Se necesita no tener sangre en la cara para reclamar el voto de los ciudadanos honestos de una nación, cuando se tiene un pasado deleznable referente a la defensa de los intereses nacionales, así como al acatamiento y defensa a los derechos humanos y el respeto a la vida misma. No es necesario presentar facturas […]
Se necesita no tener sangre en la cara para reclamar el voto de los ciudadanos honestos de una nación, cuando se tiene un pasado deleznable referente a la defensa de los intereses nacionales, así como al acatamiento y defensa a los derechos humanos y el respeto a la vida misma.
No es necesario presentar facturas ni ningún tipo de documentación, para sostener como cierto el titulo de este comentario respecto a la sarta de candidaturas derechistas para hacerse con el voto de los ciudadanos bolivianos este 6 de diciembre próximo.
Todos y cada uno de los posibles candidatos de la oposición a la presidencia y vicepresidencia de la República, a la fecha, se encuentran barajando sus nombres y su frondoso prontuario, bien conocidos por la ciudadanía, por haber sido parte de dictaduras militares, otros por haber adquirido préstamos dolosos al estado sin haber sido enjuiciados hasta el presente, los otros por haber participado de gobiernos neoliberales que terminaron cometiendo masacres contra el pueblo, otros autores y cómplices de masacres a campesinos (en pleno y lento proceso de juzgamiento por un poder judicial que aun sigue siendo encubridor de la impunidad de los grupos de poder ), participes de logias que manejan a su gusto y sabor dineros de cooperativas para beneficios de grupos, así como para desestabilizar gobiernos que no son de su parecer, llegando inclusive a plantearse la desmembración del país. Además con estos mismos «atributos» veremos a candidatos también a los cargos electivos para la Asamblea legislativa plurinacional.
Todos ellos sumisos sirvientes a los intereses de la empresa privada explotadora sostén de gobiernos entreguistas, ligada al gran capital internacional bajo la férula del imperio norteamericano que en su permanente política de saqueo de las riquezas naturales y sometimientos de los pueblos, marca la pauta constante a sus lacayos.
Sin duda alguna el pueblo boliviano que tiene memoria y no olvida, sabrá premiar con su voto a quien merezca su confianza y así mismo tendrá que castigar a quienes ahora pretenden aparecer como angelitos libres de toda culpa «defensores de la democracia». No es una exageración, sólo hay que hacer un poco de memoria para sostener que todas o casi todas las candidaturas de la derecha boliviana, están contaminadas de dictaduras militares, saqueos, dolos, y sangre del pueblo boliviano. El pueblo mismo tiene que decidir, o vota por ellos y su pasado ominoso o su voto será por la dignidad y la esperanza en construcción, sólo hay dos opciones.
José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)