Si una lo denosta con críticas, la otra lo apoya; si Steve Jobs renegaba públicamente de Adobe por la estabilidad de su plataforma multimedia en las computadoras Mac, Google le dio su pleno apoyo en el Mobile World Congress y lo ha vuelto a hacer ahora, anunciando que colaborará con esta empresa para que los […]
Si una lo denosta con críticas, la otra lo apoya; si Steve Jobs renegaba públicamente de Adobe por la estabilidad de su plataforma multimedia en las computadoras Mac, Google le dio su pleno apoyo en el Mobile World Congress y lo ha vuelto a hacer ahora, anunciando que colaborará con esta empresa para que los internautas que descarguen Chrome dispongan también de la última versión actualizada de Flash Player, en el marco de una iniciativa que pretende revolucionar la forma en que trabajan los plug-ins, haciéndolos más seguros.
Durante la Guerra Fría (de la cual tampoco ha transcurrido tanto tiempo) los Estados Unidos y la hoy extinta Unión Soviética libraron sus batallas «por delegación»; en distintas partes del mundo, como en Vietnam, Afganistán o Yemen, se desataron guerras civiles entre contendientes que eran apoyados por una y otra potencia a través de la venta de armas y mediante la presencia de asesores militares entre otras formas de ayuda. En la moderna guerra empresarial que se libra en el campo tecnológico, parece que Apple y Google pueden estar adoptando una táctica similar (salvando las distancias, claro) al utilizar a Adobe como peón en su pugna particular.
Una pugna que, por cierto, puede que sea una elucubración de nosotros, los medios, más que una batalla real, aunque lo cierto es que todo apunta a que el ambiente se encuentra enrarecido entre estos dos gigantes otrora aliados al haber entrado la multinacional del buscador en el terreno de Apple. En este sentido, y más que Chrome OS (que nadie sabe como va a responder el mercado ante él), el principal escollo es Android, que puede suponer una amenaza real para las ventas del iPhone.
El caso es que Flash parece haberse convertido en el nuevo caballo de batalla de ambas compañías, y Adobe en un peón manipulado por las dos. No hace mucho, Steve Jobs se desahogaba contra la que antaño fuera gran valedora de la plataforma de la manzana (con excelentes productos de diseño gráfico reconocidos por todo el mundo) respondiendo a las críticas sobre la no inclusión de soporte para Flash en el iPad. Google se posicionaba en sentido contrario ya en el Mobile World Congress anunciando que Android soporta Flash mediante un plug-in desarrollado por la misma Adobe.
Mientras Apple sigue con su «campaña anti-Flash», Google ha dado un paso adelante más en su apoyo. A través del blog de Chromium, la compañía del buscador ha anunciado la puesta en marcha de una iniciativa conjuntamente con Mozilla y Adobe, con la cual se busca mejorar el modelo seguido por los plug-ins, haciéndolos más seguros y estables.
El primer movimiento de esta iniciativa consiste en integrar el plug-in Flash de Adobe en el navegador web Chrome, de forma que a partir de ahora, todos aquellos internautas que descarguen este browser obtengan también de forma automática la última versión de este.
Mayores consecuencias
Mientras que la mayoría de los medios se han quedado en esta parte de la información, particularmente no puedo evitar fijarme en que la alianza abarca también a Mozilla, el otro gran fabricante de browsers que compite con Microsoft para arrebatarle a Internet Explorer el primer puesto en la clasificación de navegadores web más utilizados.
Esto podría significar que, para el futuro próximo, nos espera un cambio del modelo con el que trabajan los plug-ins, cualquier plug-in en cualquiera de los dos navegadores implicados (Chrome y Firefox), de manera que sean más seguros y estables. No en vano, se considera que los plug-ins y add-ons de los navegadores aumentan las posibilidades de crear un agujero de seguridad en el programa.
Al necesitar una API de programación, se abren puertas al código fuente del programa para facilitar que el código del plug-in y el navegador interactúen, por lo que aumentan las posibilidades de cometer un error de programación o, desde el plug-in, forzar una condición para inyectar código ejecutable en la memoria utilizada por el browser.
Una jugada paradójica
No deja de ser curioso que Google esté prestando tanto apoyo a Flash durante las últimas semanas cuando ha sido precisamente la compañía del buscador la que le ha dado una estocada mortal al haber empezado a migrar los vídeos de YouTube al formato H.264, optando por este último como candidato para equipar al HTML 5 como códec nativo.
Parece que, tal y como he indicado antes, Adobe se ha convertido en un mero peón en un juego que le viene grande y que libran Google y Apple por los despojos que previsiblemente pueden quedar del reinado del Internet Explorer a menos que Microsoft se vea capaz de darle un giro a la situación de constante pérdida de usuarios que está sufriendo. La iniciativa lanzada por Google podría haberse materializado con cualquier otro plug-in, pero parece que ya puestos, era mejor escoger algo que fuera simbólico. Y, en este caso, parece que el hecho de que sea Flash conlleva un mensaje implícito para Apple: nos vamos a enfrentar a vosotros.
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