Haedo es una pequeña ciudad de 80 mil habitantes en el oeste del Gran Buenos Aires. Arrinconado contra la vía muerta del Ferrocarril está el Barrio Parque Envión 3, construido hace más de 4 décadas para los empleados bancarios. Y los vecinos del barrio están experimentando toda una revolución, aunque no es la primera en […]
Haedo es una pequeña ciudad de 80 mil habitantes en el oeste del Gran Buenos Aires.
Arrinconado contra la vía muerta del Ferrocarril está el Barrio Parque Envión 3, construido hace más de 4 décadas para los empleados bancarios.
Y los vecinos del barrio están experimentando toda una revolución, aunque no es la primera en esta zona de fábricas inmensas venidas a menos gracias a la dictadura, la hiperinflación, el menemismo y la crisis del 2001. La canchita, el potrero, el lugar donde tanto se juega fútbol como se come asado, está siendo enrejado por orden del rector de la Universidad Tecnológica Nacional, regional Haedo.
La propuesta «educativa» de la Universidad es construir un estacionamiento para los alumnos que estudian Ingeniería. Dice que la Municipalidad les cedió el terreno de la canchita, mediante un per saltum que convierte lo público de uso público en público de uso privado.
Y los vecinos se enojaron. Quisieron impedir el trabajo de los obreros, la gendarmería intervino para serenar las cosas, hubo amenazas a los organizadores, se agitaron los ánimos y el problema tomó los carriles de argentinización habituales. Esto quiere decir que comenzaron las asambleas vecinales en la Sociedad de Fomento, propuestas, debates, votación, resoluciones. Y nueva asamblea.
En la asamblea del jueves 12 de mayo se formó la Comisión Vecinal de la Canchita, que por supuesto tiene su sitio en Facebook. Y también se comenzó a formar un Fondo para sostener el conflicto. Y se resolvió solicitar un amparo judicial y otras medidas que, tratándose de la Argentina, incluyen obligatorios cortes de calles, rutas o autopistas. Y el pedido eventual de solidaridad a los más expertos «cortadores» de la República Argentina, los trabajadores ferroviarios de la seccional Haedo de la Unión Ferroviaria, con el Pollo Sobrero a la cabeza. La revolución permanente en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando se debate sobre las características autoritarias del gobierno argentino, o se reclama por la poca previsibilidad de las políticas del Estado, habría que mirar hacia las plazas y parques del país y ver que un pueblo organizado desconoce todo autoritarismo y toda previsibilidad. Marchamos, que sigan ladrando.
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