Hugo González Moscoso, fue en 1946 dirigente estudiantil del Partido Obrero Revolucionario; después, joven abogado, en La Paz, con otros dirigentes de entonces de ese partido, como los dirigentes sindicales Guillermo Bravo o Edwin Moller, preparó activamente la alianza obrero-estudiantil que condujo a la revolución del 9 de julio de 1952. Fue uno de los dirigentes […]
Hugo González Moscoso, fue en 1946 dirigente estudiantil del Partido Obrero Revolucionario; después, joven abogado, en La Paz, con otros dirigentes de entonces de ese partido, como los dirigentes sindicales Guillermo Bravo o Edwin Moller, preparó activamente la alianza obrero-estudiantil que condujo a la revolución del 9 de julio de 1952.
Fue uno de los dirigentes de la misma y participó en la toma del arsenal que permitió destruir el ejército. También fue uno de los fundadores de la Central Obrera Boliviana (COB), cuyo programa escribió y delegado ante la Central Obrera Departamental. Desde el triunfo mismo de la revolución trató de transformarla en revolución social anticapitalista y planteó la consigna de construir un Gobierno Obrero y Campesino apoyado en la COB y de mantener la independencia del gobierno del MNR. En esa tarea colaboró activamente con el Buró Latinoamericano de la IV Internacional, dirigido por J.Posadas y fue nombrado delegado del POR de Bolivia al Tercer Congreso Mundial de la IVa Internacional.
Tanto en los gobiernos del MNR como en los posteriores fue detenido, torturado, exiliado y mantuvo siempre la actividad y la dirección del partido en la clandestinidad. En las disputas interiores en el trotskismo mundial, apoyó a Michel Pablo y a Posadas en los años cincuenta contra el seguidismo ante el peronismo de Nahuel Moreno y el sectarismo de los trotskistas estadounidenses, apoyados en Bolivia por Guillermo Lora, y de los trotskistas franceses seguidores de Bleibtreu. Ante la descomposición, en los años sesenta, del Buró Latinoamericano dirigido por Posadas, se apoyó en el parisino Secretariado Unificado de la IVa Internacional y apoyó la línea de éste, después de la Revolución Cubana, sobre la lucha guerrillera. En ese carácter y a la cabeza de su POR Combate apoyó la acción del Che en Bolivia.
Actualmente, a los 87 años, seguía activo en la vida intelectual y política revolucionaria, apoyando el proceso que llevó al gobierno a Evo Morales.
Hugo González Moscoso fue toda su vida un militante inquebrantable, consecuente, honesto, que trató siempre de convertir en acción las ideas anticapitalistas, antiburocráticas, libertarias, que le animaron desde cuando era un estudiante secundario. Bolivia pierde con él un revolucionario de gran importancia histórica que siempre confió en la capacidad de sus trabajadores y luchó por educarlos en el marxismo y organizarlos. Quien esto escribe, que lo conoció y militó con él en los primeros años cincuenta y después se diferenció en muchas ocasiones de sus posiciones políticas puntuales, considera su muerte (ocurrida el jueves 14 de enero) una gran pérdida para la izquierda latinoamericana ya que siempre fue un dirigente valiente, sincero y respetable, abierto a la discusión. Es de esperar que el gobierno y la revolución boliviana le hagan el homenaje que se merece.