El secretario de la Función Pública del gobierno espurio, Salvador Vega Casillas, acaba de hacer una declaración que puede permanecer en la historia como aquella de Salinas en su sexenio: «no se hagan bolas». Ha afirmado que «a Mouriño lo mató la corrupción», lo que es correcto. La impunidad en la corrupción pública y privada, […]
El secretario de la Función Pública del gobierno espurio, Salvador Vega Casillas, acaba de hacer una declaración que puede permanecer en la historia como aquella de Salinas en su sexenio: «no se hagan bolas». Ha afirmado que «a Mouriño lo mató la corrupción», lo que es correcto. La impunidad en la corrupción pública y privada, como en el caso de los contratos de PEMEX, a la empresa de los Mouriño, Ivancar y los que Repsol obtuvo en forma muy beneficiosa para monopolizar el gas en la Cuenca de Burgos, desplazando a Halliburton, que tras la desaparición física de Mouriño «casualmente» acaba de concederle PEMEX un contrato por 36 millones de dólares para «exploración profunda». La corrupción es una de las sífilis del capitalismo. En todo caso, la declaración responde al ¿qué? pero no responde al interrogante que todo el país se hace acerca de ¿quién mató a Mouriño?
La ambición desmedida de Juan Camilo Mouriño, que no era parte de una característica personal sino reflejo de la feroz lucha económica por el control de jugosos mercados monopólicos entre el imperialismo estadounidense y sus emporios energéticos y el subimperialismo español a través de Repsol y Gas Natural, le llevó a tocar dos poderosos intereses del grupo Monterrey, las 39 familias oligárquicas del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y el Consejo Coordinador Empresarial, del Yunque, de las transnacionales petroleras gringas, en particular Halliburton y el lobby texano Bush-Cheany, y la Shell angloholandesa, así como de Carlos Salinas, Beltrones, el Jefe Diego y los cárteles asociados a ellos: el reparto de los bloques petroleros y la sucesión presidencial en 2012. El negocio más rentable en el país es el petróleo. Sólo es superado por otro gran negocio: llegar a Los Pinos y saquear todos los sectores económicos de México.
Igual que en 1994 tras el atentado a Colosio se benefició inmediatamente Errnesto Zedillo, puesto ahí por Beltrones y Salinas, hoy la historia se repite. Así, Salinas ha logrado colocar en la Secretaría de Gobernación a otro de sus peones: Fernando Gómez Mont, ideólogo y abogado maquillador de fraudes electorales, defensor de narcos, de gánsteres como Raúl Salinas de Gortari o el ex director de PEMEX, Rogelio Montemayor, banqueros corruptos como Cabal Peniche o Jorge Lankenau, una galería completa de la fauna de respetables hombres de negocios, símbolo real de qué es el capitalismo y lo que nos espera bajo este sistema social caduco y podrido. Y el Yunque ha colocado a unos de sus afiliados a esa sociedad secreta, Luis Felipe Bravo Mena como el secretario particular de Calderón, igual que en el sexenio de Fox operaba a través de Ramón Martin Huerta, quién también sufrió un extraño «accidente» nunca investigado.
Ahora, dada la presión social, la PGR se vio obligada a declarar, como reporta el diario La Jornada, que la línea de investigación que refiere a un atentado sigue abierta. (¡?) ¿No que fue un accidente, tal y como declararon desde el embajador USA, Tony Garza en primer lugar y después Téllez? En Prodigy México se hizo una encuesta a más de 30 mil usuarios sobre si fue atentado o accidente. Un 79% opinó que fue atentado y sólo un 15% que fue accidente.
