El mandatario boliviano, Evo Morales, acusó hoy a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, sigla en inglés) de estar invirtiendo gran cantidad de dinero para generar problemas e intentar dividir a Bolivia. Aseguró que la entidad estadounidense utiliza esos recursos para manipular a los dirigentes y a partir de ellos confundir […]
El mandatario boliviano, Evo Morales, acusó hoy a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, sigla en inglés) de estar invirtiendo gran cantidad de dinero para generar problemas e intentar dividir a Bolivia.
Aseguró que la entidad estadounidense utiliza esos recursos para manipular a los dirigentes y a partir de ellos confundir a la población.
‘Algunos problemas en el departamento de Potosí (suroeste), donde hay pugnas internas sobre el municipio, no es una confrontación entre hermanos de ese municipio, sino hay problemas por la plata (dinero) del imperio (estadounidense), mediante USAID que quiere confundir, quiere dividir (y) quiere crear problemas’, advirtió.
Morales se refirió de esa manera en un discurso pronunciado en la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, donde entregó un cheque por tres millones de bolivianos (375 mil dólares) para un Instituto Pedagógico, en el marco del programa ‘Bolivia cambia, Evo cumple’, que cuenta con la cooperación del gobierno de Venezuela.
Indicó que varios pobladores denunciaron que USAID les condicionó su cooperación a que estos dejen de apoyar a su gobierno, sin embargo estos lo rechazaron y por ello no fueron beneficiados por recursos de esa agencia estadounidense.
Ya en anteriores ocasiones, Morales denunció que Washington, a través de USAID, intenta desestabilizar a su gobierno apoyando a sectores de la oposición.
Con este argumento, los cultivadores de hoja de coca del Chapare, en el trópico del departamento de Cochabamba (centros) expulsaron a USAID de esa región en junio pasado.
Una publicación sobre periodismo en Estados Unidos, titulado ‘Financiar prensa para comprar influencia’, del autor Jeremy Bigwood, señala que USAID distribuyó cerca de 53 millones de dólares en actividades de desarrollo de medios extranjeros, entre ellos en Bolivia.
La publicación detalla que en 2005, Estados Unidos y los grandes medios de comunicación intentaron impedir el acceso de Morales a la presidencia de Bolivia.
Agrega que desde que Morales tomó la conducción del país, Estados Unidos está detrás de un movimiento separatista en algunos departamentos, según Bigwood, que cita la denuncia del ex portavoz de la Presidencia, Alex Contreras.
Sin embargo esas denuncias fueron desmentidas por el portavoz de Usaid, Paul Koscak.
Las relaciones entre La Paz y Washington pasan por un momento tenso después de una masiva protesta de ciudadanos alteños contra la decisión del gobierno de Estados Unidos de dar asilo político al ex ministro boliviano de Defensa, Carlos Sánchez, acusado de genocidio y delitos económicos.
El político de las filas del ex partido gobernante Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) se desempeñaba como ministro en la segunda administración del presidente Gonzalo Sánchez (2002-2003 ) durante la masacre de septiembre-octubre de 2003 que dejó más de 60 muertos y más de 400 heridos, particularmente en la ciudad de El Alto, cuando se enfrentaron las tropas con miles de civiles que reclamaban por la posibilidad que el gas boliviano fuera exportado por territorio chileno.
El pasado 16 de junio, el embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, fue convocado por su gobierno para que explique sobre las ‘agresiones’ que sufrió la embajada norteamericana en La Paz, tras una marcha multitudinaria de alteños y paceños.
El diplomático estadounidense retornó el miércoles 2 de julio a La Paz y tras ello se reunió con personeros del gobierno boliviano.
La administración del presidente Morales le planteó una agenda de siete puntos que contempla el diálogo político, cooperación, comercio, cooperación judicial (extradición de Gonzalo Sánchez y Carlos Sánchez), lucha contra el narcotráfico, cooperación en temas migratorios y otros.
Hasta el momento no hay una respuesta oficial a esos planteamientos por parte de Washington.