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Las mujeres y el sufragio en México

Fuentes: Rebelión

Después de 55 años de haber comenzado a ejercer nuestro derecho constitucional de votar (aunque fue aprobado en 1946) y la posibilidad de ser representantes de las y los ciudadanos de nuestro país, aún falta mucho para construir una sociedad democrática en donde se establezcan relaciones equitativas y paritarias. Las mujeres feministas que lucharon en […]

Después de 55 años de haber comenzado a ejercer nuestro derecho constitucional de votar (aunque fue aprobado en 1946) y la posibilidad de ser representantes de las y los ciudadanos de nuestro país, aún falta mucho para construir una sociedad democrática en donde se establezcan relaciones equitativas y paritarias.

Las mujeres feministas que lucharon en contra de un sistema opresor, androcéntrico y patriarcal, creyeron que uno de los caminos para conseguir la igualdad y la transformación social, era a través de la lucha por el sufragio de las mujeres. Muchas batallas tuvieron que librar para intentar conseguir el reconocimiento de las mujeres, quienes somos más de la mitad de la población tratada como minoría.

Como en otros caso, el ejemplo nos vino de los movimientos internacionales de avanzada, pero las enseñanzas y las acciones concretas jamás fueron silenciosas y amables; indudablemente siempre ha sido violenta la lucha por aquello que nos pertenece por justicia y que se nos niega por desprecio, como una relación de dueño-súbdito, en donde quien rige siempre la relación es aquel dueño de todo el poder para cometer los atropellos, legitimándolo en su posición de privilegio, así son las hegemonías.

A 55 años de este derecho, existen mujeres en los distintos órganos de Gobierno, encabezando Secretarías, Institutos, Delegaciones, Curules, etc. y con eso las necesidades de las mujeres no han sido satisfechas. El Gobierno se ha preguntado ¿qué es lo que quieren entonces las mujeres? y las respuestas rápidas pueden ser el reflejo de la invisibilidad en la que somete las necesidades y demandas de las mujeres. «Cuerpo de mujer no garantiza» que las acciones que emprendan sean en pro de la equidad, por ello, el feminismo sigue siendo un motor de lucha para mujeres y varones desde donde seguimos denunciando las injusticias y desigualdades de género.

Para muestra del análisis, ofrezco cifras de las representaciones de mujeres, frente a la de los varones, en los principales órganos de Gobierno del país y de ésta ciudad:

Dip. Federales: 119 mujeres, 500 hombres, total: 619. Porcentaje de mujeres: 23.8 % Senado: 12 mujeres, 40 hombres, Total: 52. Porcentaje de mujeres: 23.0 % Dip. ALDF: 16 mujeres, 50 hombres, Total: 66. Porcentaje de mujeres: 24.24 % SCJN: 2 mujeres, 10 hombres, Total: 12. Pocentaje de Mujeres: 16.6 %

En ella podemos observar la falta de paridad que reina en la representación de las mujeres en la política nacional y el poco compromiso de los partidos políticos por «cubrir las cuotas» 33%, como si cubrirla reconociera de facto al 55% de la población. Tendrían que recordar que seguimos siendo las mujeres la mayoría ciudadana y que no queremos concesiones, exigimos paridad y por ello, es denunciable que «nuestras representantes» solo alcanzan a ser 21.91% en promedio.

Indudablemente que una curul o un lugar de éstos órganos de Gobierno, no garantiza que se legisle a favor de las mujeres; recordemos el papel de las legisladoras del PAN en el tema de la despenalización del aborto en la ciudad de México, en donde sus creencias religiosas y los compromisos de su partido, dejaron de lado el respeto a la autonomía y las necesidades de las mujeres.

La justicia social aun es una utopía para las mujeres en México ya que la situación de desiguales está vigente y la misoginia (femenina y masculina) continúa vulnerando nuestros derechos. Algunas de las leyes vigentes son las que atropellan nuestros derechos como ciudadanas; bastará recordar el caso de Lydia Cacho, o el de Paulina a quién se le obligó a renunciar a un aborto después de una violación (curioso que en realidad haya sido violada dos veces, una por un varón y otra por las mujeres).

¿Será que en éste país las mujeres seguimos siendo consideradas solo vientres capaces de procrear y quienes no optemos por ello no tendremos acceso a la justicia y al respeto de nuestros derechos?. O ¿acaso será que el ser mujer solo puede ser reconocido y valorado cuando te acompaña un varón a tu derecha?. O ¿Será que las mujeres solo se les puede reconocer como ciudadanas cuando sirvan al sistema patriarcal en cualquier lugar en donde se encuentren?

La lucha por el reconocimiento y respeto de los derechos de las mujeres no solo es histórico, sino que hoy por hoy es urgente que levantemos las voces y retomemos el espíritu que ha sacado a las calles a las mujeres en busca sus derechos. Salgamos de nuestros sitios de confort repensando las relaciones reproducidas entre mujeres y varones, transformándolas en igualdad, equidad y paridad.

Vaya un agradecimiento a todas cuantas dieron la batalla para que hoy podamos en México votar y ser votadas, pero que venga el tiempo en que las mujeres no permitamos que el sistema opresor nos calle con concesiones y curules de derecha. La posibilidad del cambio implica compromiso entre pares para generar representaciones que lleven nuestra voz.

Judith Vázquez Arreola, Teóloga lesbiana feminista de la Liberación.

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