Varios sucesos nada comunes se suceden días antes del avionazo. En los días previos se celebra una entrevista entre un alto funcionario del gobierno espurio con los Beltrán Leyva. Esto recuerda a 1993, cuando se entrevistaron los Arellano Félix con el entonces nuncio apostólico del Vaticano, el mafioso Girolamo Prigione. Y se produce unos meses antes otra reunión, más bien un cónclave, de la mayoría de cárteles de narcos, del Golfo, Pacifico, la Nueva Gente, la familia de Michoacán, y al final llegan retrasados El Chapo y la Barbie. Se trataría de llegar a acuerdos para frenar la matazón por todo el país y repartir plazas poniéndose de común acuerdo en introducir cargamentos de cocaína, respetando sus respectivas «zonas de trabajo». ¿La convocó Salinas o Beltrones? ¿O fue el Jefe Diego y Antonio Lozano Gracia, ex titular de la PGR en el salinato, que tras la presentación para testificar del antiguo secretario particular de Genero García Luna, se presentan en las instalaciones de la PGR y al día siguiente es dejado en libertad? Al PRI le interesa poner «orden» en los narcos pues si no amenazarían su plan de volver a Los Pinos en 2012. Y ellos «si saben cómo hacerlo», dado sus nexos. Y no sólo con los capos sino también con los grandes empresarios, que durante el sexenio salinista conocían a Raúl, el operador de Carlos Salinas, como «mister 10%», porque esa era la comisión que exigía en su jugoso negocio del tráfico de influencias, que Mouriño le estaba fastidiando y dando los contratos a los adversarios en negocios de las transnacionales gringas y los grandes empresarios del país, las españolas Repsol y Gas Natural.
La misma noche del avionazo, el 4 de noviembre, un padre se comunica con su hijo. El hijo es teniente coronel y trabaja en la SEDENA, en el despacho del secretario, general Galván. El padre le pregunta qué opina del avionazo. El hijo responde: «Iba dirigido a Los Pinos. No iba dirigido contra mi general».
Héctor Aguilar Camin, otra de las plumas que ha sido señalada de encontrarse al servicio del CISEN y de Salinas, también poco tiempo del avionazo, y sin venir a cuento, publica durante la segunda quincena del pasado septiembre una serie de cinco artículos en su columna de Milenio titulados «La muerte de Colosio». Lo extraño es que no se trata de fechas de aniversario. ¿Azar o aviso? Mouriño había recibido varios avisos desde los años 90. Infringió la norma no escrita del poder criollo de meterse en la política mexicana dado su origen. La xenofobia, la utilización burguesa de los conceptos de «patria» y «soberanía» ha sido usada durante décadas por el PRI para confundir a la población y encubrir sus negocios sucios, corrupción y crímenes políticos en una perversa propaganda al estilo «la corrupción, si es nacionalista, es buena porque arroja migajas de la mesa y todos nos beneficiamos». Una falsedad que ha quedado mucho más al descubierto con los dos sexenios de PAN-gobierno, que ya vuelve a ser PRIAN de nuevo. La corrupción nunca beneficia sino descompone socialmente y genera más miseria, explotación y violencia. La corrupción es inherente al sistema capitalista. Es su aceite engrasador y hoy en día buena parte de su liquidez económica proviene del lavado de dinero.
Tampoco es nada casual la secuencia de hechos que se produce tras el atentado: el nombramiento como secretario de gobernación espurio recae en un hombre de Salinas y el jefe Diego; la primera visita de un mandatario que se recibe en el país sea la del colombiano Álvaro Uribe, documentado por los servicios de inteligencia estadounidenses DIA y por la DEA como parte del cartel de Cali y amigo personal del extinto narco colombiano Pablo Escobar Gaviria, enviado por EU para reforzar la Iniciativa Mérida; y la primera declaración pública de que no fue un atentado, a las dos semanas cuando Téllez anunció que tardarían once meses en dar una posición oficial, fuera del embajador estadounidense, definido por muchos investigadores sociales como el verdadero «presidente de México», Tony Garza declarando que era un «accidente». La ecuación «perfecta», la misma de los últimos 20 años: EU y Salinas, citados por orden de jerarquía.
El lunes 10 de noviembre, a una semana del avionazo, se realiza una Cumbre de Negocios ¡en Monterrey! A la que no acuden ni Calderón, ni Carstens ni Lorenzo Zambrano de CEMEX, que tiene importantes intereses en España. Sí acude Georgina Kessel, la Secretaria de Energía del gobierno usurpador para tranquilizar al grupo Monterrey y asegurarles que los negocios serán con ellos, con un mensaje claro: no es necesaria ninguna muerte más, ningún otro «accidente» y menos que tuviera como victima a Calderón. Ahí Kessel revela que «alrededor de 70% de las actividades de PEMEX en exploración y producción ya las realizan otras empresas (privadas)». La contrarreforma convierte en «legal» la práctica privatizadora y el negocio es para ustedes, da a entender su discurso.
