Bolivia es uno de los países de mayor oferta de agua dulce por habitante en América Latina (aproximadamente 50 mil metros cúbicos/habitante/año), tiene agua suficiente como para satisfacer la necesidad de sus más de 9 millones de habitantes, pero irónicamente 2,3 millones de estos habitantes no tienen acceso a agua potable y, a consecuencia del […]
Bolivia es uno de los países de mayor oferta de agua dulce por habitante en América Latina (aproximadamente 50 mil metros cúbicos/habitante/año), tiene agua suficiente como para satisfacer la necesidad de sus más de 9 millones de habitantes, pero irónicamente 2,3 millones de estos habitantes no tienen acceso a agua potable y, a consecuencia del agua sucia, la diarrea es la primera causa de mortalidad infantil.
Por esa causa, se calcula que cada año 8 mil niños no llegan a los seis años y el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Bolivia no es de los mejores, según el informe mundial sobre Desarrollo Humano 2006 entregado por el representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Antonio Molpeceres, ayer en esta ciudad al ministro de Aguas, Abel Mamani.
El informe, intitulado «Más allá de la escasez: Poder, pobreza y la crisis mundial del agua», hace énfasis en el acceso de la población al agua y al saneamiento, como dos factores decisivos para los niveles de mortalidad infantil, las desigualdades y las posibilidades de desarrollo humano.
Molpeceres manifestó que debido a la realidad perversa, en gran parte del mundo en desarrollo los más pobres disponen de menos agua y además pagan por él, precios altos.
Por hacer frente a estos problemas, el informe sugiere garantizar al menos 20 litros de agua día por ciudadano, controlar el segundo mayor asesino de los niños: la diarrea, garantizar que los pobres no paguen más dinero por el agua que los ricos, proveer a todos agua potable y acceso a un inodoro o por lo menos letrina y que el excremento humano no se mezcle con el agua destinada al consumo humano.
Asimismo, recomiendan que los gobiernos por lo menos inviertan el 1 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en agua y saneamiento. Contrariamente a esta recomendación en Bolivia, esa inversión se aproximó al 1 por ciento (0,9 por ciento) pero en 2005 ésta ha disminuido a 0,3 por ciento.
Al respecto, el ministro de Agua, Abel Mamani, quien manifestó su acuerdo con varios de los puntos del informe, pero no todos porque los datos utilizados para medir el IDH no eran totalmente reales, estaban desactualizados, dijo que el Gobierno Central apostó por una inversión superior a ese uno por ciento para ampliar el acceso de la población a agua potable y saneamiento básico, pero también de agua para riego y preservar la calidad de las fuentes de agua, con el control de todo aquello que contamina.
Desigualdades
De acuerdo al informe del PNUD presentado el 9 de noviembre pasado a nivel mundial, en desarrollo humano (IDH) Bolivia ocupa el lugar 115, entre 177 países, tuvo una mejora en relación con el informe del año pasado, pero descendió dos lugares, del 113, debido a que los otros países mejoraron más.
Según Molpeceres por las disparidades entre grupos sociales con diferentes ingresos que existen dentro un país, en Bolivia, el 20 por ciento más rico de la población se encuentra en los niveles más altos de desarrollo humano, comparables con Polonia, mientras que el 20 por ciento de los más pobres, tienen un IDH promedio igual al de Pakistán (que está en el puesto 134). Polonia y Pakistán se encuentran separados por 97 puestos en el rango IDH mundial.