Sopesar entre la poca credibilidad que le tenemos a la promesa de cambio de régimen que propone AMLO y la dictadura que ofrece claramente Peña Nieto es una decisión táctica muy aventurada en la que hay que proceder haciendo un análisis anticapitalista
En estos días que las próximas elecciones en México están en boca de todos, y que muchos llaman a votar en blanco o nulo, mientras que otros han decidido apostarle a la cargada para que alguno de los cuatro candidatos llegue a la presidencia, al tiempo que el abstencionismo y el voto indeciso amenazan con reducirse para estas elecciones, es importante reflexionar atentamente sobre lo que se está discutiendo, y particularmente, hacerlo, desde abajo y a la izquierda, es decir, como anticapitalistas.
1.- Guerra social. Hay compañeros que han expresado análisis interesantes desde una pretendida posición anticapitalistas para llamar a organizarse y a no votar. Es una posición consecuente, sin embargo, remitirse a los principios para negar cualquier posibilidad de validez al voto es tirarse al purismo sin observar y evaluar las condiciones y circunstancias imperantes en la GUERRA social que en México se está desarrollando desde hace varios años. En esas muchas guerras cotidianas y coyunturales, de movimientos (sociales) y de posiciones (de clase, de privilegios y desigualdades), votar es una batalla más. No hay que confundir estrategia con táctica.
2.- Táctica o Estrategia. El subcomandante Marcos, un estratega de guerra en el que hemos confiado muchas batallas (particularmente las de hace 6 años, de las cuales unos dicen salimos derrotados para justificar la inmovilidad y el voto útil, mientras que otros decimos que tal vez fue así, que salimos mal librados, pero que la guerra aun no ha acabado y por lo tanto habrá en lo inmediato más batallas por librar y en las cuales demostrar que aprendimos de nuestros errores, para así asestarle golpes mortales al sistema…), escribió en su último comunicado público, la IV carta a Luis Villoro, su valoración de la estrategia y táctica lopezobradorista -antes de que se dieran dos debates, el movimiento #131 y luego el #132, y los dialogos con sicilia en chapultepec. Es un texto por demás valioso, sobre el que no se ha hecho una suficiente reflexión. Reproduzco a continuación lo relacionado a las elecciones, pues creemos arroja luz en este momento coyuntural, toda vez que faltan menos de 13 días para las elecciones.
«No, mirarán para otro lado. Dirán que es una cuestión táctica, que está usando eso para ganar votos con la clase media. Bien, así que nada es lo que parece: el plantón de Reforma no fue para exigir el recuento de votos que hubiera hecho evidente el fraude, sino para que la gente no se radicalizara; las críticas a Televisa no fueron para denunciar el poder de los monopolios mediáticos, sino para que se le abrieran los espacios de esa empresa (y ser de nuevo su cliente en los spots electorales). ¿Qué sigue? ¿Las brigadas juntando recursos para el teletón?
Pero nosotros podríamos entender que él esté sólo siguiendo una táctica (torpe e ingenua, según nosotros, pero una táctica). Que no crea en serio que los empresarios lo van a apoyar, que los chuchos no lo van a traicionar, que el PT y el Movimiento Ciudadano son partidos de izquierda, que Televisa está cambiando, que su interlocutor privilegiado en Chiapas debe ser el priismo (como antes lo fue el sabinismo). Incluso que crea que es más inteligente que todos ellos y que los va a embaucar a todos simulando que les sirve, o intercambiando usos y costumbres en el imposible juego político de «todos ganan» y «amor y paz».
Ok, es una táctica… o una estrategia (de todas formas no entienden lo que es una y otra cosa). Lo que se constata es que él suma a su derecha (desertores del PAN incluidos) y que nada aparece a su izquierda. Sigue los mismos pasos de su antecesor, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que se acomidió con los poderosos, apostando a que las izquierdas no tendrían más remedio que apoyarlo «porque no hay otra cosa». Ok de nuevo, estrategia o táctica, ya lo explicarán los moneros en sus talleres. Nosotros sólo preguntamos: ¿cuándo, en México, le ha dado resultado positivo a la izquierda el correrse a la derecha? ¿Cuándo el ser serviles con los poderosos ha ido más allá de divertirlos? Cierto, los «chuchos» pueden dar cuenta del éxito de esa táctica política (¿o estrategia?), pero no se trata de transitar el mismo camino… ¿o sí? [carta IV a luis villoro]»
