navideñas de ese año, la dirigente se encontraba detenida (48 horas) en la cárcel de la Unidad Móvil para el Patrullaje Rural (en la región cochabambina de Chimoré), pero recuperada su libertad, volvió a encabezar la histórica movilización que llegó hasta La Paz el 16 de enero de 1996.
Como dirigente no sólo encabezó grandes movilizaciones sino también las huelgas de hambre y las jornadas de enfrentamiento contra las fuerzas del orden; además representó a los sectores populares del país en varios eventos internacionales.
Demostró su capacidad de dirigente en la conducción como presidenta del Presidium de congresos como de las Seis Federaciones del Trópico, de la Federación Unica de Trabajadores Campesinos de Santa Cruz y otros.
Por su liderazgo a nivel nacional, entre 1999 y 2001, la nombraron secretaria ejecutiva de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia Bartolina Sisa y también fue concejal municipal de la alcaldía de Villa Tunari en el Chapare de Cochabamba.
Lazarte postuló en las listas del Movimiento al Socialismo (MAS- IPSP) como segunda candidata plurinominal a constituyente por el departamento de Santa Cruz y fue electa por el voto directo y democrático.
El nombre de Silvia Lazarte Flores, como de otras constituyentes, también mujeres y de extracción indígena, habrán de registrar un nuevo país a partir de la AC y de la futura Carta Política de Bolivia.