Sabemos que el Movimiento del Software Libre va más allá del ámbito de las computadoras. Es un movimiento informático, social, cultural, creativo; entonces, se podría decir que tiene que ver con la información, las redes, la filosofía, el arte, la ciencia… Raúl Lemesoff es un artista que mezcló varios de estos componentes para crear una […]
Sabemos que el Movimiento del Software Libre va más allá del ámbito de las computadoras. Es un movimiento informático, social, cultural, creativo; entonces, se podría decir que tiene que ver con la información, las redes, la filosofía, el arte, la ciencia…
Raúl Lemesoff es un artista que mezcló varios de estos componentes para crear una obra llamada «Arma de Instrucción Masiva (ADIM)«, un «tanque» con el que viaja por las calles de Buenos Aires regalando libros y aceptando donaciones de libros a su paso. Educ.ar lo entrevistó en uno de sus recorridos por la ciudad.
La obra de Raúl adquiere un valor más significativo aún al enterarnos que compró un Ford Falcon de 1979, que había pertenecido a las Fuerzas Armadas argentinas durante el proceso militar, para luego destruirlo personalmente y transformarlo en este vehículo que interviene de forma sorprendente en el circuito de comunicación cotidiano de la gente. Lamesoff es como un hacker de las calles, un personaje de carne y hueso que enseña los valores más importantes que pregona el movimiento social del software libre.
Pero antes de que este personaje apareciera en la escena argentina existían grupos de personas con ideas similares. Conocemos al menos uno, Oscar Gallichio, «Zamba», el creador de la «Hippie Card».
Esta gente, en general influida por el pensamiento libertario de que la información debe ser libre, estuvo produciendo cultura libre mucho antes que el Software Libre en Argentina siquiera se lo planteara. ¿Cuántas personas que pasaron por la Plaza Italia en La Plata deben haber sido influídas por Zamba?
Zamba abrió y abre ventanas a las ideas, quizá no tanto por los libros que «vende», comparte, regala, sino, fundamentalmente, por el espíritu de entrega que pone con su obra. Según Gallichio: el único requisito para participar es «no traicionar el espíritu libertario de la feria».
¿Cuánto habrá influído en la creación de Wikipedia acá en el país? ¿Cuánto habrá influído, durante años y años, antes de que existiera siquiera un Grupo de Usuarios GNU/Linux, en la formación de estos mismos?
Él lo tiene muy claro: «Yo acá estoy haciendo la revolución. ¡Y qué mejor, para un sábado, que hacer la revolución!», exclama. «Hay quienes dicen que esto es una utopía, pero si hay alguien que se prende en la historia, ya deja de ser una utopía y se convierte en una realidad».
Recuerdo hace ya 15 años cuando lo vimos por primera vez junto con mi hermano: la idea de que los libros se podían compartir éticamente en una plaza pública nos impactó, nos cambió la forma de ver el mundo y la sociedad. Al principio no la comprendimos: llevamos libros feos para cajearlos por libros buenos… un manual de una impresora Epson, ¡ilegible!, era cambiado por un buen libro de Dostoyevski… nosotros creíamos que «le habíamos ganado». Pensábamos algo así: en sacar ventaja.
No comprendíamos aún el gran círculo virtuoso que había creado Zamba, un círculo en el que todos habíamos ganado, una ventana en nuestra conciencia hacia otra forma de vida, de entender la vida, el mundo, los hombres, el intercambio.
Entonces: gracias Zamba y gracias Raúl: ustedes son los creadores de muchos movimientos sociales que iluminan los pasos de una sociedad más libre.