3.- Elecciones. Reforma o revolución. A nuestro punto de ver, Marcos se refiere al menos a cuatro cosas importantes, a) que en las elecciones de 2006 AMLO, en su afán por el poder y la gobernabilidad, aceptó su derrota electoral, a costa de 6 años más de saqueo y explotación. Es decir, tal como lo dijo el propio AMLO, sin la canalización mediática electoral del descontento popular que el hiciera se hubiera dado una rebelión como la que propugnaba la otra campaña -una insurrección civil y pacífica. b) el peligro de que AMLO sea víctima de la mala fe, de su propia mala fe que aparenta simular una lucha contra la mafia en el poder mientras al mismo tiempo hace acuerdos con ellos, y termine creyendo que los burgueses respetan siempre, siquiera por honor, los acuerdos entre las partes y que crea que es posible un gobierno donde «todos ganan». c) qué la táctica política de correrse a la derecha, por parte de un amplio sector de la izquierda institucional, ha sido el camino para entrar a la lógica del sistema político mexicano, un camino donde pronto se les olvida lo que era ser pretendidamente de izquierda para pasar simplemente a ser serviles de los poderosos. Y finalmente, d) que lo del voto es táctico aunque la victoria o la derrota que de las elecciones resulte pueda ser estratégico. Ello dependería, en todo caso, de si el programa y el candidato apuestan por la reforma o la revolución. En este sentido, dado que ni AMLO ni el programa de gobierno de AMLO son revolucionarios, luego entonces votar por él ciertamente no va traer avances estratégicos en la lucha anticapitalista, o si? porque ese es el problema que hemos visto en Bolivia, en Argentina, en Venezuela, en Ecuador… realmente los gobiernos (seudo) nacionalistas, populistas, de izquierda reformista representados por Evo, Cristina, Hugo Chávez… han sido, en lo concreto, un pasó más en la destrucción del capitalismo, o no?. Nosotros pensamos que sí y no. Si, porque abajo se han gestado y se siguen gestando importantes proyectos autoorganizativos, autónomos e independientes, y no, porque arriba se continúa en el proceso de corrupción, autoritarismo y decadencia de la clase política, lo que ha traído consigo la represión, el extractivismo como política desarrollista, y la administración de la pobreza más que su erradicación, lo que sigue derivando en paternalismo y etnocidio, por mencionar algunas críticas.
La contienda electoral es una batalla donde los votantes componen las unidades de acción, el voto su arma y los candidatos los generales a cargo de la operación. Para analizar dicha contienda es preciso observar los movimientos y las posiciones de las distintas unidades de acción agrupadas que se encuentran al frente, en medio, en la retaguardia y agazapadas, y que van actuando según se va desenvolviendo la batalla.
4.- AMLO y la izquierda. AMLO reconoce otras formas de lucha desde la izquierda, pero no se compromete con ellas, se compromete con los mexicanos, gobernará hasta para sus enemigos -dice en tono irónico.
5.- Cambio de régimen. Lo que AMLO promete a los mexicanos es un cambio de régimen. Esta definición es importante porque lo que se está decidiendo en la actual coyuntura electoral y particularmente con el voto NO es la revolución, es la reforma. Como votantes anticapitalistas (aunque pueda parecer a muchos contradictorio, esto no le quita lo posible) no podemos exigirle a AMLO que su cambio sea anticapitalista. Esa no es su propuesta, esa es nuestra propuesta y nuestra ruta de lucha y esta es la que no debe variar independientemente de que se decida votar por un cambio de régimen o por la continuación del mismo. Hay que diferenciar pues, que la estrategia de AMLO es el cambio de régimen, mientras que la de nosotros es la de la lucha anticapitalista. Qué la participación en las elecciones, para AMLO, es una táctica necesaria y suficiente para dar lugar a ese cambio de régimen, mientras que para nosotros, la participación en las elecciones es una táctica innecesaria e insuficiente para avanzar en un proyecto anticapitalista, aunque pueda ser útil para avanzar en otros escenarios.
6.- ¿Mala fe de AMLO?. Nuestra guerra, la de los de abajo y a la izquierda, es una guerra anticapitalista. Dentro de ese marco, las elecciones son una batalla calculada, pese a que pueda generarse por ellas bastante inestabilidad social; y están calculadas por que hay acuerdos que hacen las distintas fracciones de la burguesía para apoyar tal o cual candidato con la idea de mantener la gobernabilidad a toda costa. Esta parte es importante, porque claramente AMLO ha conseguido el apoyo de una fracción de la burguesía norteña, lo mismo que del centro y sur del país. Estos acuerdos le dan amplias posibilidades de ganar. Es iluso pensar, y más como anticapitalista, que todo se decide en los votos. Pero que no crea, dice Marcos, que los lobos dejarán de ser lobos. ¿AMLO será víctima de su mala fe, de sus propias mentiras, de su simulación? Habrá que verlo.