Recien, el miembro de El Yunque Luis Felipe Bravo Mena es repatriado desde el Vaticano para ocupar la secretaría particular de Calderón. Vuela con Iberia vía Madrid. No puede aterrizar en el DF porque un banco de niebla lo impide. Su vuelo es desviado a Acapulco. Informa a Los Pinos, y estos se ofrecen a enviarle un avión para traerlo. Bravo Mena declina el ofrecimiento y prefiere tomar un vuelo comercial de Aeroméxico que sale más tarde. Otra, la primera gira del titular de la SEDESOL, Ernesto Cordero, muy amigo de Mouriño, es organizada por el Ejército que vigila todo el tiempo, en el aire y en tierra, el avión. Ambos deben saber bien que no se trató de un accidente. De ahí que tomen medidas y declinen invitaciones.
Mouriño fue secuestrado en los años 90 por el gobernador de Campeche cuando sus negocios emergían al amparo del tráfico de influencias y junto a ellos su poder político creciente. Su padre pagó un rescate. Y dato nada menor, el hombre que lo rescató en ese momento se llamaba Genaro García Luna. Se convirtió desde entonces en un adversario y enemigo político de muchos, al interior y al exterior del PAN. Ese fue su primer aviso. Ningún «gachupin» se había metido en política a ese nivel y menos llegado tan alto, nada menos que a la SG, a ser el número dos del gobierno espurio y por tanto fuerte candidato presidenciable para 2012. Era tanto como violar una regla no escrita de la política mexicana. Cada burguesía nacional quiere explotar su propia finca. Ni EU, salvo el ya saliente embajador petrolero texano-bushianoTony Garza, interviene como Mouriño, que se movió como un «virrey patán». Otros «gallegos» como Vázquez Raña nunca entraron en política en el país de forma abierta.
Su segundo aviso para que dimitiera o renunciara fue la filtración de sus negocios con PEMEX, por medio de un delictivo tráfico de influencias. Filtración que provino de los propios círculos de extrema derecha panista ligados al Yunque, y de Salinas y los empresarios del verdadero eje del mal Grupo Monterrey-Houston. Esos papeles le fueron filtrados no solo a Ana Lilia Pérez de la revista Contralínea sino al propio AMLO. En forma perversa pensaron utilizar a AMLO para golpear a Mouriño. Lógicamente, más allá de lo que pensara Salinas y Beltrones, autores intelectuales de esta maniobra, significa un golpe y debilitamiento necesario tanto del gobierno espurio como de toda la derecha. Así que su cálculo salió errado.
Calderón no relevó a Mouriño de su puesto pues hubiera significado mostrar aún más como débil al gobierno espurio y porque no tiene un equipo propio amplio, que cada día se merma más.
El objetivo de este grupo era descabezar a la reina para poner en su lugar como secretario de Gobernación a un peón leal a sus intereses, ligados a las transnacionales petroleras gringas y británica y al narco más cercano a sus intereses, que no es el grupo de El Chapo Guzmán, al que EU intenta detener y extraditar dado que ha alcanzado demasiada fama en los medios y eso tiene un efecto, incluso electoral, en la opinión pública estadounidense que identifica que su gobierno es débil porque no pudo con El Chapo. El verdadero gobierno del país, que por estar en la sombra no se sienten menos sus efectos, son las 39 familias del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y del Comité Coordinador Empresarial, los que mandan de verdad en el país, los que tiran la línea a sus formalmente gobiernos peleles, los gestores y abogados del imperialismo gringo mayoritariamente y en menor medida, español, en ésta que para sus jefes más al norte, es su finca mexicana, su «patio trasero» siguiendo la Doctrina Monroe de «América para los estadounidenses», más bien.
Ni el mismo Mouriño ni Calderón entendieron los dos mensajes y avisos. Y EU, o un sector, dejaron hacer pues también convenía a sus intereses. Cuando Mouriño apareció la noche del jueves 5 de marzo de este 2008 reconociendo, como había denunciado AMLO, que firmó contratos ilegales, ventajosos y secretos con PEMEX, es decir, el trafico de influencias que ejerció para beneficio de su familia entre 2002 y 2003 cuando era legislador, presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados y asesor de Calderón , entonces Secretario de Energía, todo para favorecer sus negocios familiares, y arrogante proclamo que esto «no es ilegal» y que no renunciaba a la SG, en ese momento firmó su sentencia de muerte. Igual que Colosio la firmó, por una ironía de la historia en un día muy cercano, un 6 de marzo en su discurso en el Monumento a la Revolución.Seguro que ese Cesar Borgia de la política mexicana, Carlos Salinas, siguió muy atentamente la presentación pública de Mouriño y tomó nota.
