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Acceso libre, ¿el futuro de la investigación?

Fuentes: Danish Center for Design Research

Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez

¿Es el acceso libre y gratuito a todos los descubrimientos científicos el futuro para los entornos de investigación tanto en Dinamarca como en el mundo en su conjunto? ¿O se trata, por el contrario, de una amenaza para la credibilidad de los hallazgos científicos que se publican? La tendencia a regirse cada vez más por el acceso libre se extiende desde las ciencias naturales a las sociales y las humanidades. Pero persisten dificultades que se deben abordar en el proceso.

En los últimos años, en los entornos de investigación del mundo entero se han discutido los pros y los contras del acceso libre. Es difícil discrepar de la idea de que los hallazgos científicos deberían beneficiar a la sociedad todo lo posible. Y, en este sentido, la propagación del conocimiento a través de Internet plantea una posibilidad evidente. Si alguien que dispone de una conexión a Internet disfruta de acceso ilimitado al conocimiento generado en todos los centros de investigación del mundo, las investigaciones alcanzarán más deprisa unos resultados que beneficien tanto al ámbito de la investigación como a la sociedad en general y, por consiguiente, a la humanidad. Esta es la posición que defiende Steven Shaviro, un profesor de la Wayne State University de Detroit, en Michigan, EE. UU. Él afirma que a comienzos del nuevo milenio empezó a extenderse el acceso libre desde algunas de las universidades más prestigiosas, entre ellas la de Harvard.

El acceso al conocimiento

A finales de marzo de 2010, Steven Shaviro visitó la Escuela Danesa de Diseño para participar en un seminario sobre el potencial crítico y las posibilidades estéticas de los vídeos musicales. Él subraya que el acceso libre puede contribuir a los conocimientos publicados, por ejemplo, en recopilaciones y revistas de investigación. Según dice, él mismo se asegura de que todo el mundo pueda acceder libre y gratuitamente a su propia producción, y va más allá: «la investigación académica está restringida. Es preciso pertenecer a alguna universidad o, de lo contrario, no se puede acceder a revistas y libros de investigación. En una ocasión realicé una aportación para una antología de textos y me disgustó mucho descubrir que el volumen costaba 80 dólares en las librerías. No quiero volver a hacer una cosa así».

Un proceso editorial idéntico

La idea subyacente al acceso libre es que el lector individual ya no tiene que pagar para consultar revistas. Con el acceso libre, el coste lo sufragan los autores, es decir, las instituciones a las que pertenecen, y por tanto publicarlo en una revista gratuita cueste tal vez dinero, pero leerlo no. La cuestión es si estas condiciones económicas pueden poner en peligro la calidad y el nivel académico de las revistas de acceso libre. En este aspecto, Steven Shaviro no aprecia ningún indicio de que corra peligro la salvaguarda editorial de la relevancia y la validez. «No hay ninguna razón específica por la que el proceso de revisión académica entre colegas y la política editorial se vean afectados por el libre acceso», señala; y hace hincapié en que el prestigio y la calidad de las revistas científicas depende en buena medida de las personas que publican en ellas.

Oportunidades estratégicas

Flemming Pulfelt, profesor y vicedecano de intercambios académicos y difusión de la Escuela de Negocios de Copenhague (CBS, Copenhagen Business School), tampoco tiene ningún miedo a que el nivel académico o la credibilidad de las revistas de investigación mermen a causa de la tendencia al acceso libre. Siempre que la publicación de investigaciones se ordene en el marco de la estructura de una revista, se puede mantener el método habitual de revisión por parte de colegas. Más bien, aprecia ventajas estratégicas para el CBS en el hecho de que abra camino en este ámbito. «Tenemos cierta tradición en adoptar una actitud activa hacia la difusión de la investigación. El acceso libre sirve al propósito general de diseminación que propugnamos, que consiste en afianzar la legitimidad de nuestras actividades y conferirle visibilidad como institución, como socio empresarial atractivo y como universidad para alumnos potenciales», señala.