7.- Partido único del capital. A pesar de que es evidente una profunda división dentro del PAN e incluso, aunque no se hable mucho de esta, también en el PRI, es claro que las diferentes fracciones de la burguesía panista y priísita, tienen que llegar a acuerdos para que se de una nueva alternancia de partidos en el poder, y que esta sea pacífica. Sin embargo, cuando el expresidente Vicente Fox dice, «voy hacer todo lo que este a mi alcance para que AMLO no llegue a la presidencia, no vamos a permitir que nos aguade la fiesta» nos está confirmando algo que ya sabíamos, que una fracción de la burguesía panista se alió con la priísta para hacer la alternancia PRI a PAN en el año 2000, al tiempo que hoy quieren hacerla de reversa, pasarla del PAN al PRI, en una especie de bipartidismo rancio al estilo yanqui. Pero también Fox nos está diciendo, que la fracción del PAN que actualmente tiene el gobierno no va a volver a ganar las elecciones, porque chepina es una estupida, calderón un asesino, y los panistas son incapaces de meter a fondo las reformas estructurales neoliberales «que el país necesita» (sic), de ahí que al tiempo Fox amenace con que su fracción burguesa va hacer todo lo posible por defender sus conquistas de los últimos 12 años, y también las del último siglo, las cuales han dejado en la miseria a más de 70 millones de mexicanos. La alianza del yunquista Manuel Espino con el PRI confirma que efectivamente entre ellos hubo y hay acuerdo y que van a entrarle duro a la batalla para hacerse nuevamente de todo el poder del estado. Finalmente, la declaración de Fox da lugar a pensar que el Partido Único del Capital está dividido.
8.- Imperialismo. A pesar de ese acuerdo de realizar una nueva alternancia en el poder, hay otra fracción panista, que es la calderonista, guerrerista hasta morir, que se ve en una batalla donde puede perder el gobierno, que es lo más seguro pues su incapacidad está más que probada y ha perdido la confianza de gran parte del empresariado trasnacional. La cuestión aquí a preguntarse es si hay o no un importante sector de la milicia, agazapado, que pudiera apoyar un probable golpe de estado si no se logra una nueva alternancia pactada. A nuestro parecer hoy en México no estamos exentos de que se dé un golpe de estado, obviamente con la venia y participación del imperialismo yanqui. Estados Unidos está metidísimo en la guerra social que se vive en México, no hay, como anticapitalistas y antiimperialistas, ni que subestimar a los gringos, ni a la milicia fascista que se fortalecido con el gobierno de Calderón. Lo que parece claro, sin embargo, es que la fracción panista de Calderón va tener que plegarse a los acuerdos de las fracciones mayoritarias de su partido, por lo que en último de los casos preferirá pasarle el poder al PRI, que a AMLO.
9.- La izquierda. La vieja izquierda burguesa moderada y desmemoriada de Cuauhtemoc Cárdenas, en un acto de dignidad propia le puso sobre la mesa una agenda de izquierda a AMLO, en la que incluso se pide el reconocimiento de los Acuerdos de San Andrés firmados con el EZLN. Esta toma de posición es muy importante, porque incluso los propios intelectuales a los que ha dejado de representar Cárdenas, y que acompañan actualmente a AMLO se les ha olvidado bastante lo que es ser de izquierda, adoptando un pragmatismo por demás repugnante, fascista y represor -«contra la mejor tradición de la izquierda», que fue lo que Sicilia reclamo a AMLO en Chapultepec y este se hizo el desentendido y sólo alcanzó a decir que no lo metieran en el mismo costal… pero no se atreve a deslindarse de toda la lacra que lucra en el PRD, el PT, el MC, los partidos de la coalición que lo apoyan, porque a decir verdad, esa fue la condición para postularlo como candidato.
10.- Guerrillas. Aunque con mayor cautela que en 2006, varios grupos armados que hay en el país han emitido comunicados sobre la cuestión de la situación del país y las elecciones. Su análisis es claro, así como es claro que también van a sumar votos a favor de AMLO. Tienen una amplia base social con una importante experiencia en luchas electorales, muchas veces traicionadas y de las que no han salido bien librados al confiarse de oportunistas. Esta base social y sus organizaciones armadas han expresado, igual que muchos, que están hasta la madre, que consideran que estás elecciones serán la últimas en las que están dispuestos a participar, porque realmente no puede haber mal gobierno que dure 100 años ni pueblo que lo aguante. Ellos han llamado a la unidad para prepararse ante cualquier intento de golpe de estado y su invitación hay que tomarla con seriedad pues es claro que hay una confrontación armada en esta guerra que vivimos, no por nada se han muerto 80 mil personas en casi 6 años de gobierno de Calderón.
