Olga Berrios : Bloguera, comunicadora, activista, voluntaria… Su blog personal es La Broma. Es parte del colectivo Masticable, de apoyo a activistas y organizaciones que quieren apoyar sus causas con herramientas de Internet. Trabaja en la red social Cibercorresponsales de la Plataforma de Infancia. Es de Jaén pero vive en Madrid. Le gustan las bicicletas, […]
Olga Berrios : Bloguera, comunicadora, activista, voluntaria… Su blog personal es La Broma. Es parte del colectivo Masticable, de apoyo a activistas y organizaciones que quieren apoyar sus causas con herramientas de Internet. Trabaja en la red social Cibercorresponsales de la Plataforma de Infancia. Es de Jaén pero vive en Madrid. Le gustan las bicicletas, el software libre, los cómics y estudia piano desde hace poco. La hemos entrevistado para hablar de un tema que ella conoce muy bien: el ciberactivismo y el uso de las nuevas tecnologías para cambiar el mundo.
¿Cómo puede cambiar una herramienta online el mundo?
(Risas) La herramienta online no cambia el mundo, lo cambian las personas que la usan y cómo la usan. Desde que empecé a acercarme a este tipo de iniciativas, y tras dar mucha formación, me ha quedado algo muy claro: no podemos dar enfoques sólo tecnológicos, sino también hablar de las implicaciones políticas, activistas, solidarias, comunicativas… del uso de estas herramientas. Demasiado a menudo tratamos la informática sólo como algo estupendo que nos ahorra tiempo , la reducimos a una cuestión de clics.
Sin embargo, para cambiar el mundo, tendremos que dar tanto a nuestros aprendizajes como a nuestros usos esa perspectiva: no sólo nos podemos beneficiar laboral y personalmente de estas herramientas. Podemos apoyar y lanzar con ellas multitud de proyectos creativos, de colaboración, denuncia, etc. Así es cómo estas herramientas pueden apoyar esa transformación.
¿Algunos ejemplos concretos?
Cuando hablamos de cambiar el mundo quizá estamos pensando en iniciativas espectaculares como la movilización en las acciones del 15M o campañas como la de «Di NO a las bombas de racimo» que han tenido gran repercusión. Sin embargo, existen ejemplos de transformación pequeños y que nos animan personalmente ya que nos transmiten que todas y todos somos capaces de producir esos cambios . Por ejemplo, existen espacios para animar y aconsejar a personas que tienen algún reto o lo están pasando mal con alcohol, porque sufren homofobia o que necesitan charlar simplemente.
También se puede realizar voluntariado online aconsejando y apoyando a organizaciones y activistas en lo que mejor sepas hacer: orientando su contabilidad, diseñando un cartel, difundiendo mensajes, traduciendo un documento, etc. Y lo mejor es que, a parte de unirte a iniciativas que ya existen, con lo fáciles que son de manejar estas herramientas y la cantidad de gente con la que puedes contactar en busca de apoyo, tú misma puedes idear y lanzar tus propias propuestas.
Las herramientas han dado la voz al pueblo, pero ¿tiene el pueblo algo que decir?
¡Gran cuestión! El pueblo no está acostumbrado a participar y a comunicar porque la gente con poder sabe que esto es una amenaza. Sin embargo, poco a poco, estas herramientas están haciendo que muchas personas se animen a expresarse y unirse. Así que, ¡sí!, el pueblo tiene mucho que decir : pero quien no lo ha practicado nunca tendrá que dar pasitos poco a poco: primero es recomendable leer, informarse, comentar y seleccionar.
¿Denunciar con un tweet o colgar una causa en el muro de facebook es ciberactivismo? ¿Sirven las redes sociales para cambiar el mundo o tan solo para apaciguar conciencias?
Ante estas preguntas, yo respondo siempre con escaleras. Me imagino y clasifico la participación con escalones. Difundir un mensaje activista está en uno de los primeros escalones de la participación en causas sociales. Es importante y es parte de lo que podemos hacer . Es mucho más que no hacerlo o que dedicar tu espacio en Internet a lanzar sólo mensajes superficiales y ruidosos.
Pero, también es verdad que hay grados de compromiso más altos: la gente tiene que ser consciente de que es necesario también involucrarse más en las causas acudiendo a las manifestaciones, apoyando con tu tiempo en un voluntariado, cambiando el estilo de vida poco a poco (usando la bici, por ejemplo, o ahorrando agua) o bloqueado a una empresa explotadora dejando de comprar sus productos. ¡¡Será por formas de comprometerse!! Difundir en un muro de una red social es sólo una de miles.
¿Cómo ves el futuro del ciberactivismo?
¡Lo siento! No soy ninguna gurú o vidente. ¿Te puedo contar cómo me gustaría que fuera? Destacaría principalmente una cosa: que las personas se deben preocupar también de saber y decidir cómo se estructura y organiza Internet. Empezar a preocuparse por términos como la Soberanía Digital y asegurarnos de que ni un Gobierno ni una empresa nos pueda ni «desenchufar» ni ocultar las posibilidades democráticas de Internet.