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Mekorot en Argentina como pancho por su casa

Las escaseces democráticas de algunos gobernadores

Fuentes: Rebelión

Mientras la prensa del sistema o monopólica como mal la llaman sus contradictores, o archiconservadora, se dedica al affaire -que no sabemos todavía si inventado- Boudou o a la «reconquista» de YPF, con el mismo denuedo con que hace pocos días trillaba en las Malvinas, y la prensa K o progre -que algunos tal vez […]

Mientras la prensa del sistema o monopólica como mal la llaman sus contradictores, o archiconservadora, se dedica al affaire -que no sabemos todavía si inventado- Boudou o a la «reconquista» de YPF, con el mismo denuedo con que hace pocos días trillaba en las Malvinas, y la prensa K o progre -que algunos tal vez con más propiedad califican de «adicta», se dedica a su vez al asunto YPF o a Boudou, así como antes recorrieron con igual denuedo la cuestión malvínea -porque de lo que se trata siempre es estar en el más puro presente-, algunas cuestiones de las que realmente importan (o, mejor dicho, también importan porque el manoseo in extremis de una cuestión no llega a agotar necesariamente su importancia) pasan fuera del circuito mediático principal… y por lo tanto, socialmente ni existen.

Y sin embargo, algunas, como la prometida concesión de la administración del agua bonaerense a Mekorot, la empresa estatal israelí de agua, que lleva años tras bambalinas, debería ser un caso paradigmático, una verdadera perla mediática. Por los actores en juego, por el significado material y simbólico que encierra.

Por empezar, que la misma empresa que administra sádicamente y a cuentagotas el agua de los palestinos, proveyendo con holgura el agua a israelíes y muy particularmente a las colonias judías,(1) con el resultado de que exista un fuerte consumo privatizado en el cual israelíes venden camiones cisterna de agua más o menos potable a los sedientos palestinos y con la consecuencia monetaria de que muchos hogares palestinos, absolutamente empobrecidos en las últimas décadas, deben ceder hasta el 50% de sus ingresos para la compra de agua, es una «entrada» o plato frío que no habría que dejar de considerar.

Pero Mekorot es mucho más que eso. Y algo todavía más sombrío. Empecemos recorriendo la santa alianza mediante la cual Mekorot tiene tan buenas posiciones dentro de la administración bonaerense.

Mekorot es el ente regulador y administrador del agua de una entidad, Estado de Israel, sobre la cual hay fundadas razones para dudar si se trata de un estado con un enorme aparato de seguridad de apoyo o si se trata de un enorme aparato de seguridad que ha ido generando un estado político. Históricamente mirado, la vieja consigna de la derecha más recalcitrante de nuestras latitudes, platenses, tan empeñadas en procurar persuadirnos que la primera institución «de la patria» ha sido el Ejército, algo así como que «La Nación surgió del Ejército», que tiene algunos rasgos de verdad, en el caso israelí parece también tenerlos y en qué grado: la Haganá (2) parece haber sido vertebradora en el estado sionista; basta ver sus funciones.

Si tal es así, la seguridad, lo que últimamente se denomina con un anglicismo, lo securitario, tiene absoluta prevalencia sobre otras consideraciones. Observando cuáles son las conexiones se puede entender qué alianzas teje la red de poder asentada en el Estado de Israel. Con el afán securitario como prioridad no nos extraña que el referente jurídico y representante virtual de Mekorot en Argentina sea Marcelo Salinas, un abogado de estirpe menemista −esposo de una célebre y muy afortunada vedette─ que estuvo al lado de Menem en su política de vaciamiento económico, institucional, cultural, de Argentina.

En la provincia de Buenos Aires tenemos otro contacto, disímil, solo explicable si entendemos que lo prioritario no es la política sino la seguridad… y los negocios: el hombre clave en La Plata es Raúl Kraiselburd, un militante probado del occidentalismo más puro y duro, cuyo padre estuvo vinculado a «Las 32» en su momento. Su condición de judío tal vez le dé mejores créditos todavía, a ojos sionistas. Es el referente para dos empresas constructoras que imaginamos más que interesadas en «concretar» las tareas de Mekorot: Mako y Eleprint.(3)

Prosigamos la ristra de conexiones: las verdaderas espaldas argentinas que sostienen esta incursión israelí en la economía argentina proviene, de «Las 62». Esto se llama pluralismo. Y no precisamente aritmético…

Un sindicato íntimamente ligado con el poder económico provincial y nacional, el FeNTOS (Federación Nacional de Trabajadores de Aguas Sanitarias), cuya cabeza más o menos «perpetua» e inamovible gracias a la doctrina verticalista del líder supremo, es el geólogo, diplomado universitario Julio César Castro. Este mismo destacadísimo sindicalista acaba de adueñarse de la dirección platense de la CGT, y al parecer en las últimas movidas cupulares, está más cerca de Moyano que de los llamados Gordos, Barrionuevo o Benegas.