11.- Movimiento #132. Hay al menos tres fracciones en el movimiento #132, la panista, la morena, y la roja. La roja acaba de llegar, no participó directamente en el surgimiento del movimiento #132 y está compuesta por grupos comunistas principalmente de la UNAM pero también de otras universidades, éstos van votar por AMLO, por estrategia, dicen ellos; la morena, que son los jóvenes que agitan el movimiento hacia el voto por AMLO, los cuales claramente movieron las aguas en la Ibero para boicotear el acto de Peña Nieto. Finalmente está la fracción panista, claramente de derecha, pero camuflajeada en el apartidismo. Y decimos que es claramente panista por la participación que en este movimiento tienen jóvenes como Beatriz Creel -de la que no queremos demeritar su inteligencia, capacidad e inconformidad con el gobierno, pero que es hija del senador Santiago Creel, al cual no le dieron la candidatura del PAN a la presidencia. Esta fracción de Creel no parece ser la misma que la de Fox a pesar de la cercanía entre ambos personajes, porque el movimiento #132 nació definidamente antipeñista y Fox es peñista. Luego entonces es claro que esta fracción del PAN es la que va a votar por AMLO, y que esta misma fracción pertenece a la burguesía, norteña, que ya ha pactado con AMLO algunos lineamientos de su política económica.(vid infra #7)
12.- Multitud indignada. A las tres fracciones mencionadas dentro del movimiento #132 hay que sumar una más que no la incluimos en la proposición anterior porque no es una fracción, sino una multitud de colectivos e individuos que están participando y sumándose por su propia iniciativa -a partir de las redes sociales virtuales, por su propia inconformidad e indignación contra el sistema político mexicano, y que son compañeros en los que se está desarrollando un cambio de mentalidad a partir de su participación en el movimiento #132, que son gente que va también votar por AMLO, aunque no son el nuevo movimiento del 68, como han dicho los intelectuales que arropan a AMLO, aunque si son jóvenes de los cuales, afortunadamente, podemos esperar más que un simple voto, por lo que no hay que despreciarlos, al contrario hay que animarlos a que sigan adelante con su proceso de toma de conciencia, puesto que en ese proceso, ese movimiento de toma de conciencia se atrae a más gente, la involucra, produciendo una mayor cantidad de movimiento y por lo tanto una expansión de la conciencia, así sea de manera temporal, aunque felizmente antipeñista.
13.- Los mass media. La burguesía oligopólica trasnacional que controla los mass media tiene dos potencias de gran impacto, por un lado, la posibilidad de incidir en los imaginarios colectivos -a partir de la manipulación, la desinformación, el amarillismo, la mentira, la propaganda, que son prácticas comunes en sus producciones televisivas y radiofónicas; y por otro lado, el control monopólico que tiene de los aparatos de producción, transmisión, así como de las ondas hertzianas, es decir, del medium tecnológico de transporte audiovisual. El espectro de internet, que es de muchas maneras un espacio público del que se puede hacer uso con el mínimo de tecnología, es un lugar que se nos aparenta libre, y lo es en la medida en que los usuarios de internet tienen posibilidad dentro de él de tener un papel mucho más activo y propositivo que el que se tiene mediante la radio, la televisión o el cine. Sin embargo, debe sernos claro que las practicas culturales virtuales que se desarrollan en internet, como en otros mass media, se concentran, como sucede en otras practicas culturales, en torno a nudos institucionales poderosos (centros de poder dentro de la red de redes): el estado, los ejércitos y policías, las mafias, las corporaciones, las empresas, los mass-media, las universidades, los cuales controlan desde la conexión a internet, hasta la posesión y acceso a los llamados servidores, sin los cuales nada en el mundo virtual podría existir, porque es en ellos que se almacena la información que forma la realidad virtual y las plataformas que existen en ella. Al respecto, aunque cada vez más estos nodos institucionales buscan imponer un mayor control sobre lo que existe en la realidad virtual (pj.ley Sopa), es un hecho que también dentro del espacio virtual hay espacio para las luchas de resistencia, lo cual en parte se debe a que los nodos institucionales de control no buscan la uniformidad cultural, sino la administración de las diferencias, mediante operaciones tales como la hegemonización, la jerarquización, la marginalización, la exclusión, la vigilancia, la censura, etc. Esa búsqueda de control que no llega a ser total por la existencia de servidores autónomos, servidores institucionales parcialmente libres, servidores comerciales, ha abierto la posibilidad de que grupos, y movimientos sociales desarrollen actividades de protesta, de contradesinformación, y de lucha. Si el movimiento #132 ha enarbolado como demanda la democratización de los mass media es precisamente porque en México no hay televisoras comunitarias con alcance nacional o regional, al tiempo que hay fuertes restricciones para la multiplicación de las radios comunitarias. Definitivamente las redes sociales han potenciado que mayor cantidad de gente se sume al movimiento #132, o a otros movimientos como el de Sicilia, no obstante, debe sernos claro que el control de las conexiones (y de los servidores) lo siguen manteniendo empresas como Telmex, Telcel, Iusacel, las cuales pueden impedir la comunicación virtual en determinado momento de la guerra, tal como ha sucedido en Irak, Egipto o Siria. Es decir, que para comunicarnos, para organizar un movimiento de rebelión y resistencia no debemos poner toda la carne al asador en los mass media, sino en la comunicación cercana, pues es ella la que está más cerca de la cruda realidad concreta.
14.- Voto duro. El voto duro es un voto sectorial compuesto por organizaciones clientelares y corporativistas con reivindicaciones propias, de obreros, de peticionarios de vivienda, campesinos, maestros, estudiantes, burócratas, las cuales están en su mayoría controladas por el PRI. No obstante, también hay una serie de organizaciones sectoriales que se reivindican como de izquierda, que funcionan en una lógica a partir de una estrategia formada en la que constantemente presionan al gobierno para obtener migajas en forma de programas sociales. Esta izquierda, vieja izquierda oportunista, va también votar por AMLO. No son sin embargo, dentro del espectro del voto duro, una mayoría, de ahí que en los últimos 6 años AMLO se haya dedicado a crear el MORENA, esa estructura partidaria de la que en 2006 AMLO carecía, que va ser el voto duro de AMLO, y que de muchas maneras ha hecho posible que AMLO se coloque en segundo lugar. El voto duro del pan es francamente minúsculo.
