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Entrevista a Jaime Martínez Luna

Oaxaca: La comunalicracia u otra forma de entender la política

Fuentes: Rebelión/Radio Guiniguada

Entrevista realizada en Radio Guiniguada (fm 105.9), Las Palmas de Gran Canaria

Jaime; me gustaría que primero nos situaras en relación a lo que está pasando allí, el balance de los últimos días, para luego adentrarnos un poco más en la explicación de las causas que hay detrás de todo esto. ¿Qué es lo que está pasando en Oaxaca?

Lo que sucede en Oaxaca tiene orígenes muy antiguos. Sin embargo desde 1985 a la fecha el movimiento del magisterio ha ido creciendo, ha ido madurando porque en principio se reveló ante un caciquismo sindical que le impedía toda posibilidad de ejercitar sus derechos, le imponía medidas arbitrarias que no permitían que los maestros se manifestaran. En 1985 nace este movimiento con toda la intención de reivindicar la participación del maestro en la vida de su sindicato; a lo largo de los años este sindicato fue conformándose, fue practicando una actividad delegacional que permitía que todos los maestros participaran en las ideas, en la construcción de demandas, de necesidades, de posibilidades y de alternativas de solución a sus necesidades inmediatas; esto permitió el desarrollo de un amplio complejo participativo que en términos políticos es horizontal, esto se remite a conformar un movimiento con bastante claridad de que en Oaxaca se requerían cambios en profundidad. Sin embargo, en el presente año, en mayo, inician lo que casi cada año: el magisterio en pleno se reunía en Oaxaca para exigir mejoras laborales, trabajo, aumentos de salario, en fin, un tratamiento justo que consideran digno para ellos. En esta ocasión se enfrentaron con un gobernador autoritario lesionador de los derechos humanos en primera instancia que les reprime en el mes de junio y decide cancelar todo diálogo con ellos; el magisterio siempre estableció como política general el dialogar con el gobernador, sin embargo los mandos medios del gobernador no tuvieron la habilidad suficiente y eso condujo a una represión generalizada que exacerbó los ánimos en el magisterio, quienes demandaron ya de manera precisa la salida del gobernador, Ulises Ruiz. Esto provocó una reacción inmediata en distintos sectores de la sociedad oaxaqueña, y permitió dibujar una mayor participación social en un conflicto que reunía demandas ya no sólo del magisterio sino de la sociedad oaxaqueña en general.

Durante el mandato de Ulises Ruiz habían desaparecido varios dirigentes políticos, habían sido asesinados varios representantes populares, habían sido encarcelados ya varios dirigentes de organizaciones sociales, políticas que daban cauce a que la sociedad oaxaqueña se identificara plenamente con la demanda del magisterio. Esto fue abriendo un cauce a la movilización popular que sin tener un asidero, una base real identificable, salvo el magisterio como sindicato, dio posibilidad para que la población en su conjunto empezara a reflexionar sobre la importancia que tenía el modificar la estructura política de Oaxaca. Intervienen diversos sectores: los intelectuales, los obreros, los trabajadores de la salud, en fin, varios organismos que se aglutinan en torno a una movilización ya general para pedir la salida de Ulises Ruiz. Esto conforma un panorama degradado, degradante que degrada la imagen del gobierno del estado, pero además empieza a deteriorar la imagen ya de por sí golpeada por las recientes elecciones del 2 de julio que hacen evidente que en México el modelo político que está establecido ya no llena las necesidades de la población nacional y eso conduce, digamos, a un lodazal, a la movilización popular porque no se encuentra un interlocutor válido que permita un diálogo claro y transparente y por más que se busca en estas instancias no se encuentran más que en las secretarías de gobernación del gobierno federal mexicano; esto explica de alguna manera una suma de contradicciones, una suma de oscuridades, de penumbras que envuelven al proceso político que se está dando en la actualidad en Oaxaca que cada vez se hace más sangriento, cada vez genera mayor violencia, mayor contradicción entre los sectores tanto del pueblo frente al gobierno como al interior mismo del pueblo, como al interior mismo del Estado mexicano. Hay un enfrentamiento que ya impide pensar cual es la posible salida; obviamente el pueblo oaxaqueño considera que la única salida es la renuncia de Ulises Ruiz. En ese trayecto hemos perdido a más de nueve compañeros quienes han sido asesinados en distintos momentos, en distintos procesos de la movilización, ha habido más de un centenar de desaparecidos, algunos de ellos ya han sido excarcelados, otros están siendo apresados por la policía que tiene prácticamente secuestrada a la ciudad de Oaxaca con el argumento de querer limpiarla de la presión popular, en ese sentido estamos ante una situación verdaderamente de ofuscación política general, no sabemos en qué va a parar, la tensión es grande, la participación de los medios de comunicación ha sido muy importante, los medios alternativos en Oaxaca se han multiplicado, se han revalorado en su función de comunicación y ha sido un proceso intenso. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca ha tenido la necesidad de secuestrar en un primer momento los canales gubernamentales, y después le son arrebatados y destruidos por las propias fuerzas paramilitares del gobierno del Estado de Oaxaca. Después, como respuesta, el movimiento popular secuestra varias emisoras comerciales y a través de ella empieza a transmitir los avances de su propia movilización; la represión no se deja ocultar y se pierden esos espacios; nos quedamos con Radio Plantón, que es la emisora del magisterio oaxaqueño y a últimas fechas con Radio Universidad que también está resultando agredida de manera permanente ya sea en lo tecnológico ya sea de manera arbitraria y violenta, en fin, los compañeros locutores los conductores están siendo amenazados, presionados a retirarse, sin embargo la resistencia del pueblo de Oaxaca ha sido múltiple y ha sido de un continuo ir y venir. En recientes fechas hubo un enfrentamiento muy duro entre la policía federal preventiva y el movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en el que se logró que la policía abandonara el lugar, eso se considera para los oaxaqueños un triunfo y una demostración de la unidad de la fuerza que tiene el movimiento popular en Oaxaca, esto es más o menos de manera general.

