Las calles de Bolivia están convulsionadas con huelgas, manifestaciones enfrentadas y cierres de rutas. Otra vez el poder corruptor del dinero de la oligarquía petrolatifundista quiere burlar la voluntad expresada en las urnas por el pueblo votando por contundente mayoría a un presidente que le prometió la reforma constitucional y la nacionalización de los recursos […]
Las calles de Bolivia están convulsionadas con huelgas, manifestaciones enfrentadas y cierres de rutas. Otra vez el poder corruptor del dinero de la oligarquía petrolatifundista quiere burlar la voluntad expresada en las urnas por el pueblo votando por contundente mayoría a un presidente que le prometió la reforma constitucional y la nacionalización de los recursos naturales.
El colonialismo de las multinacionales y sus cómplices cipayos locales no desean abandonar sus privilegios ilegales e inhumanos en Bolivia.
Los bolivianos ya decidieron legalmente asumir su propio destino y nombró presidente legal por primera vez en América (Abya Yala) a un indígena: Evo Morales. Su programa de gobierno ha prometido un programa que debe y quiere cumplir. Pero el Senado, comprometido con el capital extranjero, traba la concreción de ese mandato.
Desde la colonización española se busca, a sangre y fuego, mantener a Bolivia en condiciones de esclavitud, haciéndole padecer genocidios, miseria, racismo, analfabetismo y marginación.
Ahora se busca la desestabilización de un gobierno designado en inobjetables elecciones limpias, atacado hoy por un presidente fruto del fraude, cabeza del imperialismo yanqui: George W. Bush.
Evo Morales llegó al poder porque las calles lo exigieron, llenándose de obreros y campesinos pobres. Ahora, pretender hacer lo mismo, pero sin la voluntad del pueblo, las movilizaciones provocadas por el dinero de las multinacionales en complicidad con la oligarquía boliviana petrolatifundista.
Suspendida sin fecha de reinicio las deliberaciones de la convención constituyente en Cuzco por la escasa mayoría del Senado por pretender derecho de veto. Bolivia ha entrado en un tembladeral que hace peligrar la existencia misma de su integridad territorial proyectando su división en dos repúblicas. Una con los depredadores extranjeros de las riquezas naturales, y otra reducida al altiplano pobre.
La situación es complicada por la influencia corruptora de las multinacionales en busca del caos por desabastecimientos esenciales para la población, como es el acceso a alimentos.
Movilización de las comunidades
Para salir del atolladero político provocado por la oposición comprometida de siempre con capitales extranjeros, Evo Morales ha decidido convocar al pueblo a exigir el cumplimiento del programa electoral por el cual sufragaron.
En los últimos días, el presidente ha recorrido diversas zonas rurales pidiendo que los campesinos se «declaren en emergencia» para respaldarlo en sus esfuerzos por cumplir el mandato nacional de las urnas. Es que sin la recuperación del patrimonio boliviano será imposible generar el desarrollo del país y el bienestar de sus más que empobrecidos habitantes. Precisamente en esas necesidades se funda la legitimidad del poder.
Esta diabólica maniobra de provocar enfrentamientos de impredecibles consecuencias, hasta podrían llevar a una guerra civil.
Convocatoria la indigenismo regional
Evo Morales ha llamado a una cumbre indígena de campesinos de Bolivia, Ecuador y Perú que tendrá lugar entre el 8 y el 12 de octubre en la ciudad de La Paz. Bolivia, entre indígenas y mestizos posee el 75 % de los habitantes, Ecuador el 80 %, y Perú 81 %. Esos porcentajes son mayoritariamente de trabajadores del campo.
Esta convocatoria de 3 países suramericanos, sin contar el resto del subcontinente que da cifras semejantes, salvo Argentina (54 % mestizos) y Uruguay (8 % mestizos y 6 % negros), además, tienen otra coincidencia, el ser todos andinos y de origen incaico. Los dirigentes indigenistas de todos ellos, entre otras comunidades, han estado representados en la consagración de Morales en el Tihuantinsuyo, donde eran coronados los incas. Dicha ceremonia tuvo lugar antes de jurar ante el Senado Nacional. Es decir, hay en el trío convocado una común identidad con la Madre Tierra, la Pachamama. Implica también una unidad aborigen precursora de la Unión Suramericana.
La cumbre tripartita tiene un anunciado tema prioritario: el oponerse a los TLC (tratados de libre comercio) y, otro punto que se presta a interpretaciones diversas: «Recordar al ‘Che'».
Un documento difundido, titulado «de la resistencia al poder» dice: «Después de 513 años de colonialismo interno y externo, de políticas que apuntan al sometimiento, marginación y exterminio, los pueblos y nacionalidades indígenas del Abya Yala nos encontramos de pie y dispuestos a construir un futuro mejor».
El silencio es una complicidad repudiable.
La Unión Suramericana se hace con Bolivia y el indigenismo mayoritario o no se hará.