Solamente una estrategia totalmente ajena a todo programa ideológico, nacionalista, socialista, ambientalista, democrático, regionalista puede permitirse esta santa alianza cuyos eslabones reseñamos: demócratas madeinUSA, peronistas puros y duros de Las 62 (ni yanquis ni marxistas…), referentes de las candilejas, miembros prominentes del gobierno progre K… (que son o parecen procurar ser yanquis y marxistas…)

Un solo ejemplo pondremos sobre procedimientos en la licitación para ampliar servicios de agua en la provincia de Buenos Aires. El mismo día en que se abre la licitación, con dos oferentes únicamente, la israelí nombrada y la brasileña Odebrecht, el 12 de abril de 2012, ()4 a cargo del ministro del área A. Arlía, el gobernador reveló su decisión reuniéndose con uno exclusivamente de los oferentes en la persona del habitué al país Eli Ronen, director supremo de Ekorot, y el embajador israelí en la República Argentina, Daniel Gazit. Todo ello enmarcado en las banderas israelí, provincial bonaerense y argentina, nacional.

Si ello muestra, como dice algún medio periodístico cuál es «el caballo del comisario», otro detallecito nos da la pauta del grado de discrecionalidad en el ejercicio del poder y de la insignificancia democrática de las convicciones de don Scioli: «Mekorot desarrollará la documentación que sirva como base del pliego. En ese proyecto estarán resueltas cuestiones técnicas vinculadas a la obra […]». El gobernador está hablando del pliego para la licitación de un servicio para la provincia donde, se supone, Mekorot será uno de los postulantes… Fernando Casares recoge esta perla en una nota (5) y comenta escandalizado dónde se ha visto que uno de los concurrentes a una licitación sea quien diseña el pliego de tal licitación.

El descaro o la inconciencia de Scioli es descarranchante. Ciertamente, es lo habitual que la inmensa mayoría de las licitaciones llamen a concursar con un favorito entrevisto, cocinado, acondicionado de antemano. Cierta, aunque triste realidad. Que habla de una de los tantas corruptelas ad usum. Pero explicitar tal juego… es propiamente impúdico. Tiene una correspondencia «cultural», temporal, con lo que observamos en la política del poder mundial: hace unas décadas se mataba extralegalmente y se torturaba en secreto; hoy en día algunos parlamentos y gobernantes, como los de EE.UU. o de Israel, por ejemplo, explicitan cuáles son los «blancos» para determinados asesinatos políticos y lo proclaman a voz en cuello, e igualmente se reconoce abiertamente la «necesidad» de tormentos en la lucha «contra el terror». A algunos titulares del poder actual ni se les ocurriría criticar y ni siquiera ocultar tales procederes porque son absolutamente despreciables…

Un poco de historia

Lo primero que tenemos que entender es que la táctica de penetración y asentamiento israelí es de hilado fino y viene de lejos. Se trata de una penetración de lente impelle. Claro que siempre contando con los socios o receptores receptivos, como parece ser, en grado mayor, el gobernador bonaerense peronista menemista kirchnerista Daniel Scioli.

El debate por una licitación bonaerense para mejorar el suministro de agua en La Plata y aledaños lleva unos dos años. Sin embargo, hace cinco, cuando sin duda se empezaba a «cocinar» la entente Scioli- Mekorot, sabemos que quien presidía entonces y preside hoy Mekorot, Eli Ronen, hacía disertaciones en Argentina sobre caracteres técnicos de la administración del agua. ¿Dónde? En el sindicato cegetista de Obras Sanitarias.(6)

Como no podía ser de otra manera ante semejante invitado y porque el sindicalismo peronista es ante todo orgánico, se contaba con la presencia de representantes del gobierno nacional (aunque la información no precisa quienes son o serían los delegados K). El sindicato cegetista será el puntal de la avanzada israelí en los servicios… de agua de la principal provincia argentina.

