Apenas comienza a hablar, el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera deja traslucir su anterior profesión de docente universitario de Sociología. A casi a 16 meses de la llegada al gobierno de Evo Morales, es un vocero autorizado de los objetivos estratégicos del proceso en marcha. Y en ese carácter, afirma que su gobierno busca «un […]
Apenas comienza a hablar, el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera deja traslucir su anterior profesión de docente universitario de Sociología. A casi a 16 meses de la llegada al gobierno de Evo Morales, es un vocero autorizado de los objetivos estratégicos del proceso en marcha. Y en ese carácter, afirma que su gobierno busca «un capitalismo con mayor presencia del Estado». En una entrevista con Clarín, revela que el objetivo es «llegar al 30 ó 40% del PBI en manos estatales».
-¿A qué clase de Estado apunta su gobierno?
– Cuando asumimos, recibimos un Estado sin una sola empresa. Nuestra meta es que el Estado asuma un papel activo. En un año recuperamos el control estatal en hidrocarburos, minería y telecomunicaciones. Del 6% del PBI el Estado pasó a controlar el 19% y hoy es el principal actor económico en Bolivia. El objetivo es llegar, al menos, al 30% ó 40%.
-¿Es esto un retorno al desarrollismo de los años 50?
-No. Estamos pensando en una modernización pluralista, no de una única vía como en los años ’40 y ’50. Hay distintas dinámicas de modernización: la de la economía moderna industrial, la de la microempresa familiar urbana y la de la economía campesina comunitaria.
-¿Y cómo se logra eso?
-Ampliando la base obrera, con un rol muy fuerte del estado en el desarrollo de nuevas industrias, apoyando formas de economía comunitaria. No creo, como la izquierda arcaica y vanguardista, que el socialismo se impone por decreto o por puro voluntarismo, sino por el movimiento real de la sociedad. A eso me refiero con el concepto de «capitalismo andino» como una etapa de transición. Puede ser frustrante para las lecturas radicales e idealistas pero es teóricamente honesto.
-¿Qué cambió hasta ahora para los indígenas?
-Hay una imagen que lo resume: hace poco, en Pocoata, Evo Morales preguntó a un niño indígena qué iba a hacer con el bono Juancito Pinto (contra la deserción escolar). El niño respondió con contundencia feroz: «me voy a preparar para ser como vos». Antes los indígenas se proyectaban como albañiles o como cabos de la policía.
-Pero para ciertos sectores sigue habiendo un gobierno de las clases medias «blancoides» de siempre…
-Es claro que los programas estrella de este gobierno están dirigidos hacia los sectores indígenas y campesinos. Pero es cierto que el colonialismo predominante en nuestro país dejó fuera a los indígenas de áreas necesarias para gestionar el Estado. Descolonizar el país es revertir eso. Evo pidió hace poco a los profesores rurales: «enséñenle matemática, física y química a nuestros hermanos, por culpa de ustedes no tengo funcionarios indígenas en mi gobierno». Los indígenas, a su manera, buscan modernidad e inclusión social. Yo no coincido con las lecturas románticas y esencialistas de algunos intelectuales y ONGs sobre el mundo indígena.