¿Cuáles son los mecanismos a través de los cuales el pueblo oaxaqueño está coordinándose frente a esta situación tan caótica?

Todas las organizaciones sociales y políticas que están en Oaxaca heredan una capacidad asamblearia permanente que viene de la comunidad originaria, Oaxaca está poblado por 16 pueblos distintos zapotecos, mixtecos, etc., y en todos ellos prevalece la organización comunitaria con amplia fortaleza, en principio casi el 70% de la tenencia de la tierra en Oaxaca es comunal, es decir casi no existe la propiedad privada; en segundo término se explica también la existencia de 560 municipios en todo el estado que es casi la cuarta parte del número de municipios que existen en el país, el 25% de municipios de México están establecidos en Oaxaca; y esto implica una horizontalidad de participación bastante sobresaliente; en tercero podemos hablar que en Oaxaca existen más de 10000 comunidades regiamente organizadas con tenencia comunal pero ancestralmente organizadas e integradas con tradiciones propias para la elección de sus representantes. Esta situación de participación, de maduración política, de participación efectiva, permite ver que cualquier organización social o política que se de en Oaxaca hereda esos principios de práctica cotidiana, es decir, Oaxaca es básicamente el estado social más organizado que pueda tener toda la nación, toda la república mexicana. Esto nos permite entender a todos que la movilización, así aglutine el tipo de membretes que existan, como izquierda unida, grupos de cañeros grupos de cafeticultores, organizaciones civiles, organizaciones no gubernamentales, todas de alguna manera heredan esa fortaleza de participación política lo cual le da una capacidad y una pujanza relevante a todo el proceso.

Creo que la caducidad de lo que es un partido político se evidencia en esa movilización y voy a darte un dato, en Oaxaca, de los 570 municipios 418 son elegidos vía un sistema que se conoce como usos y costumbres y que nosotros que estamos trabajando el tema le denominamos comunalicracia, es decir un proceso de elección de representantes pero de calidad, de cara a cara, de conocimiento profundo, no se trata de números, no se trata de votos abstractos, ni de esa democracia a la que estamos acostumbrados, yendo a las urnas a votar sin decirle a nadie por quien votas, no, aquí en esos 418 municipios la población vota por quien ya saben que le toca hacer el cargo de representación y además los cargos no son remunerados, los cargos son gratuitos, por lo tanto el ser presidente municipal en un municipio oaxaqueño implica un honor, un verdadero prestigio porque tú no lo haces por oficio, no perteneces a una clase política, no perteneces a un partido político, no eres una gente que está buscando el poder sino que el poder lo tiene la asamblea comunitaria y es la asamblea quien decide quién debe ser el representante, y en ese sentido la calidad y la autoridad moral es muy fuerte, esto implica realmente una ventana grandísima a entender fenómenos de cambio político a futuro mucho más horizontales. Yo creo que toda América Latina desea tener ese futuro

¿Cómo encaja esta manera de entender las relaciones de poder en un Estado como el mexicano?

Es difícil entenderlo. Precisamente por eso al caso Oaxaca que está siendo muy sonado a nivel nacional y a nivel internacional no se le comprende, por qué, porque a fin de cuentas la vía comunal en el ejercicio de la vida en el país en la república mexicana ha sido considerado un obstáculo para el desarrollo y fundamentalmente para el desarrollo capitalista. La tenencia comunal de la tierra ha sido un obstáculo para ellos, sin embargo no comprenden y se nos tilda de pre-capitalistas, lo cual a mí no me molestaría que nos lo dijeran, pero a otros compañeros sí porque como los consideran ignorantes, atrasados, necesitados de mayor civilización dicen ellos y nosotros opinamos que la civilización la tenemos nosotros, es decir, el Estado mexicano nos conduce hacia la individualización, nos conduce hacia la apropiación privada de la tierra, de los medios de trabajo; sin embargo se intenta ocultar lo que existe de comunal, lo que existe como una fortaleza política propia, por qué, porque el afán individualizador es la personalidad del pensamiento occidental, la personalidad del capital, la personalidad de ese medio económico neoliberal que se está imponiendo en todo el mundo. Estos mecanismos de mercado que se explican solamente en función de una democracia cuantitativa, de suma de votos, de cantidades, requieren la intervención mediática. No solamente en México sino en todo el mundo se trata de recrear una política de mercado, una política en donde los políticos se ofrecen a través de los medios de comunicación vendiendo su discurso y el consumidor es el lector, y en ese sentido estas democracias a fin de cuentas son una estrategia brillante, sí, para el desarrollo del comercio, de la propiedad privada, del individualismo. Por eso comunalicracia para nosotros representa una visión de calidad porque es directa, porque se basa en el trabajo, porque se basa exactamente en hechos y no en la acumulación, no en la aspiración a mejores y banales mejores condiciones de vida que se nos invita a adquirir a través de los medios de comunicación.