Clarín sindicaba el año pasado al mencionado Castro como el promotor «de la relación con la compañía nacional de agua de Israel, Mekorot.»(7) No se trata de una bicoca. Los pliegos hablan de varios cientos de millones de pesos…

No se puede perder semejante negoción cuando uno tiene la estructura sindical a través de una presidencia perpetua, la administrativa también (para confeccionar plazos y pliegos, por ejemplo) puesto que es vox populi que en ABSA, Aguas Bonaerenses S.A., la empresa que hace el servicio en la provincia, muchos gerentes y cuadros dirigentes responden «como un solo hombre» al sindicato, es decir a la secretaría general del sindicato, es decir al omnimencionado Castro. Y finalmente, cuando tenemos ganado al mismísimo gobernador…

Scioli, por su parte, está bien cubierto por amigos de Israel. La politicaonline informa que su viaje a Israel no sólo estuvo patrocinado y «cubierto» por el referente criollo de Mekorot, (8) el mencionado Salinas, sino también por Mario Montoto, otro referente del menemato, éste en cambio dedicado al contacto con otra especialidad de Israel: el negocio de las armas. Scioli llevaba así las espaldas bien guardadas, sin duda.

Luego de conocer el ensamble en Argentina, conviene echar una mirada a lo que anunciamos al comienzo. Mekorot no es simplemente una empresa especializada en el comercio de agua. Tal vez no exista una empresa así pura en el mundo, pero concretamente en el caso de Mekorot, su papel atroz, artero, manifiestamente discriminatorio ante la población palestina, la hace totalmente inepta para procedimientos mínimamente democráticos. Al fin y al cabo, en Argentina, nadie defiende dos circuitos de agua, una política discriminatoria establecida por ley para la entrega de agua, o criterios administrativos que sostengan que una población puede recibir, legítima y legalmente la cuarta o la quinta parte de agua que otra población. Aunque mucho de esto existe de facto en este país, pasando por las divisiones de clase y de poder económico, no es aceptable en términos jurídicos ni ideológicos. Por lo menos no se lo puede defender abiertamente.

Mekorot cuenta con otra realidad en su estado. Nos tememos que sea muy difícil congeniar métodos. Aunque seguramente Mekorot va a encontrar muchos adeptos y partidarios de ese estilo «nacional» israelí por aquí. Pero tendría que ser «a la chita callando» como dicen los andaluces…

Justamente el rasgo de apartheid del Estado de Israel hace muy pertinente el boicot que varias organizaciones palestinas han encarado desde 2005 y que varias redes de judíos antisionistas acompañan calurosamente y fundamentalmente diversas organizaciones en varios países, de gente atenta y sensata ante el drama palestino y que llevan adelante el boicot sin ser ni judíos ni palestinos, como ser varios sindicatos noruegos, ingleses, franceses, españoles, amén de muchísimas redes de la sociedad civil, organizaciones de derechos humanos y multitud de artistas incluso célebres que se han negado a comparecer en escenarios israelíes -o que han exigido hacerlo con la contraprestación de hacerlo igualmente en escenarios palestinos-.

Lo que nos preguntamos es quiénes en la Argentina más o menos institucional tendrá la sensatez y la dignidad de frenar tanta impudicia. Las instancias de la fiscalía general de la nación, o las judiciales de alto nivel o los ombudsman parecen ocupados en otros menesteres o en todo caso, parecen muy atareados cumpliendo las tareas de los tres monos sabios…

Notas:

1.- Informe de Amnistía Internacional, realizado por Donatella Rovera en que se denuncia la política de despojo
sistemático del agua a los natives palestinos por parte del Estado de Israel. La empresa principal es Mekorot

2.- El Ejército sionista, nacional, hoy en día calificado, como el de EE.UU., «de Defensa».

3.-Lapoliticaonline, La Plata, 11/4/2012.

4.-Infocon.noticias, Villa Gesell, 13 / 4 / 2012.

5.-Declaración telefónica de Daniel Scioli a La Nueva Provincia. citada por Casares, en «Danza con lobos. Mekorot en Argentina» en su blog rompiendomuros, 29 diciembre 2010.

6.-Clarín, Buenos Aires, 2 / 5 / 2007.

7.-Clarín, Buenos Aires, 3 / 7 / 2011.

8.-La politicaonline, ob. cit.

Luis E. Sabini Fernández es integrante del equipo docente de la Cátedra Libre de Derechos Humanos, Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad de Buenos Aires, periodista. Editor de la revista futuros del planeta, la sociedad y cada uno www.revistafuturos.com.ar.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.