Los avisos no funcionaron y Salinas y el eje Monterrey-Houston procedieron a ejecutarlo, tras dejar pasar unos meses para prepara el atentado y mientras les hacia el trabajo sucio de aprobar la contrarreforma petrolera. Incluso podrían esperar que en ese proceso Mouriño se quemara y no ser necesario la «solución última». Pero no fue así. Mouriño, entre los círculos de la derecha salió más reforzado. Vieron el peligro que la figura de Mouriño creciera imparablemente entre la derecha y fuera el elegido como candidato presidencial para 2012, dado que había logrado las únicas dos «victorias» de Calderón, la contrarreforma petrolera y el Acuerdo sobre Calidad de la Enseñanza. Se había convertido en el Rasputín de Calderón. Este haría lo que Mouriño le dijera y le daría lo que pidiera. Y pediría la concesión de los mas grandes y mejores lotes petroleros, entre los cerca de 350 bloques a privatizar, para REPSOL, que en Bolivia llegó a inscribir ante la Bolsa de Valores de New York como de su propiedad las reservas de gas bolivianas, y de ello su familia obtendría unas jugosas y altísimas comisiones. Este es el móvil real más inmediato para el atentado. Parafraseando a un presidente gringo en este caso se podría afirmar: «Son las comisiones, estúpido». En ese sentido sì lo mató la corrupción, su corrupción, la corrupción del sistema capitalista. Mouriño se convirtió en un obstáculo para muchos negocios jugosos, empezando por el pastel petrolero a repartir. Y para mucha gente: EU, Halliburton, el grupo Monterrey, Salinas, el Jefe Diego, Gómez Mont, los carteles del narco excluidos de la protección panista desde 2000, el Yunque, Espino. Este es el móvil real del asesinato: la combinación del jugoso negocio del reparto de bloques petroleros privatizados con la pérdida de poder y control político de las transnacionales, en especial texanas, dado que además con la victoria de Obama el epicentro de los negocios de EU se traslada del sur al norte, de Texas a Chicago y los actores principales serán otros, los que apoyaron la campaña de Obama, y por ende, el desplazamiento que se hubiera dado del grupo salinista. La política es economía concentrada, en último término. Para la oligarquía es negocio concentrado. Además Mouriño usó en la negociación para lograr su objetivo y ablandar conciencias de diputados y senadores del PRIAN y el ala derecha de Los Chuchos, la versión moderna del clásico «plata o plomo», es decir» «puesto o expediente». Ofreció decenas de puestos, 40 subdelegaciones con sueldos de 20 a 45 mil pesos mensuales ,y unos cuantos puestos más elevados con un salario superior a los 100 mil pesos y hasta de 200 mil pesos. Y quién se negaba le enseñaba un expediente con datos escandalosos de su vida personal o pública. Como reportó Proceso, los expedientes los fabricó el actual narcosecretario Genaro García Luna. De ahí el agradecimiento y la protección de Mouriño y Calderón y el pago dándole la SSP federal. ¿Acaso García Luna tendrá un expediente del propio Mouriño o incluso de Calderón?
La caja de Pandora sigue abierta. La derecha no esta unida como podría de forma simplista pensarse. Es obvio que hay tres PAN, el «neopanismo moderno» de Calderón, con su estilo Mouriño; la extrema derecha tradicional, de Espino, el Yunque, con el auxilio de los Fox; y el PAN concertacesionador, más bien PRIAN, del Jefe Diego Fernández de Cevallos y Antonio Lozano Gracia. Hay también tres PRI, que intentan ser dos o uno: el de Peña Nieto y los restos del Grupo Atlacomulco; el formado por Beltrones y Salinas, que escenificó su «reaparición», aunque nunca se fue ni cuando residía en Dublín, visitando en Coahuila al gobernador Moreira; y el grupo en torno a Beatriz Paredes, que en 2009 puede tener la mayoría de legisladores priistas. Y también existen dos PRD: el ala derecha de Los Chuchos de Ortega y Acosta Naranjo; y el ala izquierda de IU junto a IDN, Encinas y el grupo de Bejarano.