15.- Abstencionismo. Si el abstencionismo amenaza con reducirse en estas elecciones es porque el voto indeciso se está definiendo. En sociedades antidemocráticas como la mexicana el alto abstencionismo se debe a la poca confianza que los electores tienen en los órganos de representación, lo cual se debe a la poca incidencia que tienen los ciudadanos en la toma de decisiones que guían el rumbo del Estado, así como por las malas decisiones que toman los gobernantes y que han afectado gravemente el poco bienestar de la población mexicana, lanzando millones y millones cada año a la extrema pobreza. En este momento de crisis social, donde en todos los sectores hay una fuerte preocupación por el futuro propio y ajeno, la posibilidad de que se de una amplia participación electoral es muy grande. Sin embargo, es para impedir esta participación, o para manipularla, que las campañas de miedo y guerra sucia se han hecho presentes, en 94 funcionaron, en 2006 funcionaron, también lo hicieron en otras elecciones donde el PRI era el partido de Estado, por ejemplo en 1970. El problema con la campaña de miedo que han lanzado contra AMLO en este 2012, es que por un lado, AMLO no resulto ser un peligro para México -tal vez amenaza con salvarnos pero esa otra cosa, como si lo ha sido Felipe Calderón, con sus 80 mil muertos y 10 mil desaparecidos; y por otro lado, al mismo tiempo, en estos 6 años hemos sido testigos de las peores venganzas de sangre (masacres, descuartizamientos, violaciones, tortura, desapariciones) que hayan tenido lugar en México, venganzas en las que definitivamente nada ha tenido que ver AMLO y eso la gente la sabe. A contraparte, en lo que se refiere a Peña Nieto, por sus antecedentes criminales, que la gente no olvida y ahí está el caso, por ejemplo, de la represión en Atenco el 3 y 4 de mayo de 2006, es claro que este sí es, no un peligro para México -para el Estado Nación mexicano, sino para los mexicanos, y particularmente para los trabajadores. Para desalentar el voto por Peña Nieto ha servido bastante el movimiento #132, no estaría de más seguir con la campaña en contra de Peña Nieto, más aun, si como dicen los que dicen, nos va ser impuesto como presidente.
16.- El narco. La cuestión con el narcotráfico es que no es una sóla empresa la que domina el mercado, sino varias y muy violentas. Los narcoempresarios están metidos en las campañas electorales, es obvio. Incluso cierta baja en la violencia de los últimos meses se debe a un posible acuerdo tácito entre los distintos narcoempresarios, el gobierno y los partidos. Los narcoempresarios no mueven multitudes así que su incidencia en las elecciones será baja, incluso más allá de que efectivamente puedan participar en la compra de votos, en las campañas de miedo para desalentar/alentar el voto por algún candidato, o aportando recursos para los candidatos con los que han hecho acuerdos. Al narco hay que considerarlo más bien dentro de un escenario poselectoral, independientemente de quien gane, puesto que a ellos lo que les interesa es seguir manteniendo su red de impunidad, corrupción y tráfico, por eso que están a la expectativa, aunque claro, unos votarán por Peña Nieto, otros por Josefina y otros más por AMLO. La desigualdad entre las distintas narcoempresas, se debe, aunque ellos tal vez no lo sepan, a la desigualdad social inherente al capitalismo. No obstante, tampoco debemos de perder de vista, que la intervención gringa en México está siendo operada a partir del financiamiento que los gringos están dando a algunos cárteles de mercenarios paramilitares, los cuales en uno u otro momento, según convenga al imperialismo yanqui, pueden crear una inestabilidad desproporcionada, como la que se vivió en 2011, para seguir justificando la guerra sucia en México.
17.- El Mov. Paz con Justicia y Dignidad. Intelectuales lopezobradoristas han desestimado al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, al cual también nosotros hemos criticado, aunque no en lo personal como han hecho éstos, sino en lo programático. Estos intelectuales se preguntan quién es Javier Sicilia y qué representa. Obviamente su cortedad de miras es para dar pena. Más allá de la autodefinición de Javier Sicilia como anarco cristiano ciudadanista y de la posición central que este tiene en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, hay que reconocer, con humildad y compasión, que dicho movimiento hizo posible lo que parecía imposible, y sobre lo cual ninguno de los cuatro candidatos ha expresado una posición consecuente y digna, nos referimos por supuesto a la visibilización que se ha logrado de los 80 mil muertos, los 10 mil desaparecidos y otros tantos miles de encarcelados injustamente. Los candidatos, AMLO incluido, hablan y hablan de fortalecer la seguridad nacional y de combatir la delincuencia organizada, pero nada hablan de los miles de muertos, el dolor de sus familias y las consecuencias económicas, psicológicas, afectivas en las víctimas de la violencia. Despreciar, humillar, criminalizar, es una lógica propia del capitalismo y los capitalistas, y eso es lo que han estado haciendo los poderosos, sus medios de comunicación, sus ejércitos y policías, los candidatos, sus partidos y sus intelectuales. Pero que no crean que esos 80 mil muertos y 10 mil desaparecidos van a dejar de estar presentes en la contienda electoral. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad es un movimiento donde no nada más están presentes los vivos, sino también los muertos y los desaparecidos, algunos votaran nulo y lo harán por dignidad propia, otros más votarán por AMLO con la esperanza de que ese prometido cambio de régimen acabe con la violencia y la impunidad, pero es claro que ninguno de ellos votará por Josefina o por Peña Nieto. Es verdaderamente una afrenta que nadie hoy en la clase política se refiera a los «daños colaterales» (sic) que ha producido la guerra social que se vive en México, serán por ello, como dice Sicilia, que estas serán las elecciones de la ignominia.
