El Presidente Evo Morales esperaba neutralizar o al menos enfriar la arremetida cívico-empresarial poniendo en juego su propia investidura en un referéndum revocatorio, pero la beligerancia de la burguesía oriental sigue en ascenso. El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz Branco Marinkovic se sumó la huelga de hambre, sus colegas de Tarija declararon paro […]
El Presidente Evo Morales esperaba neutralizar o al menos enfriar la arremetida cívico-empresarial poniendo en juego su propia investidura en un referéndum revocatorio, pero la beligerancia de la burguesía oriental sigue en ascenso. El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz Branco Marinkovic se sumó la huelga de hambre, sus colegas de Tarija declararon paro cívico movilizado para este viernes y los cívicos en Riberalta apedrearon un avión venezolano y estuvieron a punto de linchar al gerente del Banco de Desarrollo de Venezuela. Simultáneamente, movimientos sociales que apoyan al gobierno protagonizaron masivas movilizaciones en cuatro ciudades del país.
Se calcula que al menos 300 personas ayunan en la plaza principal de Santa Cruz, el reducto de la poderosa burguesía agroindustrial. Este viernes, además de Marinkovic, asumieron la extrema medida el presidente del Concejo Municipal de Santa Cruz Oscar Vargas (hombre de confianza del empresario Ivo Kuljis) junto a 50 personas, entre ellas algunas representantes del Comité Cívico Femenino.
Si alguna duda quedaba sobre la directa intervención de los empresarios cruceños en el conflicto por la capitalía en Sucre (que derivó en la muerte de tres personas), este jueves se confirmó el pacto. El líder cívico chuquisaqueño Jhon Cava llegó a Santa Cruz para felicitar a los huelguistas cruceños y agradecerles por la hospitalidad, y apareció junto a Marinkovic en una conferencia de prensa para anunciar la alianza por la «democracia y la libertad».
En Tarija, una Asamblea de Instituciones que se realizó de emergencia declaró paro cívico movilizado este viernes en todo el departamento. El hecho más grave de la jornada ocurrió en Riberalta, población de la provincia Vaca Diez del departamento de Beni, donde dirigentes cívicos, a la cabeza de Mario Jáuregui, y políticos vinculados a Podemos y a otras fuerzas conservadoras, tomaron el aeropuerto regional y atacaron con piedras, petardos, mata suegras y otros objetos contundentes a una aeronave Hércules de la Fuerza Aérea de Venezuela que aterrizó de emergencia en esa población para abastecerse de combustible.
Horas antes, la aeronave había recogido en el aeropuerto internacional de El Alto a pilotos y tripulación que apoyaban en tareas contra desastres naturales. Habiendo cumplido el tiempo de destino, los funcionarios, que no son militares, debían regresar a su país. Por problemas de combustible, la nave debió hacer una escala técnica en Riberalta, con autorización de Dirección General de Aeronáutica Civil. El viceministro de Seguridad Ciudadana Marcos Farfán informó que viajaban en la nave cerca de 22 personas, que fueron condecoradas por su labor de solidaridad y apoyo al pueblo boliviano. Se les despidió de La Paz con todos los honores correspondientes.
El senador de Podemos Roger Pinto, sin pruebas, declaró que la aeronave transportaba tropas venezolanas y armas. Como consecuencia de los rumores, la turba secuestró a un súbdito venezolano que fue trasladado a la avenida Héroes del Chaco, donde fue golpeado. Aparentemente había la intensión de lincharlo, situación que fue frustrada gracias a la oportuna intervención del Mayor Miguel Angel Villarroel, Comandante Regional de la Policía de Riberalta, declaró Farfán.
«Cerca de las once u once y media llegó un avión Hércules a Riberalta lleno de militares venezolanos y la población reaccionó indignada y fue al aeropuerto. Estaban descargando cuando llegó la población, volvieron a subir al avión y salieron huyendo. Aquí caben varios cuestionamientos, primero, el gobierno del Presidente Morales y a las Fuerzas Armadas de Bolivia están permitiendo que aviones venezolanos entren a territorio nacional como Pedro por su casa, no sabemos trayendo qué, se abre la conjetura de que si son los famosos rifles Kalaschnikov o dinero. Qué es lo que están trayendo en aviones Hércules y qué esconden, que cuando llega la población, salen huyendo», observó Jorge Quiroga, jefe del partido opositor de derecha Podemos.
Según Quiroga, «Chávez perdió su referéndum el domingo en Venezuela y está descontrolado y fuera de sí, se llena la boca de excremento cuando habla, pero no hay razón para que se venga a vengar o busque implementar una venganza o represalia con Bolivia por los problemas que tiene él en Venezuela».
Enterado del hecho, el senador de Podemos Paulo Bravo movilizó gente hacia los aeropuertos de Cobija o Trinidad para interceptar al avión. Se armó en minutos un operativo cívico para bloquear las pistas de los aeropuertos benianos de Riberalta, Guayaramerín y Trinidad. Finalmente, la aeronave venezolana aterrizó en una población de Brasil, donde pudo reabastecerse de combustible.
«Cuándo van a parar esta vergüenza que es traición a la patria y pisotear la soberanía nacional», reclamó Quiroga. «Se está atropellando la soberanía del país y lo triste es que los militares se prestan para estas cosas. Riberalta no va recibir nunca más un avión venezolano», declaró el cívico de Riberalta Mario Aguilera, mientras sus seguidores gritaban «independencia y autonomía».
