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«Hay que mostrar que el Estado nacional existe en Santa Cruz «

Fuentes: Clarin

«Cruceños a las armas, el tiempo se acaba», rezan amenazantes los graffiti falangistas en las paredes de Santa Cruz de la Sierra. Y por estos días, frente a cualquier medida considerada un «agravio» del gobierno central -como el saneamiento de tierras, la prohibición de exportar aceite o el congelamiento de las cuentas regionales- se escucha […]


«Cruceños a las armas, el tiempo se acaba», rezan amenazantes los graffiti falangistas en las paredes de Santa Cruz de la Sierra. Y por estos días, frente a cualquier medida considerada un «agravio» del gobierno central -como el saneamiento de tierras, la prohibición de exportar aceite o el congelamiento de las cuentas regionales- se escucha siempre la misma respuesta: «aguantemos hasta el 4 de mayo, después será otra cosa». Y ese día D hace referencia al plebiscito que en una semana aprobará los estatutos que regirán la vida autónoma de esta povincia boliviana (que produce el 30% del PBI) y es desconocido por el Estado nacional.

Con todo, el gobierno de Evo Morales decidió finalmente no intervenir en la consulta y convenció a los movimientos sociales afines de no marchar a protestar a esta región rebelde. «Hemos considerado el pedido de nuestro presidente Evo Morales de no ir a Santa cruz para evitar cualquier riesgo de confrontación con la oligarquía», manifestó el líder de los cocaleros, Julio Salazar. Sólo en algunas regiones, como los territorios guaraníes o barriadas populares como el Plan 3000, los dirigentes anticiparon que «no se permitirá la instalación de las urnas».

Además, el Poder Ejecutivo ratificó ayer que el día del referéndum -considerado por el vicepresidente Álvaro García Linera «una encuesta cara»- no se reforzará el número de efectivos policiales, ni militares. Días atrás, el gobierno flexibilizó su prohibición de exportar aceite, permitiendo las ventas al exterior a las empresas que bajen los precios en el mercado interno.

«El referéndum es irreversible, hay que mostrar que el Estado nacional existe en Santa Cruz y no está en la clandestinidad pero evitando la confrontación» , resumió a Clarín la estrategia oficial un funcionario de la Vicepresidencia.

Políticos y analistas creen que después del 4 de mayo «no quedará otra que negociar». El riesgo, como lo señaló el senador Carlos Börth (derecha) es que el 5 de mayo sobrevenga un «caos institucional» . Y el reciente congelamiento de las cuentas fiscales y la coparticipació n de impuestos a Santa Cruz -por su desconexión del sistema centralizado de control- parece una amenaza para el día después: si la dirigencia regional decide aplicar la autonomía de facto la canilla se cierra. Ayer la gobernación volvió a conectarse al sistema Sigma pero el Ministerio de Hacienda condicionó la rehabilitació n de las cuentas a la entrega de documentación adeudada.

La apuesta del gobierno es poner un manto de duda en una elección que carecerá de fiscales por el No -porque el MAS de Evo llama a la abstención- y de veedores internacionales, porque la comunidad internacional desistió de reconocer la consulta.

Pero, por ahora, la «guerra» entre gobierno y oposición regionalista se desarrolla en los medios. «Cómo no vamos a votar por el sí, si nuestro futuro está aquí, no allá lejos en el centralismo (por la Paz )», dice una familia de migrantes «collas» en un spot autonomista, con la intención de combatir la acusación de que la autonomía es «para separarse de los indios». Incluso el gobierno local tomó como consigna el término guaraní Iyambae (sin patrones).

Pero ambos bandos saben que el ánimo popular se mueve al ritmo de sus necesidades insatisfechas. Ayer, la preocupación de los cruceños era el conflicto con el transporte por el precio del boleto. Y la televisión se ocupaba de la próxima elección de Miss Tradición este domingo, en una región «proveedora» de casi todas las misses bolivianas.

Por eso la batalla más importante que se desarrolla en Santa Cruz es la de las obras públicas: el gobernador Rubén Costas pasa casi todo su tiempo en el área rural, y el mandatario boliviano reparte en sus bastiones los ya famosos cheques venezolanos al ritmo de su consigna «Bolivia cambia, Evo cumple». Así, agua potable, computadoras, tierras o electricidad llevan el sello de la autonomía o de la «unidad nacional» según quien sea el promotor. Ayer, Morales llevó computadoras y declaró libre de analfabetismo a la localidad de Mairana, a 150 km de la ciudad de Santa Cruz . «Evo, otra vez en Santa Cruz», tituló una de las cadenas de televisión.

Por las dudas, un video de «socializacion» de los estatutos autonómicos aclara que «no existirá pasaporte para ingresar a Santa Cruz (¡desde el resto de Bolivia!)».