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Los comicios serán en abril

Tras su aplastante triunfo, Evo busca ganar las gobernaciones y alcaldías

Fuentes: Clarin.com

«Este triunfo está dedicado a todos pueblos y presidentes que luchan contra el capitalismo en todo el mundo». Así se refirió ayer el presidente boliviano, Evo Morales, a su arrasadora victoria del domingo, cuando fue reelegido con un inédito 63% de los votos contra 27% de Manfred Reyes Villa, su principal rival de la derecha. […]

«Este triunfo está dedicado a todos pueblos y presidentes que luchan contra el capitalismo en todo el mundo». Así se refirió ayer el presidente boliviano, Evo Morales, a su arrasadora victoria del domingo, cuando fue reelegido con un inédito 63% de los votos contra 27% de Manfred Reyes Villa, su principal rival de la derecha. «Los traidores y los vendepatria fueron castigados por la conciencia del pueblo», interpretó ante un grupo de periodistas reunidos en el Palacio Quemado la avalancha de votos, y se entusiasmó con que, como en anteriores elecciones, el voto rural amplíe su victoria cuando esta semana se conozcan los resultados oficiales. Hoy habrá un avance del 60%.

Antes de partir a una reunión de gabinete en el lago Titicaca -donde su votación bordeó el 90%-, Morales lanzó la campaña para las elecciones de abril de 2010, cuando los bolivianos elegirán gobernadores y alcaldes en el marco del nuevo Estado autonómico. Derrotada, la derecha se entusiasma con la revancha, al menos en las regiones del oriente del país. Pero los augurios no son buenos. «La oposición está liquidada», sentenció ayer el ex vicepresidente aymara Víctor Hugo Cárdenas, que intentó sin éxito ser el candidato opositor.

«Cuidado con la farra y con el chaqui (resaca)», instó Morales a sus partidarios a ponerse a elegir candidatos, una tarea que no es fácil en el MAS, un complejo frente de gremios agrarios y urbanos. Como dice el slogan, «Evo no se cansa»: ayer, después de una campaña agotadora, se reunió con ministros y presidentes de empresas estatales para comenzar a planificar el segundo mandato. «Esto es cama adentro», suele decir a sus colaboradores, que toman en broma la advertencia hasta que empiezan a recibir llamados a las cinco de la mañana.

El mandatario aymara confesó que se alegró al saber quiénes serían sus competidores en los comicios del pasado domingo. «Uno (Manfred Reyes Villa) se presentó como candidato para no entrar a la cárcel, el otro (Leopoldo Fernández, preso en La Paz) para tratar de salir», ironizó. Reyes Villa aclaró ayer que no se fugará del país para evitar los juicios por presuntos delitos económicos.

Entre las medidas a tomar para «profundizar el proceso de cambio», Morales anunció una nueva ley para levantar el secreto bancario e investigar las fortunas mal habidas. «Ahora, con mayoría en Diputados y Senadores, podemos», sentenció, y anticipó que la prioridad de su segundo mandato será acabar con la extrema pobreza.

Sobre una futura re-reelección fue ambiguo. Dijo que prefiere volver a su «chaco de coca», pero dejó en claro que éste es el primer mandato de acuerdo a la nueva Constitución, por lo que tendría derecho a otros cinco años después de 2015. Y quizás sean los sueños los que definan los futuros pasos del líder boliviano.

Con un tono más íntimo, confesó que recientemente comenzó a creer en el destino y comentó sueños de juventud con serpientes y vuelos entre las nubes que, bien leídos, habrían anticipado su historia de cuento de hadas. «En 2002 estaba subiendo una montaña, pero poco antes de la cima desperté.» En esa elección quedó a un paso de ser Presidente. «Por suerte», diría después, ante la precariedad de su partido y la casi inexistencia de cuadros políticos.

Y para un campesino nacido en un remoto y polvoriento pueblo del Altiplano, transformado luego en un criminalizado cultivador de coca, que termina como el presidente más votado de la historia boliviana, es posible que su biografía no encuentre otra explicación que una disposición favorable de las estrellas. Pero este domingo, el malestar y el cansancio le impidió soñar con otra cosa que con su agudo dolor de estómago, que postergó y acortó notoriamente su discurso de la victoria.

http://www.clarin.com/diario/2009/12/08/elmundo/i-02057355.htm