En vista que no los invitaron, los movimientos sociales de La Paz hicieron hoy también su propio cabildo, abierto, democrático y bullanguero, para demostrar que los humildes también tienen la palabra y se oponen a una Bolivia dividida. Primero fue una avanzadilla que asomó por la calle Prado, a la altura de la Plaza San […]
Primero fue una avanzadilla que asomó por la calle Prado, a la altura de la Plaza San Francisco en el corazón de esta ciudad, luego apareció el resto de los manifestantes con sus pancartas y consignas contra los cabildos autonómicos de la oligarquía.
Al grito de Bolivia unida, independencia no, más de un centenar de miembros de movimientos sociales, organizaciones gremiales y grupos vecinales de El Alto (localidad capitalina) y La Paz recorrieron durante varias horas las calles de esta ciudad.
Ni siquiera una pertinaz y friísima lluvia impidió a la marcha regarse como una mancha de aceite por las principales avenidas, entre curiosos, mercadillos, lujosos establecimientos y autos que terminaban cediendo el paso al avance de la pequeña marea humana.
A la pregunta de hasta dónde llegarían la caminata, el representante de un sector de El Alto Fran Rocha contestó a Prensa Latina que recorrerían todo lo que pudieran porque el objetivo era concienciar a la gente y sumar más personas a la causa de la unidad.
Indicó que la marcha constituía la expresión espontánea de la población contra los dirigentes cívicos y departamentales de la llamada media luna (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), quienes convocaron a un cabildo autonómico para este viernes.
Enarbolando su bandera whipala, símbolo de la unidad de los pueblos originarios del país, el joven apuntó estar personalmente convencido de que el gran peligro del país son los Cambas (naturales de Santa Cruz), que solo defienden sus interese particulares.
Con un paraguas en una mano y la bandera tricolor boliviana en la otra, Flora se identificó como la voz de un grupo de vecinos que se oponen a la realización de los cabildos separatistas.
Nosotros queremos una patria unida, rechazamos la división y las conductas individualistas de quienes propugnan la autonomía sin ver los intereses de la mayoría, afirmó.
Flora se congratuló de que el gobierno encabezado por Evo Morales sí tenga en cuenta las necesidades de una mayoría por muchos años apartada del poder.
Juró por su honor -e hizo un gesto con los dedos sobre la bandera- defender al proceso de cambios en la nación, el cual resumió brevemente mencionado la entrega del bono Juancito Pinto, la nacionalización de los hidrocarburos y la nueva ley de tierras.
A corta distancia, un corro de manifestantes asentía o apoyaba terciando en la conversación, mientras Flora, con su sombrero de cholita, sus largas trenzas y su atuendo típico se erigía en todo un símbolo de la lucha social boliviana.
Después de un rato de marcha, los manifestantes llegaron al final del Prado y se adentraron en la avenida Arce con el mismo ímpetu que comenzaron en El Alto, a unos cinco kilómetros del centro, a juzgar por el vigor de sus consignas.
«Pueblo, escucha únete a la lucha» o «Evo hermano, el pueblo está contigo» eran algunos de los lemas coreados a viva voz, mientras agitaban sus pancartas con mensajes de unidad, en tono muy serio algunos, jocosos otros en demostración de que aquella era su fiesta.
En uno de los descansos de la caminata, David Tapas, representante de juntas vecinales, anunció que el martes se realizará una concentración mayor, en demostración de que el pueblo está cansado de la intromisión quienes llamó los enemigos de Bolivia.
Nosotros no queremos autonomía, Bolivia es una sola, proclamó al tiempo que indicó que los recursos naturales son de todos los nacionales y deben ser aprovechados en consecuencia.
Tapas dijo que algunos sectores de derecha patalean porque sufren mal que los pobres tengan el poder y hayan comenzado a beneficiarse de las riquezas que antes aquellos acaparaban.
Manifestaciones populares de similar importancia se reportaron desde las principales ciudades de los nueve departamentos de país, con más fuerza -según algunos medios de prensa- en los cuatro comprometidos con la subdivisión.