AMLO lo definió bien: «A Calderón lo tienen arrumbado a un lado, como un trapeador». Y Beltrones y Creel plantearon «reformar» la SG y crear un jefe de gabinete, para así colocarle un comisario político estalinista a Calderón que lo controlara. El cogobierno PRIAN comienza con el asesinato de Mouriño. Sus planes son adelantarse a una victoria del PRI en 2009 y a lo que piensan será la victoria del PRI en 2012, donde colocarían a Manlio Fabio Beltrones en la SG o jefatura de gobierno. Pero un viejo adagio dice que no hay que comer el conejo hasta que está guisado. Eso mismo pensaban en 2006 y la candidatura de Madrazo destapó la guerra interna en el PRI y su división pública. Es verdad que ahora para 2012, aunque nunca cuentan con el factor más importante que es la movilización y conciencia de las masas, tienen más viento a favor: la cooptación del aparato del PRD por Los Chuchos; su imagen de hombres que saben hacer las cosas y poner «orden», después de haber sembrado el desorden y el caos, incluyendo granadas, atentados, etc para luego presentarse como los «salvadores» y abogar por un gobierno de «unidad nacional», o «salvación nacional». Para 2012 la maniobra es evidente. Su jugada la anticipó Beatriz Paredes por su afán de figurar durante la reunión de la Internacional Socialista, es un acuerdo que ya se ha dado PRI-PRD. A la burocracia derechista del PRD se le da el Gobierno del DF, para Jesús Ortega, que tres veces contendió por el puesto y perdió ante el ala izquierda. El PRI se queda con el Ejecutivo federal, a través de Peña Nieto u otro candidato que tenga menos cola que pisar y fabricado mediáticamente por Televisa y TV Azteca, después de 2009, al que le van a fabricar un cuento de hadas, una telenovela que montará sobretodo Televisa, pues ya empezaron a pasearlo por el noticiero de López Dóriga, más una enorme cantidad de millones desviados para spots, y el uso de una «historia rosa» de su noviazgo con «La Gaviota». El problema es que Paredes aspira a ser la primera mujer presidenta de México. Y ahí empezarán algunas de sus diferencias. Aunque ahora la ilusión en los círculos priistas del gran pastel a repartirse, incluida la tarta petrolera con sus jefes de Houston, la dinastía Bush y Dick Cheney y su Halliburton, puede hacerles mantener el simulacro de «unidad» y evitar un nuevo Tucom, como el que aconteció contra Madrazo. Halliburton obtuvo entre 2003 y 2007 de PEMEX la concesión de 160 contratos exclusivos, equivalente a 2 mil millones de dólares, lo que representa una quinta parte de la inversión de PEMEX realizada durante cinco años con los recursos del presupuesto nacional. La burocracia permanece «unida» cuando hay puestos para todos y un gran pastel para repartirse y a todos les toca su porción. Si no es así, empiezan los tiros y los «accidentes» de avión.
Aunque dado el vacío por la crisis del PAN y la complicidad del PRD burocrático, que puede postular a un «personaje fachada» tipo Juan Ramón De la Fuente, como simulación y darle el Ejecutivo al PRI, el imperialismo, el CCE y Salinas dejarán hacer a Ebrard para intentar desgastar el voto hacia AMLO, aunque luego a él sobre 2010 le aplicarían una campaña mediática para cerrarle el paso. Lo mismo que con Mouriño, usarlo para la contrarreforma y luego deshacerse de él. Ese es el futuro que espera a Ebrard si se deja guiar por el canto de las sirenas de Salinas, Beltrones y adlateres. En vez de eso debería sumarse decisivamente al Movimiento por la Transformación de México. No debería olvidar que Roma no paga a traidores.
El PRI y el imperialismo gringo son especialistas en crear todo tipo de «desorden», lo que incluye lanzamiento de granadas, atentados, bombas, y asesinatos políticos, para luego con su habitual cinismo presentarse como «salvadores», los «necesarios», los que saben como hacer las cosas y poner «orden». Más militarización, más Plan Mérida y camino hacia un Estado policíaco-militar, aunque se opongan a una policía única, más fácil de controlar, auditar y de hacer pública su corrupción. El caos y el desorden para el capitalismo es un buen negocio, como lo son las crisis y recesiones económicas donde la oligarquía compra acciones y empresas más baratas, como acaba de hacer Slim en relación a Citigroup, o Salinas Pliego, a precios de remate esperando a medio plazo los beneficios cuando se produzca el rebote económico pues no hay una crisis final del capitalismo sino que debe ser derribado.