18.- ¿Y los anticapitalistas? No es posible dar una posición pretendidamente anticapitalista cuando no ha habido públicamente un balance colectivo de lo que fue y es la Otra Campaña, así como de la lucha que en resistencia hemos mantenido estos seis años, es decir no somos un grupo amplio organizado sino unidades de acción aisladas por el propio conocimiento de nuestras capacidades y debilidades, no sólo de nosotros mismos sino de los otros, que podría ser indicio de la falta de concreción de una identidad colectiva que no ha terminado de cuajar y que para ello requiere que se retome un camino decidido de manera colectiva. Lo anterior no quiere decir que la Otra Campaña es el único movimiento y posición anticapitalista en México, sino que se hizo un llamado anticapitalista y a él acudimos muchos, obviamente en la otra campaña no somos anticapitalistas todos los que estamos, ni estamos todos los que somos anticapitalistas, es decir, hay otras expresiones anticapitalistas fuera de la Otra Campña, por ejemplo la de algunas tendencias anarquistas insurrecionales que consideran que la insurrección es el único camino para construir anarquía, incluso demeritando, por extraña razón teórico-práctica-táctica-estratégica-cultural-ideológica-emocional a quienes desde el anarquismo optamos por vías insurrecionales en las que se toman otras armas como dignas, tales como la ocupación de los espacios públicos, los medios libres, los proyectos productivos colectivos, las cooperativas, las intervenciones sociales -desde un performance hasta una caravana de salud, el trabajo en los pueblos, barrios y colonias, los grupos de música y arte, y muchas más. Pero esa discusión es harina de otro costal, en otro lugar tal vez la abordemos.
19.- Tres escenarios posibles. Decíamos al principio que hay quienes desde la izquierda anticapitalista se han estado movilizando bajo la consigna de «No basta no votar, hay que organizarse». Decíamos también que esta es una posición consecuente y respetable, tal vez es la posición mayoritaria dentro del espectro anticapitalista, más allá de la Otra Campaña, aunque en la balanza electoral seguramente no somos significativos. Por estos días, algunos intelectuales lopezobradoristas repiten sin cesar lo que AMLO ha repetido, que «no votar es apostar a mantener el régimen caduco, que es apostar a mantener el statuo quo, y que las cosas no cambien, es aceptar que siga más de lo mismo» añadiendo incluso que el EZLN y la Otra Campaña fuimos causantes de la derrota de AMLO en 2006. Sin embargo, estas afirmaciones son completamente mentirosas, al menos para quienes nos movilizamos desde la Otra Campaña. En primer lugar, porque quienes desde 2005 nos aglutinamos en La Otra Campaña con la SDSL como ejé político, no hicimos un llamado a no votar, sino a organizarnos, como ahora, precisamente porque el eje principal de nuestro movimiento era y sigue siendo, crear una plataforma de lucha anticapitalista. Ser anticapitalista va más allá de ser antineoliberal, antielectoral o antipeñanieto, es estar, desde una posición definidamente de abajo y a la izquierda, por la destrucción del capitalismo y la construcción de un sistema social enteramente justo, igualitario y digno, lo cual factiblemente no es posible hacerlo desde lo electoral, o incluso desde lo armado -aunque Cuba sea una digna excepción. Y en esto, paradójicamente coincidimos con AMLO cuando en los diálogos de Chapultepec con el MPJD, AMLO afirmó y preguntó, si no es mediante las elecciones ni con las armas, cómo le entramos a la transformación social radical. Es una buena pregunta. Hay propuestas, pero cada propuesta conlleva su propios ritmos, sus propias normas, sus propios valores, sus propios tiempos, los cuales definitivamente, sin unidad en la acción, no pueden ser impresos a la dinámica general de la sociedad. Dialécticamente, el movimiento de la historia lleva una inercia y una cantidad de movimiento tal que el rumbo no podrá variar sino se le imprime un impulso a dicho movimiento mediante la suma de movimientos operados por una misma lógica. La Otra Campaña, dialécticamente, quiso aprovechar el movimiento electoral de 2006 para darle un giro a la historia, sino lo logró se debe en mucho a la represión que lanzaron las fuerzas que operan en el movimiento del sistema de dominación, incluso por encima del movimiento electoral. En este sentido, en retrospectiva, es claro que AMLO tampoco trae la misma cantidad de movimiento que en 2006, y es aquí donde cabe plantearse algunos escenarios. A lo largo de este artículo hemos hablado de dos de ellos, hay más, a continuación damos tres, a) que el triunfo de AMLO se de por acuerdo interburgués, como en las elecciones del año 2000; b) que AMLO gane por votos debido a una amplia participación ciudadana; c) ninguna de las dos, AMLO no va ganar, las elecciones son pura simulación y el candidato triunfador ya está definido. AMLO lo sabe.