Una demanda de los patrocinadores de la investigación

El CBS fue uno de los primeros centros universitarios de Dinamarca que adoptó una política de acceso libre, que exige que todos los investigadores de la escuela difundan lo máximo posible sus trabajos de investigación. En el año 2008, el CBS suscribió la declaración de Berlín sobre el acceso libre al conocimiento científico. Flemming Pulfelt afirma que, como universidad financiada por los contribuyentes, el CBS tiene la obligación manifiesta de compartir al máximo la información referente a los descubrimientos realizados. Sin embargo, las fundaciones privadas que financian las investigaciones también empiezan a formular demandas. Así, la política de acceso libre del CBS señala que muchos patrocinadores privados entienden que, si los descubrimientos no llegan a un público lo más amplio posible, la investigación sólo se hace a medias. El Consejo de Investigación Europeo tampoco deja lugar a dudas al recomendar el acceso libre en lo relativo a investigaciones financiadas por la UE. La consecuencia natural de esta medida sería que, en el futuro, la financiación de la difusión de la investigación estuviera incluida en el conjunto de mecanismos de financiación.

Según la normativa de acceso libre del CBS, se espera de los investigadores que autoricen al centro a hacer públicos todos los artículos y transcripciones de conferencias en el denominado OpenArchive@CBS. Aún así, el investigador sigue ostentando a título individual la propiedad intelectual de sus textos.

Combinar suscripciones y acceso libre

Otro asunto es cómo será la financiación de las revistas de investigación en una situación en la que se pueda acceder libremente a todos los artículos a través de Internet. Se presentan varios modelos potenciales de negocio, pero según Leif Hansen, asesor experto en acceso libre del CBS, el escenario más probable sería que las revistas que acaben sobreviviendo sean las más capaces de ofrecer servicios adicionales al de la presentación efectiva de los artículos, como el acceso a información subyacente a la investigación o prestaciones que los alumnos puedan utilizar en ámbitos educativos basados en la investigación. «Con un abanico de servicios complementarios los editores lograrán crear una motivación para que las universidades, las bibliotecas y otras instancias adquieran una suscripción. Además, los artículos estarán disponibles gratuitamente al público en los propios archivos electrónicos de las instituciones de investigación», augura Leif Hansen.

Autoedición

El acceso libre también permite que los investigadores publiquen sus trabajos colgándolos en la red. Steven Shaviro espera que en el futuro aumente la denominada autoedición, pero añade que eso sí plantea un reto referente a los controles de calidad y la credibilidad. «Cuando son los propios investigadores quienes cuelgan sus artículos, ¿dónde queda la revisión hecha por sus homólogos? Se deberían establecer mecanismos para evaluar estos artículos», apunta. Ya se están realizando experimentos en el ámbito de la denominada «evaluación abierta», según la cuales no sólo se cuelga en Internet el texto de los trabajos, sino también los informes de revisores y homólogos que presentan debates profesionales sobre la calidad del artículo en cuestión. Los editores de revistas electrónicas de economía, por ejemplo, utilizan esta modalidad de evaluación a través de la red para determinar qué artículos incluyen en la revista.

Los formatos digitales cambian con el paso del tiempo

La faceta tecnológica también interpone obstáculos para el futuro de la difusión de la investigación a través de la red. Los formatos electrónicos cambian a menudo, y aunque el software que los sustentan suele ser compatible, Steven Shaviro reconoce que plantea un problema potencial. «El problema del formato es una de las cosas que más me preocupa. Cuando los formatos cambian, es más difícil acceder a los formatos digitales más antiguos. Sin embargo, el acceso libre no empeora la situación. Y creo que en el futuro será más fácil convertir algo de un formato antiguo a otro nuevo».

Declaración de Berlín sobre Acceso Abierto al conocimiento del ámbito de las Ciencias y las Humanidades. En el año 2003, una serie de investigadores e instituciones de investigación destacadas de Alemania, Italia, Hungría, Francia y otros países firmaron una declaración que les compromete a fomentar el acceso sin restricciones a los conocimientos obtenidos mediante la investigación .

Fuente: http://www.dcdr.dk/uk/Menu/Update/Webzine/Articles/Open+Access+%E2%80%93+the+%C2%ADFuture+for+Research?