«A mi me preocupa que se haga tanto escándalo por aviones venezolanos, yo he visto en Riberalta decenas de veces aterrizar aviones norteamericanos con tropas norteamericanas y jamás, ni los cívicos, ni Gonzalo Sánchez de Lozada, ni Tuto Quiroga, ni nadie que estaba gobernando de esa época decían nada. No decían lo que las tropas norteamericanas se paseaban como Pedro por su casa, con una actitud prepotente, de desprecio hacia nuestro pueblo. Y ahora que aterrizan venezolanos por necesidad, no se entienden los hechos vandálicos que se dieron», respondió el viceministro Farfán.
La autoridad aseguró que se tomarán las mismas acciones legales que se hicieron y se hacen contra quienes incendiaron la casa del Senador Abraham Cuellar en Cobija, y las mismas que se iniciaron contra la gente que allanó y destrozó hace poco los bienes del Estado en Tarija. El Presidente Morales tuvo que pedir disculpas al gobierno venezolano por las agresiones.
Los movimientos sociales salen a las calles
Este jueves, miles de personas salieron a marchar en cuatro ciudades para manifestar su repudio al beligerante movimiento de la patronal. En Santa Cruz, alrededor de 1.500 indígenas se concentraron en la plaza Fátima donde leyeron un manifiesto, «cansados de la dictadura cívica-prefectural impuesta por Branko Marinkovic y Rubén Costas».
«Repudiamos los actos antidemocráticos, separatistas, subversivos de los grupos de poder del comité cívico y la prefectura de Santa Cruz, denunciamos que esta dictadura departamental conculcó la libertad de expresión. Emplazamos a los cívicos y prefectos de la media luna a demostrar públicamente su vocación democrática y aceptar someterse a un referéndum revocatorio nacional; emplazamos a los comités cívicos a llamar a elecciones ahora mismo en cada uno de los departamentos de la media luna; apoyamos la aprobación en grande del nuevo texto constitucional de la Asamblea Constituyente del 24 de noviembre de 2007; conminamos a los constituyentes de la oposición asistir a los debates de la AC y cumplir con el mandato popular», dice el manifiesto indígena.
La concentración indígena debía realizarse en la rotonda del Chiriguano, en el segundo anillo de Santa Cruz, pero grupos de la extremista Unión Juvenil Cruceñista impidieron la reunión. Los grupos de choque de los cívicos hirieron a uno de los marchistas y al ex ministro de Minería y actual miembro del directorio de la Empresa Siderúrgica del Mutún Guillermo Dalence. La ex autoridad denunció que ya es normal que la ultraderecha cruceña golpee a los opositores.
En Potosí, varias organizaciones afiliadas a la COR y las juntas vecinales protestaron contra la oligarquía camba especuladora, responsable de encarecimiento del costo de los alimentos de primera necesidad. En Cochabamba, más de 30 mil personas colmaron la plaza 14 de Septiembre en respaldo al proceso de cambio que lleva adelante el gobierno de Morales. La COD prepara una Cumbre Social para el 13 de este mes, en la que se delineará una estrategia de lucha política, económica y social contra la burguesía. El dirigente de los regantes y senador del MAS Omar Fernández propuso nacionalizar las industrias de empresarios fascistas como Marinkovic. Al término de la concentración popular se quemó un muñeco denominado el «monstruo con tres cabezas», que representaba a Manfred Reyes Villa, Branco Marinkovic y Rubén Costas.
En La Paz, la Central Obrera Boliviana (COB) movilizó a miles de personas que aseguraron que defenderán con sus vidas las reivindicaciones populares de la denominada «agenda de octubre». Los trabajadores afirmaron que es hora de que todos los bolivianos se unan para defender el proceso de cambio. «Esta es la respuesta a la división que quieren hacer algunos títeres del imperialismo como son los prefectos, los comités cívicos y el yanqui llok’alla de Tuto Quiroga», dijo Pedro Montes, secretario ejecutivo de la COB.
No sólo en Bolivia marchan las organizaciones contra la oligarquía. El 4 de diciembre los migrantes bolivianos se movilizaron en Buenos Aires en apoyo al gobierno y cantando estribillos como «Evo, hermano el pueblo está contigo». «Aguante Evo, somos millones y millones», decían algunas pancartas.
Morales acusa a Estados Unidos
En una entrevista con Telesur, el Presidente denunció una vez más que el gobierno de Estados Unidos es uno los principales autores de la conspiración contra su gobierno. «Acá la conspiración al gobierno la encabeza la embajada de Estados Unidos con grupos oligárquicos y sospechosamente se mueven millones de dólares para provocar al gobierno, a los movimientos sociales; lamentablemente los opositores buscan muertos para hacer una bandera política, mientras el gobierno está dedicado a salvar vidas otros acaban vidas», reclamó Morales.
El Presidente reveló que un funcionario de la Prefectura de Pando, en una llamada telefónica a sus colaboradores, exigía cuatro muertos en los enfrentamientos en Cobija del 30 de noviembre.
El ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana lanzó más dardos contra Jorge Quiroga. Le pidió a Quiroga que explique al país dónde están los 681 millones de bolivianos que se robó al país a través de los gastos reservados. «¿Esta pesadilla lo está atormentando, señor Quiroga?, ¿estas cifras le dicen algo, señor Quiroga?, ¿tiene algo que decir su hermano que manejó gran parte de estos recursos, señor Quiroga? Señor Quiroga, devuélvale al país estos 681 millones», pidió la autoridad.
En Washington, los viceministros Héctor Arce y Sacha Llorenti denunciaron a la OEA los afanes conspirativos de los prefectos de la media luna. «Dos prefectos de departamento, de Cochabamba Manfred Reyes Villa y de Pando Leopoldo Fernández, han hecho llamamientos a las Fuerzas Armadas convocando a militares para pronunciarse, desconociendo de que esta institución en Bolivia como en todas partes del mundo es un órgano no deliberante y que está sometida al poder civil por mandato de la Constitución», dijo Arce en la OEA.