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Manos extrañas en la región

Una intromisión que suena rara

Fuentes: APM

Agentes militares de Bolivia entraron sin permiso en territorio argentino, específicamente en la provincia norteña de Salta. La diplomacia argentina repudió el hecho y el gobierno de Evo Morales ya tomó cartas en el asunto. Una violación fronteriza que no encaja en la relación bilateral.

Esta semana se conoció una denuncia formulada por la empresa Reforestadora Nacional de Argentina, la cual informó que hubo «incursiones militares» bolivianas que llegaron hasta sus instalaciones, en la provincia de Salta. El asiento judicial da cuenta incluso de que los agentes habrían hurtado elementos de la empresa.

Ni bien tomó estado público la incursión ilegal, el gobierno de Evo Morales inició investigaciones en la zona y en el cuerpo para corroborar la veracidad de la denuncia. De cualquier modo, y ante la posibilidad de que la maniobra fuese cierta, fue separado de su cargo el responsable de la Frontera del Ejército, Comandante Willy Gareca, según informó la embajadora de Bolivia en Argentina, María Leonor Arauco.

Esa acción demuestra la no tolerancia que tendría la administración de Morales ante ejercicios no permitidos que intenten afectar la relación entre ambos países.

La agencia de noticias estatal de Argentina, Telam, informó que «el Comandante Gareca ha sido replegado a Ciudad de la Paz, donde se le ha iniciado un sumario informativo, del cual resultarán sanciones ejemplificadoras». Desde el gobierno de Bolivia explicaron que la investigación estará a cargo del Ejército, y que su alcance es «casi un juicio».

Por su parte, el canciller argentino, Héctor Timerman, consideró «grave, inaceptable e inadmisible la incursión del ejército boliviano» en suelo argentino, al tiempo que resaltó que ambas cancillerías trabajan en conjunto y sin rispideces en dilucidar el origen y motivación de la profanación territorial.

El canciller boliviano David Choquehuanca afirmó que «este es el último incidente de una larga serie en la frontera, que estamos tratando de resolver». La distensión en la relación argentino-boliviana se expresa también en el hecho de que la cancillería comandanda por Timerman aún no presentó una protesta formal con el objetivo de que Bolivia tenga tiempo de sumar datos y tomar medidas.

Entre la información que se conoció en los últimos días, se supo que Gareca habría tenido expresiones respecto de que «Argentina se había quedado con parte del territorio boliviano». Timerman avaló la posibilidad de que los hechos sean tal como los denunció la empresa argentina ya que «as siempre el mismo militar quien está involucrado en estos incidentes. No puede tomar el poder en sus propias manos».

Desde la administración de Cristina Fernández, sin embargo, se ha sostenido en todo momento que las relaciones con Bolivia son «impecables».

La embajadora Araujo sostuvo también que «no existe ningún problema fronterizo» y aseguró que en los próximos días entrará en acción la Comisión de Límites de su país en la zona que fue violada.

Las investigaciones recién comienzan y seguramente dará mucha tela para cortar. Lo que es palpable es que la profanación territorial y la comisión de delitos por parte de los agentes que la protagonizan, no concuerdan en absoluto con la línea política y diplomática que encabeza el presidente Evo Morales. Así lo entiende el gobierno argentino y así lo respira la mayoría de nuestros pueblos.

Así las cosas, ¿es muy difícil imaginar que las manos que tuvieron injerencia en los golpes de Estado -y los intentos afortunadamente fallidos- en Venezuela, Honduras y Ecuador, sean las mismas que digitaron esta perturbación?

http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=4880