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Editorial de la Quebracho Prensa Nacional nº 57

Por una Argentina latinoamericana

Fuentes: Quebracho

Ni estrella de la bandera yanki ni perla de las coronas europeas Puede ser que los grupos dominantes y sus gerenciadores, los políticos profesionales, se la pasen invitando virreyes, funcionarios yankis o empleados del rey de España para que les digan cómo pelearse con el demoníaco Irán o amigarse con el vecino Uruguay. Puede ser […]


Ni estrella de la bandera yanki ni perla de las coronas europeas

Puede ser que los grupos dominantes y sus gerenciadores, los políticos profesionales, se la pasen invitando virreyes, funcionarios yankis o empleados del rey de España para que les digan cómo pelearse con el demoníaco Irán o amigarse con el vecino Uruguay. Puede ser que Ellos conciban el Poder desde la óptica de la sumisión a los imperialistas. Lo mismo es que la tilinga que tenemos de primera dama elija París para presentarse internacionalmente como presidenciable y no Caracas o La Habana. Cada gesto habla de lo que son; pobre señora, París ni se enteró!

Pero en América Latina se viene manifestando una tendencia histórica irreductible que más temprano que tarde terminará por imponerse también a comandar los destinos políticos e históricos de nuestra Argentina.

Las masas despojadas, saqueadas, abandonadas y proscritas de la política, de la economía y de la historia irrumpen con violencia a reformular los términos de los estados-nación; a construir una nacionalidad que los incluya; a desmoronar las democracias «representativas» para construir democracias donde son los Pueblos mismos los que deciden su propio destino.

Así con Cuba Socialista como ejemplo, la Venezuela Bolivariana, Bolivia insurgente, Ecuador rebelde, van planteando desde el ejercicio propio del poder del Estado, que han alcanzado merced a la lucha, la construcción de democracias populares de masas, de estados que se ajusten a estos conceptos, a recuperar el capital social y poner los recursos al servicio de su Pueblo. Hablamos de las masas populares imponiendo u orientando las políticas de Estado.

Decíamos es una tendencia histórica y claro que encuentra grandes hostilidades y fuerzas oscuras que intentan aniquilarla, así está el gobierno nacionalista de Bolivia y su Pueblo enfrentando las intenciones de secesión territorial, los ataques de la vieja burguesía, las operaciones más desenfadadas de los yankis. Lo mismo en Ecuador donde desde el vamos el Pueblo sabía que iba a enfrentar la reacción de los gorilas y ahí está a días de asumir el nuevo gobierno sufriendo atentados y boicots, ahí el Pueblo yendo a conquistar la nueva política corriendo a pedradas y palazos a la vieja política. Venezuela soportando diariamente los arteros ataques imperialistas, construyendo y consolidando su fortaleza en el Poder del Pueblo con la Misión Miranda para defender con las armas las conquistas, con las múltiples organizaciones populares que han desatado un proceso de reconstrucción nacional que integre a todos los venezolanos.

Larga es la lista que podemos reseñar para afianzar esta idea, las luchas de los peruanos, el heroico campesinado paraguayo, los colombianos, pero también debemos asumir que esta tendencia no tenemos que esperar que madure en nuestra tierra, ya se ha manifestado y con creces en las jornadas de diciembre de 2001 y en toda la lucha contra el neoliberalismo. Sólo hace falta ofrecer un cauce orgánico a esta tendencia histórica y prepararse para disputar el poder, para ejercerlo y para poner nuestra Argentina en Latinoamérica, al servicio de los Pueblos.

Hay que ponerse a militar la Unidad

Puede resultar remanido y por lo mismo hueco; pero lo cierto es que hay tareas políticas que si bien las hemos enunciado una y otra vez nosotros y otros compañeros, los argentinos estamos aún debiéndonos el ponernos a construir una verdadera alternativa política. No estamos hablando, claro, del montaje tramposo de las elecciones de 2007; lo hemos dicho también, se trata de una trampa con resultados absolutamente previsibles y donde los argentinos de la Argentina profunda están proscritos, tan es el nivel de proscripción que ni siquiera los cuentan a la hora de validar sufragios.

Estamos hablando de ser capaces de construir una alternativa política que nuclee al conjunto de argentinos que planteamos un país para todos. Una expresión orgánica que tenga los atributos necesarios para derrotar la infamia y la crueldad de los que mandan. Una expresión que de cuenta de esta tendencia histórica de la que hablamos, la expresión política de la intención y vocación de millones de argentinos de construir una Patria Justa, Libre y Soberana. Que demuestre su fortaleza, su temple y su sagacidad, como también su vocación patriótica. Que sea una referencia ineludible de los argentinos a la hora de pensar otro país, no esta porquería que nos ofrecen los Kirchner, los Macri o los Lavagna.

Queda nuestra capacidad de comprender que para construir semejante Encuentro Patriótico debemos asumir que partimos de un terrible desencuentro que surge a partir de este travestismo perverso del gobierno que pretende arrebatarnos históricas banderas para convertirlas en banderines de cotillón y no en estandartes de lucha.

Pero la urgencia ya no es declamativa sino real, están saqueando la patria, están secando el suelo, están aniquilando el futuro. Es hora de actuar, ayer era hora de actuar.

Mientras, ellos estarán enfrascados en quién administrara la perla de la corona, mientras los escribas orgánicos se la pasen inventando debates y construyendo irrealidades de economías en crecimiento, de promisorias posibilidades, etc., los patriotas tendremos la enorme responsabilidad de poner las cosas en su lugar, el petróleo en nuestras manos, los recursos naturales en nuestra tierra, los enemigos afuera.

Apostilla

Nos dicen los diarios que el degenerado de Bush no quiere venir a la Argentina durante su gira del Cono Sur por temor a que se reproduzca lo de Mar del Plata, aclarando que cuando dicen «lo de Mar de Plata» se refieren a los supuestos desplantes de Kirchner.

Como sea no hay rincón del planeta que no lo desprecie y repudie, aún su propia metrópoli que ya lo está vomitando.
En Uruguay, en Paraguay o donde se le ocurra pisar habrá miles de patriotas para expresarle nuestro odio. Auguramos masivas movilizaciones de repudio, descontamos crisis en los propios gobiernos que no podrán tolerar, aún y a pesar de su pleitesía, a semejante degenerado.

Bush, no dudes que habrá quien te ahorque, pero no para silenciar tus sucios negociados sino para reivindicar a los pobres de siempre, a los vencedores de mañana.