Los diplomáticos han demostrado una fascinación por elaborar perfiles sin el menor relieve informativo, pero que sirven a los medios para entretener al personal mientras deciden si publican o no lo realmente importante. Cuando lo publican, ya sabes, lo arrinconan. Favor político. Ser español es temblar, periodista mucho más. Creo recordar que de José Blanco […]
Los diplomáticos han demostrado una fascinación por elaborar perfiles sin el menor relieve informativo, pero que sirven a los medios para entretener al personal mientras deciden si publican o no lo realmente importante. Cuando lo publican, ya sabes, lo arrinconan. Favor político. Ser español es temblar, periodista mucho más. Creo recordar que de José Blanco apuntaban que no era de fiar por no mirar a los ojos cuando estrecha una mano. Eso dicen en el telediario. Pues fíjate que bien.
De Kristinn Hrafnsson, ahora mismo él número uno de WikiLeaks, hasta ver qué pasa con Julian Assange, se puede decir todo lo contrario, mira a los ojos cuando estrecha la mano y lo hace con vigor. No sabemos si este dato le interesará a Clinton, habituada como está a pedir informes de más nivel como el color del iris de los ojos, el ADN y las huellas dactilares, el apunte sobre la diferencia formal entre nuestro Pepiño y la nueva cara visible de WikiLeaks le parecerá poca cosa a la jefa de la diplomacia americana. Pero informe sobre el nuevo hombre fuerte de WikiLeaks «haberlo haylo», faltaría más.
Estamos ante uno de los mejores periodistas de investigación, habituado a la cámara, de ese país al que en alguna ocasión ha valorado «exiliarse» Julian Assange de no ser por la petición de la fiscalía sueca y porque a Kristinn Hrafnsson, uno de los fundadores de Sunshine Press Productions, le han despedido de la televisión pública por colaborar con WikiLeaks. Y eso da que pensar. Si bien el carismático Kristinn Hrafnsson los ha mandado al diablo desde Londres, donde protege la organización y se prepara para actuar. Además Islandia tampoco es garantía de nada. Aquello, como España, está lleno de topos y cia que informan al embajador.
Kristinn Hrafnsson, la nueva cara de WikiLeaks, lo dejó todo y se ha «enroló» en la organización que está sacudiendo el mundo. Hrafnsson, el duro, investigaba la corrupción de los bancos a nivel internacional cuando se cruzó en su camino WikiLeaks. Un australiano y un islandésinvestigando juntos al principal banco de Islandia. El banco Kaupthing y sus clientes VIP . Entonces WikiLeaks publicó un documento confidencial que demostraba que el banco en cuestión había prestado miles de millones de euros a sus accionistas principales, poco antes de estallar la gran crisis financiera.
Paradójicamente el ex presidente del banco, Sigurdur Einarsson, vive en Londres como un pachá y se permite hacer declaraciones del tipo «no tengo intención alguna de viajar a Islandia para que me arresten».
Nada le gustaría más Kristinn Hrafnsson que abrazarse esta misma noche con Julian Assange si es puesto en libertad bajo fianza, pero de no poder hacerlo, seguirá atentamente las instrucciones pactadas. Si bien todo líder aporta su toque especial, el del islandés son los documentos incriminatorios, que se pierden en los tribunales, sobre los acontecimientos que condujeron al colapso financiero y las ayudas a la banca pactadas en las «sombras» para superar el agüjero inmobiliario con el que han hipotecado a una generación de ciudadanos de todos los continentes.
Ver último enlace de este post. La gran estafa global, explican en las fundaciones que analizan – a su manera – la información que The New York Times (pactos con el Departamento de Estado) y cia. arrinconan. Cuestión de gustos o prioridades. 😉
Periodista todo terreno con fama de muy duro, el preferido de Assange
La nueva cara pública de WikiLeaks se marchó con un equipo de la TV pública de Islandia a Iraq, a ejercer su profesión, el si que es un periodista de verdad. Allí desarrolló una impresionante labor de investigación periodística antes de publicar el vídeo del ataque de helicópteros Apache que mató a numerosos civiles y dos periodistas y que todos hemos podido ver. También las «bromitas» de los asesinos. Nunca llamados ante la justicia.
Viajé con un camarógrafo a Bagdad antes del lanzamiento del vídeo para obtener material adicional. Fuímos capaces de ver lo que pasó con la camioneta y entrevistamos a los dos niños pequeños gravemente heridos y a la viuda de uno de los asesinados. Fue mi primera investigación periodística para WikiLeaks a pie de campo
El helicóptero también ametralló a una camioneta que llegó a la escena a intentar evacuar al único sobreviviente visible del primer ataque. Los disparos hirieron a dos niños que se encontraban en el vehículo. En total, 12 personas murieron. Entre las víctimas fatales se encontraban el fotógrafo Namir Noor-Eldeen, de 22 años, y su conductor, Saeed Chmagh, de 40. Los tertulianos, bueno, tú no los escuchas, dicen en la radio y TV de la concesión gubernamental, ajena al mercado libre, que los de WikiLeaks no son periodistas.
Kristinn Hrafnsson, periodista y activista de WikiLeaks. Ahora el hombre que decide y se pone al frente del timón. Hasta ver que pasa en las próximas horas o días con la entrega de su compañero y amigo Julian Assange.
Me contó un periodista que apostaba por WikiLeaks cuando no estaba bien posicionado en Google que el error de los enemigos de Assange, uno de ellos, era menospreciar el poder del colectivo que había creado. Se permitió un «chiste».
El día que den caza a Julian no tendrán nada que celebrar. Más bien todo lo contrario. Llegará Kristinn Hrafnsson. No es bueno para ellos
El humor nórdico no es lo mío.