20.- Simulación. Dos de los escenarios, el a) y el c), tienen algo en común: la simulación. Sea que AMLO gane por acuerdo interburgues, o que no gane porque el candidato triunfador ya esta definido, lo cierto es que ninguno de estos dos escenarios nos asegura que habrá el cambio de régimen que tanto promete AMLO, y que de muchas maneras, por la agudeza de la guerra social se nos presenta como un imperativo (y aquí valga la aclaración. Un cambio de régimen se da de arriba hacia abajo, mientras que una revolución se da de abajo hacia arriba. Y pongamos un ejemplo. Las movilizaciones populares en Egipto (2011) no han desembocado en una revolución, ¿por qué? porque hay una clase política y oligárquica que sigue manteniendo el control del Estado, y a ellos lo que les interesaba era quitar a Mubarak, es decir, hacer un cambio de régimen y no llevar adelante una revolución social, tan es así que en las recientes elecciones el candidato triunfador fue el candidato de la oligarquía, uno de los exministros de Mubarak).
21.- ¿AMLO, cambio de régimen?. El tercer escenario, que AMLO gane por mayoría de votos (con algunos necesarios acuerdos interburgueses) e imponga un cambio de régimen, es a primera vista el mejor escenario, dado que nadie quiere la dictadura que ofrecen Peña Nieto o Josefina. Sin embargo, nosotros preguntamos, ¿con qué bases puede AMLO llamar a votar por el cambio de régimen cuando en 10 periodos electorales han sido muchos, millones, los que hemos votado por la izquierda y no se ha visto cambio alguno en el régimen político de México, o siquiera en los estados gobernados por el PRD? Por medio de los votos en 1997 se llevó a Cardenas al GDF, luego este le traspaso el poder a Rosario Robles (alias «la granadera ahumada», hoy haciendo campaña al lado del PRI) quien brutalmente reprimió en más de una ocasión a los estudiantes de la UNAM que en 1999-2000 nos movilizamos contra la privatización de la universidad. Posteriormente, en el año 2000, también a AMLO lo llevamos al gobierno del GDF -y no digo lo llevamos, por haber votado yo por él o por algún otro, sino porque me asumo como parte de esa ciudadanía inconforme con la desigualdad y el actuar de la clase política que decidió votar por el-. ¿y que hizo AMLO además de dar jugosos y lucrativos contratos a empresas españolas, regalar el centro histórico a Carlos Slim, y demás empresarios oligarcas? Lo vamos a recordar en dos casos representativos para quienes somos de izquierda: avaló el dictamen de suicidio en el Caso Digna Ochoa (que hoy la administración de Ebrard miserablemente ha vuelto a ratificar), y archivó el caso del asesinato de nuestro compañero Pável González, asesinado cruelmente por la ultraderecha en 2004. Y volvemos a preguntar, un poco siguiendo a Sicilia, el cambio de régimen con el que AMLO amenaza salvar a México ¿es el mismo que hoy en Guerrero asesina estudiantes; es el mismo que hoy en Chiapas reprime a las comunidades zapatistas, es el mismo que en Oaxaca solapa al cacique Ulises Ruiz y reprime al movimiento magisterial? ¿el mismo que en Zacatecas abrió las puertas de par en par a los mercenarios de la CIA, conocidos como Zetas? ¿el mismo que no hizo nada para combatir a los talamontes que acaban con los bosques de Michoacán? ¿el mismo que impone megaproyectos mineros, megaproyectos viales, y hasta trenes bala, sin consultar a la gente? ¿el mismo que avaló el asesinato de Estado de la abogada Digna Ochoa y archivó el caso de Pavél González? Nosotros pensamos que es el mismo, que con AMLO no se dará un cambio de régimen suficiente y necesario que haga avanzar a México en la ruta de la transformación social. Esa es la realidad. El tercer escenario, el menos peor porque el triunfo de AMLO se daría a partir de una amplia movilización popular, también está marcado por la simulación, dado que no hemos escuchado por parte de AMLO un compromiso real con la izquierda anticapitalista de que efectivamente llevará adelante, pese a cualquier obstáculo, un «verdadero» cambio de régimen político en México.
