«no pueden pretender que nos traguemos con gusto el desagradable pastel de carne humana que nos sirven. No pueden exigir que nuestra nariz temblorosa aspire con entusiasmo el hedor a cadáver. No pueden esperar que confundamos con heroísmo el embotamiento y la insensibilidad que cada día se revelan más funestos. Tendrán que admitir que […]
«no pueden pretender que nos traguemos con gusto el desagradable pastel de carne humana que nos sirven. No pueden exigir que nuestra nariz temblorosa aspire con entusiasmo el hedor a cadáver. No pueden esperar que confundamos con heroísmo el embotamiento y la insensibilidad que cada día se revelan más funestos. Tendrán que admitir que hemos reaccionado de forma muy comedida, incluso conmovedora. Los panfletos más penetrantes no han alcanzado a arrojar suficiente desprecio y sarcasmo sobre la hipocresía generalizada».Hugo Ball
En vísperas del golpe de estado «democratizado» todo tiende a empeorar en Oaxaca. El cinismo escalofriante del gobierno criminal ahora sube el tono y alardea sobre su talento represivo. Como si no los conociéramos. Una vez más, con lujo de prepotencia asesina, las «fuerzas del orden» pisotean todo resabio de «derechos humanos» a diestra y siniestra. Van por calles y avenidas con sus camiones de asalto intimidantes y ensangrentados. Algunos represores vestidos de civiles, a bordo de automóviles o camionetas sin registro, van arrestando, golpeando e insultando a todo mundo. Manosean y besuquean a las muchachas, abofetean y escupen a los universitarios, a los obreros, a los campesinos…. A punta de patadas y palos se meten a las casas dicen que hay cientos de órdenes de aprensión… que es mandato de los jueces mientras chorrean su baba nazi-fascista ante los ojos aterrorizados de los niños. Es un horror…es una monstruosidad «legalizada».
«En nombre de Dios no haremos absolutamente ninguna represión2«,
Entre las hordas policíacas se mueve un tufo de placer putrefacto que huele a sangre de pueblo ahogada en degeneración y barbarie. Pero el pueblo no está derrotado. Los funcionarios están satisfechos con el «deber cumplido». Y la APPO muestra dónde anda el poder verdadero. El secretario de gobernación se lava las manos cristianamente mientras se olvida de su demagogia que puso a Dios por testigo para asegurar que no habría represión. Los gobernantes se irán al infierno. Han trasladado a los detenidos a cárceles fuera del estado de Oaxaca. Y con eso los ponen más cerca del mundo que lucha de abajo a arriba.
A estas alturas Oaxaca es un amasijo de humillaciones bajo graznidos de sicarios. El pueblo canta su himno de revolucionario. Nos taladran con angustias y miedos en un estanque de injusticia sin salidas. Y nada amedrenta a la APPO. La policía pavonea sus urgencias de violencia más obscena. La autodefensa triunfa diariamente. Tiembla la tierra al paso de las tanquetas y las botas de los pelotones. Laten con mayor fuerza los corazones insurrectos. Los funcionarios nos dan por muertos y se preparan para la autopsia judicial. Florece la justicia social en el alma de la lucha revolucionaria. Nosotros tomaremos el cielo por asalto.
Castigo a Felipe Calderón, Vicente Fox, Ulises Ruiz y a quienes dieron la orden de reprimir.
Oaxaca sigue viva. La Revolución es una tempestad de insurrecciones bien pensadas. Estamos hartos del hambre, del desempleo, de la vejez solitaria y náufraga, de la niñez desvencijada, del futuro ciego, del pasado amnésico. El capitalismo es una fábrica esquizofrénica de angustias y odio. A estas horas el pueblo de Oaxaca convierte la rabia tóxica de los oligarcas en lucha militante y transformadora. Ya nada será lo mismo. La burguesía es una máquina de muerte que hunde sus cuchillos televisivos en las conciencias de los pueblos. Hay funcionarios gubernamentales hambrientos de tinta periodística y farándula de legislativa. Aunque nos obligan a pagar los costos de su orgía, aunque la barbarie esté de fiesta, nosotros no tragaremos más odio. Cambiaremos la rabia por justicia social y revolucionaria. Oaxaca no está derrotada.
Benito Juárez recorre Oaxaca y condena la barbarie del pelele: al pueblo sólo lo salva el pueblo.
¿Cómo frenaremos la represión y la miseria? Tengamos esperaza sólo en nuestras fuerzas organizadas. Pongamos manos a la obra. Convoquemos ya a una Huelga Genera que levante las vidas y las luchas nuevas. Habrá que cambiarlo todo con luz inmensa de la Huelga, hecha por todos desde abajo, con un programa socialista, con sueños más grandes y tareas enormes. Urgen más brisas, más luchas rebeldes, más almas y también más fuerzas para reunir al viento, para zarandear las banderas nacientes y levantar como soles nuestros brazos fortalecidos. Debemos organizar la Huelga General, debemos continuar la revolución.
La APPO no está derrotada.
Urge una movilización mundial solidaria con la lucha de la APPO. Urge una y mil movilizaciones capaces de frenar la represión en Oaxaca y capaces de frenar toda represión en todo el mundo. Urgen una y miles de movilizaciones capaces de conseguir el castigo a los asesinos, libertad a los presos políticos. La APPO no está derrotada. Esto apenas comienza. Viva el heroico pueblo de Oaxaca. Todo el poder a la APPO. http://www.asambleapopulardeoaxaca.com/ Ni un paso atrás.
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1 El jefe del estado Mayor de la PFP, http://www.jornada.unam.mx/2006/11/28/index.php?section=politica&article=005n1pol