Un proyecto internacional liderado por la Unión Europea, incluida España, pretende avanzar en la aplicación del software libre en regiones en vías de desarrollo para contribuir a su riqueza económica y social.
En el consorcio (FLOSSInclude) también participan centros de investigación, empresas, agencias gubernamentales y ONGs de India, China, Argentina, Sudáfrica y Bulgaria.
‘Cada país tiene una función determinada’ y una información diferente y complementaria que puede ser útil para otros, ha explicado a EFE una de las directoras de la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Fundecyt), Maika Díaz, que interviene en la iniciativa.
‘El Reino Unido, por ejemplo, comunicará los avances y buenas prácticas del software libre que se han ido realizando en su país’, ha comentado Díaz.
El profesor de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Jesús González, ha asegurado que el software libre ‘tiene aplicaciones en muchas cuestiones’ y facilita la transmisión de tecnología a países más atrasados.
La libertad de estudiar cómo funciona un programa y ajustarlo a necesidades específicas permite, entre otras cosas, ‘adaptar programas a idiomas muy poco conocidos como el jemer’, que se habla en Camboya, ha añadido González, cuya universidad también participa en el proyecto.
Los países desarrollados, -a juicio del experto- también pueden obtener grandes resultados con una inversión mínima gracias al software libre: ‘las empresas pueden estudiar cómo funciona un programa, adaptarlo a sus necesidades concretas o incluso mejorarlo’.
Este proyecto, financiado por la Unión Europea con 703.000 euros, ha continuado la línea de investigación de un trabajo anterior sobre software libre, pero centrado en el estudio en países desarrollados.