¿Cuál es la percepción en Oaxaca del panorama latinoamericano, particularmente en Bolivia y Venezuela?

Realmente para mí es de enorme gusto poder identificar las aspiraciones y la experiencia del pueblo oaxaqueño con lo que se está recogiendo, se está organizando, se está sistematizando en Bolivia y se esta evidenciando como un reflejo y una necesidad real en el pueblo de Venezuela. Yo entiendo tanto en Bolivia como en Venezuela, y más en Venezuela que en Bolivia que se esté dando el proceso del individuo a la comunidad, cosa que es al contrario en la nación mexicana, es decir, aquí se esta reprimiendo a la comunidad buscando la individualidad, y en Venezuela se está partiendo de la individualidad hacia la comunidad, de allí la propuesta de los Consejos Comunales en Venezuela, y en Bolivia con mucha mas riqueza, mucha mayor esperanza, por qué, porque la población indígena es mayoritaria. La cosmovisión indígena en Bolivia nos puede permitir realmente un cambio de calidad para toda Latinoamérica. Yo diría que la posibilidad más grande que tenemos como latinoamericanos para mirar hacia nuestra historia, para mirar hacia nuestros adentros y valorar nuestras capacidades, se puede dar en Bolivia; quizás es el país que tiene el mayor reto y representa la mayor esperanza. Sin embargo, la visión que se está realizando en Venezuela revela un proceso de comunalización que a mí me parece de suma importancia porque mientras en Oaxaca lo tenemos como herencia histórica de muchísimas generaciones de muchos siglos atrás, en Venezuela se está buscando y por eso se habla del socialismo del siglo XXI. Entonces lo que nosotros tenemos aquí como valores políticos se ligan perfectamente a las aspiraciones del gobierno venezolano en este momento y coincide con las capacidades que tiene el gobierno boliviano para darle una personalidad totalmente distinta a la sociedad boliviana.

Sin embargo aquí escuchamos hace varios meses declaraciones de como las de José María Aznar, hablando del peligro que entrañaba el indigenismo en América Latina…

Claro, claro que es un peligro: para ellos, para los que tienen esa visión de mercado, para los que quieren exactamente mantener las desigualdades tan aberrantes que se están dando en las sociedades capitalistas. Los que están acostumbrados a tener el poder no lo quieren soltar, por eso la clase política en México está perdiendo base en la medida en que la comunidad está tomando conciencia de su valor y está señalando sus potencialidades, obviamente la clase política no encuentra asidero, no encuentra sustento, por eso ni los PANistas tienen línea a seguir, como ni el propio PRD está encontrándolas, si es que no busca en el pueblo realmente la respuesta, y no en un pueblo etiquetado desde un medio de comunicación o desde un voto o desde una urna, no, sino desde la participación en el diseño y en la toma de decisiones de carácter asambleario. Es cierto, somos un peligro, digamos que los que pensamos, los seres comunales, los pueblos indígenas que habitamos América Latina sí somos un peligro para los neoliberales, que quede muy claro, yo por lo menos lo tengo muy precisado, pero precisamente porque buscamos partir de nuestras raíces para encontrar un modelo de bienestar que no esté sustentado en la competencia, en el mercado, en la valoración cuantitativa hasta del oxígeno que tenemos, porque todo lo estamos mercantilizando; ya ves, ya conocemos todos el problema del agua, la guerra por los hidrocarburos, las aspiraciones de controlar nuestra alimentación a través de los transgénicos, en fin, cantidad de aspectos que revelan que sí existe una gran contradicción. Pero qué les decimos a los países hermanos nuestros ubicados en el sur: que tenemos fortaleza, que tenemos capacidades, que tenemos ideas propias y que no tenemos porque estar enclaustrados en el concepto democracia, que tenemos modelos políticos alternativos que parten de nuestras propias prácticas.

* Jaime Martínez Luna es antropólogo, maestro y músico. Indígena Zapoteca del pueblo San Pablo Guelatao, en la Sierra de Oaxaca, México

* Catherine Hernández es miembro del Círculo Bolivariano Alí Primera

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