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La jugada de la junta

Fuentes: Rebelión

 Cuál es la movida de la Media Luna y la Junta Autonómica Democrática de Bolivia, después de que decidieran declarar «la resistencia civil»  el pasado 18 de junio, solicitando solapadamente la subversión, al convocar contradictoriamente a las Fuerzas Armadas a cumplir su «rol constitucional» contra el gobierno nacional, entre otra de las resoluciones redactadas recientemente? Con […]


 
Cuál es la movida de la Media Luna y la Junta Autonómica Democrática de Bolivia, después de que decidieran declarar «la resistencia civil»  el pasado 18 de junio, solicitando solapadamente la subversión, al convocar contradictoriamente a las Fuerzas Armadas a cumplir su «rol constitucional» contra el gobierno nacional, entre otra de las resoluciones redactadas recientemente?
 
Con un enajenado como empalagoso y desconcertante despliegue discursivo, desbordante y deliberadamente «democrático» que lo han dirigido a distraer la atención pública, han proclamado profusamente la «Defensa de la Democracia» (en todos los puntos del manifiesto recurrentemente reza ese providencial propósito). Entonces para tal efecto, ladina, literal y «libertariamente» lanzaron el globo de ensayo de: «convocar a las Fuerzas Armadas a cumplir su rol constitucional, como institución fundamental de la patria», precisamente para entretenernos embustera y espectacularmente con este enajenador y estrepitoso ensayo.
 
Pero cuál es entonces el meridiano motivo para este tan obnubilado y hormonal objetivo dentro de una confusa y coyuntural conspiración corporativa? En cuanto a la personal percepción que tengo y por la compleja comprensión que concierne, esta atrevida y abierta arenga autonomista de convocar a la resistencia civil, es sencillamente un subversivo señuelo – Golpe de Estado- ya que se harían asimismo el «hara kiri» causando contradictoriamente que frenética y francamente fracasen y hagan abortar las aspiraciones autonómicas de la Media Luna, ante un gobierno que ganó y que goza de un amplio apoyo, tanto a nivel nacional como internacional, frente a un sutil, como sospechoso sainete subversivo.
 
Al margen además de que el Estado Boliviano ha suscrito la Carta Democrática de San José de Costa Rica, en la que los gobiernos de la región, ratifican radicalmente en art.1 «La adhesión y derecho a la democracia». Así mismo dentro la cláusula democrática, expresan que la ruptura del régimen democrático de cualquiera de sus miembros suscribientes, supone «La suspensión del Estado en el ejercicio del derecho de su participación en la OEA.»
 
Entonces no creo que la junta esté jugando -a la clásica salida de Fuerza del Golpe de Estado- puesto que en juego está; nada menos que su proyecto político de poder, clasista y racista, para que con una «tendenciosamente» torpe aventura autoritaria, hagan abortar sus ambiciones de reestablecerse retrógradamente.
 
A lo que si apuntan artera y asesinamente es a generar un efectivo escenario que haga estallar una escalada de enfrentamientos a nivel de la sociedad civil, mediante un procedimiento provocativa y premeditadamente propicio de promover, lo que el la jerga de la junta; simplemente significa «Guerra Civil» para resistir «el Totalitarismo de un gobierno revanchista que nos confronta entre bolivianos». Para de esa manera conflictuarnos colosalmente entre compatriotas.
 
Es así que en el despliegue discursivo de este deslegitimador despropósito, cuentan incluso con el inaudito socorro subversivo de la «santa iglesia» que sistemática ha ido soliviantando subversivamente a la «sociedad classmediera» contra una ebullición emancipatoria y pletóricamente plebeya enfrentado al hegemónico «establishment» del orden oligarca de quienes hoy obcecadamente defienden sus privilegios de clase.
 
Pero no se quedaran sólo ahí; sino que el funesto final de la jugada de la junta, apunta arteramente a la irreversible intervención militar de las Fuerzas de Seguridad Internacional de la ONU, con el libertario libreto legitimado del «respeto a la Democracia». Ya ocurrió antes en otros países, ya que la separatista salida significará la desintegración territorial y el cercenamiento de la soberanía nacional, tal como ocurrió con la ex Yugoslavia y los Balcanes. 
 
A manera de convalidar conjuradamente una inicial instigación para contaminar este cuadro conspirativo; por ejemplo se han conformado el grupo de la «Damas de la Democracia» que ha decir de los manuales conspirativos, son las puntas de lanza para la obstinada ofensiva de las oligarquías del Oriente, que reivindica recurrentemente el «respeto a la Democracia y el Estado de Derecho».
 
Así que a resistir rebelde y radicalmente la ofensiva de la oligarquías