En el festival de carteles, performances y poesía instantánea en que se han convertido las protestas de #YoSoy132 se repite, una y otra vez, una estampa: una joven enmarca su rostro en la pantalla de un televisor de cartulina, con un letrero escrito a mano que advierte Televisa te idiotiza. La imagen es emblema que […]
En el festival de carteles, performances y poesía instantánea en que se han convertido las protestas de #YoSoy132 se repite, una y otra vez, una estampa: una joven enmarca su rostro en la pantalla de un televisor de cartulina, con un letrero escrito a mano que advierte Televisa te idiotiza
.
La imagen es emblema que simboliza la declaración de guerra de los jóvenes contra la telecracia que entretiene e informa a más de 70 por ciento de los mexicanos. En ella, una manifestante, que es simultáneamente emisora y receptora, que observa y es observada, lanza un grito de advertencia que busca sacudir la conciencia ciudadana.
En su nombre resume su origen y atributos. El movimiento #YoSoy132 nació de la indignación de los estudiantes universitarios ante la manipulación informativa de los medios de comunicación y la pretensión del Canal de las estrellas de imponer un candidato a la Presidencia de la República.
Un hecho tan común y corriente como el que la mayoría de la prensa ocultó y desvirtuó, el descontento juvenil contra Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana, fue la gota que derramó el vaso de la ira estudiantil. De ese agravio informativo nació el hashtag que convocó a la acción colectiva contra Televisa y en favor de la democratización de los medios de comunicación.
El movimiento surgió realmente como un hashtag, es decir, como asunto al que cualquier joven universitario tiene la posibilidad de sumarse o de aportar su punto de vista, adhiriéndose a la cadena de iniciativas tras la almohadilla que da nombre a esa causa, como lo haría en Twitter.
Ser parte de #YoSoy132 implica identificarse como alguien no manipulado por los medios electrónicos, como alguien que escapa a la mediatización y a la alienación del control mediático. A su manera, sus integrantes hacen suya la crítica a la televisión elaborada por el sociólogo Pierre Bordieu, quien afirmó que este medio, en lugar de informar, oculta mostrando, pone a la vista algo distinto de lo que tendría que divulgar, o presenta lo que sucede y es importante de manera inadvertida o irrelevante, de tal manera que lo que trasmite no corresponde en absoluto a la realidad.
El movimiento va más allá de ello y ubica al poder no regulado de la mediocracia como uno de los principales obstáculos en la democratización del país. «Si queremos una democracia auténtica -aseguran en el discurso pronunciado durante la toma pacífica de las instalaciones de Televisa Chapultepec-, será ineludible la democratización de los medios. Como todos los defectos de nuestra pobre democracia, la concentración y manipulación de la información es una herencia que perdura del viejo régimen y del supuesto cambio.»
Ese discurso desmiente a quienes acusan a los universitarios de tener ideas ramplonas; por el contrario, el diagnóstico que se hacen sobre el papel de la telecracia es de gran brillantez. Los seis puntos programáticos que proponen para caminar hacia adelante y nunca volver atrás
, que incorporan algunas de las ideas-fuerzas centrales de los movimientos sociales alternativos en el país, son notables.
El movimiento sostiene la necesidad de democratizar y transformar los medios de comunicación, sobre la base de la socialización de los mismos y el desarrollo de un modelo de medios públicos. Cambiar el modelo educativo, científico y tecnológico. Sustituir el modelo económico neoliberal. Transformar el modelo de seguridad nacional, retirando las fuerzas armadas de las tareas de seguridad pública. Fomentar y fortalecer la democracia participativa en la toma de decisiones y en la construcción de políticas públicas. Y, luchar por el pleno cumplimiento del derecho a la salud.
La problemática de los medios de comunicación ha atravesado al #YoSoy132 en sus acciones colectivas, debates y proclamas. Una de sus primeras definiciones consistió en exigir a la prensa información de calidad para poder emitir un voto informado. En sus protestas iniciales en las calles se gritaron consignas como Televisa-Tv Azteca / no más imposición / libre elección
, Queremos escuelas, no telenovelas
y Lucero, Gaviota / se acabó la caja idiota
.
En la marcha anti-Peña Nieto y contra Televisa del 23 de mayo se leyó un documento en el que representantes de diversas universidades formularon demandas como: democratización de los medios, información veraz y equilibrada sobre la campaña presidencial, apertura informativa a la televisión abierta, creación de la figura del ombudsman en cada medio, difusión de códigos de ética para los medios de comunicación, como instrumentos de defensa del interés público; masificación del uso de Internet y que el acceso a ésta sea un derecho constitucional, transmisión del segundo debate de los candidatos a la Presidencia en cadena nacional; impulso al derecho a la información, y protección a periodistas.
Seis días después, durante una conferencia de prensa, el movimiento exigió transmitir el segundo debate por cadena nacional; competencia real en el sector de la comunicación; reformar los actuales procedimientos administrativos para otorgar las concesiones de radio y televisión, como forma de garantizar el derecho a la libertad de expresión; instauración en los medios de instrumentos que resguarden el interés social, y someter a concurso en escuelas de comunicación producciones de canales públicos.
La crítica de #YoSoy132 a la telecracia y la manipulación mediática no cesan. Los jóvenes han producido multitud de diagnósticos, propuestas, videos de gran calidad, y realizado una enorme cantidad de acciones de masas para impugnar la realidad que les inconforma.
Nuestros sueños no caben en tu pantalla
, anuncia la rúbrica del video Televisa, estamos aquí, elaborado por el movimiento. Por lo pronto, con pantalla o sin ella, sus sueños están transformando al país.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/07/31/index.php?section=opinion&article=015a1pol