22.-Táctica No obstante, para ser justos, también hay que reflexionar seriamente, que permitir que regrese el PRI al poder es realmente una decisión táctica muy aventurada. Hay que sopesar entre la poca credibilidad que le tenemos a la promesa de cambio de régimen que propone AMLO y la dictadura que ofrece claramente Peña Nieto o la candidata del PAN. En este sentido, que un personaje nefasto y fascista como Peña Nieto, que asesinó a su propia esposa y ordenó la brutal represión en Atenco, llegue a la presidencia, respaldado por Salinas y toda su mafia, no es algo de lo que abajo y a la izquierda podamos alegrarnos, pero tampoco aceptar como destino fatal, muy por el contrario, ganar esa batalla, conseguir que ni el nuevo PAN ni el viejo PRI lleguen a la presidencia, es una oportunidad táctica en la que podemos participar acudiendo a votar. Eso es real, aunque también haya amplias posibilidades de que no se respete el voto.
23.-¿Votar o no votar? Sobre este punto, sobre el ir o no a votar, algunos compañeros han expresado que al acudir a votar se legitima el sistema. Y esto es verdad, sin embargo, tirarse al purismo sin observar y evaluar las condiciones y circunstancias imperantes en la GUERRA social, es una actitud francamente revisionista. En este artículo hemos pretendido evaluar y observar los movimientos y las posiciones presentes en la coyuntura electoral actual. Creemos que ahora estamos en situación de expresar una posición sobre el voto. Efectivamente cuando votamos legitimamos al caduco sistema político mexicano, sin embargo, no olvidemos que al ir a la escuela, ver la TV, usar Facebook, usar Twiter, tomar cocacola, ir al banco, tomar cerveza, drogarse, fumar, tirar basura, acudir a un centro de salud o a un hospital, por mencionar algunas acciones, también legitimamos el sistema, y no nada más al sistema político, sino al sistema capitalista en su conjunto, lo que es peor. Y que decir, de las actitudes machistas, el autoritarismo, el patriarcado, el egocentrismo, el paternalismo, el clientelismo, el corporativismo, que son acciones que también legitiman al sistema de dominación. Realmente quién puede decir que se encuentra fuera del sistema capitalista, quién? Nadie. Con esto no estoy llamando a ir a votar, o peor aun, llamando a votar por AMLO, porque ni yo mismo lo voy hacer. Lo que estoy afirmando es que hay que desreificar el voto con la intención de quitarle ese halo seudo sagrado que nos impide tomar conciencia de la variación de significados que una práctica política puede tomar, en tanto praxis cultural, en diferentes contextos. Por ello mismo el votar, según los contextos y las circunstancias, los movimientos y las posiciones puede resultar un acierto o un error. Haber llamado a votar o votar por AMLO en 2006 hubiera sido un error, que afortunadamente no cometimos. Hacer ese llamado o ejercer ese voto por AMLO en este 2012, desde una posición anticapitalista, es una decisión táctica muy aventurada. Que Cada quien haga su propia evaluación y actué como mejor le parezca. En lo que no podemos caer, y es una actitud que la mayoría de los votantes por AMLO, de ganar este, tomará, es en la complacencia y el inmovilismo. La guerra aun no acaba, la contienda electoral es una batalla más, es momento de fortalecer la resistencia y avanzar en el camino de la lucha anticapitalista. Todos estamos en el mismo barco, todos estamos presentes en la batalla electoral, votemos o no votemos que nadie caiga en el engaño. Hay que afinar nuestra estrategia de lucha.
Gracias.
Junio 2012
Nota. Después de leer este texto muchos pensarán que es seguro que yo asistiré a votar y que además lo haré por AMLO. Quiero expresar una de las razones, no mencionada antes, de por qué no lo haré. Para Secretario de Educación AMLO ha propuesto al ex-rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, el mismo que reprimió violentamente la huelga estudiantil en febrero de 2000, y quien hoy cínicamente afirma que «su corazón late a la izquierda»(sic). Este personaje ordeno encarcelarnos no una sino dos veces, la primera como consecuencia de la represión contra la huelga de 1999-2000 por la cual más de mil personas fuimos encarceladas; una huelga en la que cabe recordar participaron muchos de los que hoy conforman las juventudes del MORENA, los cuales penosamente no han levantado ninguna voz de inconformidad por el nombramiento anticipado de Juan Ramón de la Fuente como Secretario de Educación -lo cual es un indicio más de la simulación que representa AMLO, haciendo gala de una desmemoria realmente asquerosa; y la segunda ocasión en 2004, como consecuencia de mi participación activa en la ocupación del Auditorio Che Guevara, actualmente un reconocido Espacio Autónomo de Trabajo Autogestivo, el único en su tipo en toda la universidad, el cual se mantiene desde hace 12 años, con todas las virtudes y defectos que pueda tener. Si AMLO llega a la presidencia y no se da el cambio de régimen que tanto promete lo más seguro es que tenga que reprimir a la izquierda radical que no le vamos a dar tregua, tal como Evo hace en Bolivia contra indígenas, obreros y anarquistas. Aun así, de dos cosas estamos seguros: Peña Nieto va a perder las elecciones; y no se le pueden pedir peras al olmo…
Tomar el camino anticapitalista, largo, sinuoso y muchas veces desafortunado, es una elección que también merece ser respetada.
Presos políticos, libertad!! Abajo los muros de las prisiones!!