Recomiendo:
0

Ausencias temáticas en el «gran» debate electoral de TV3

Fuentes: Rebelión

Diego Cañamero había hablado -¡con qué belleza, con qué dignidad, con cuánta verdad, con cuánta honestidad!- en el acto de solidaridad con los trabajadores en huelga de hambre de Telefónica. ¡Qué intervención! ¡Inolvidable! No habíamos asaltados los cielos pero los tocamos durante los 30 minutos en los que el gran luchador campesino nos dirigió la […]

Diego Cañamero había hablado -¡con qué belleza, con qué dignidad, con cuánta verdad, con cuánta honestidad!- en el acto de solidaridad con los trabajadores en huelga de hambre de Telefónica. ¡Qué intervención! ¡Inolvidable!

No habíamos asaltados los cielos pero los tocamos durante los 30 minutos en los que el gran luchador campesino nos dirigió la palabra y su alma .

Por la noche, era la noche del domingo 18, tocaba debate electoral en TV3, la televisión pública catalana (dirigida actualmente por un ex ejecutivo de la privada, marca y estrategia general de la casa convergent).

Era otra cosa, desde luego. Fue otra cosa.

Partidos políticos (o coaliciones) representados: CiU, PSC, PP, ICV-EUiA, ERC, SI, Ciutadans. Las CUP no intervinieron. No tienen por el momento representación en el Parlament de Catalunya (Ni que decir tiene que sería una excelente noticia para la ciudadanía de izquierdas, también para la no independentista, que la tuvieran).

No entro en el debate de los contenidos donde, de nuevo, el asunto del «dret a decidir» (extendida terminología convergente) adquirió protagonismo destacado. Nadie que recuerde fue capaz de hacer referencia al artículo de la demediada Constitución de 1978 sobre «la unidad de España» redactado por el Estado Mayor del Ejército neofranquista, al abandono -u oportunista distanciamiento- del derecho de autodeterminación por muchas de las fuerzas que ahora se las dan de soberanistas e independentistas ni tampoco a la tradición de lucha por los derechos nacionales, y casi en solitario, de la izquierda comunista durante los tiempos de silencio, represión, asesinatos y fascismo.

Eso sí, parece razonable destacar algunas de las ausencias temáticas que, aparentemente, no tienen explicación:

Ni una sola referencia a la huelga de hambre de los trabajadores de Telefónica (Esa misma tarde, como antes señalaba, unas 500 personas, tal vez más, nos habíamos reunido en la sala de actos del Instituto Milà i Fontanals de Barcelona en apoyo de esa lucha que cabe vez rompe más cercos informativos).

Ni una sola referencia tampoco durante el debate al nuevo y criminal ataque del estado racista y anexionista de Israel, el modelo político por excelencia de Mas-Moisés y su gobierno según él mismo declarara en su gira americana para promocionar la marca «Cat» en el turbio asunto Eurovegas.

Silencio absoluto, ninguna referencia directa a las graves, a las gravísimas acusaciones de algunas publicaciones -dignas de toda sospecha desde luego- sobre el entorno Mas, Pujol et alteri (por no hablar de los casos Millet-Palau, la corrupción aléfica en la sanidad pública catalana, el caso ITV, la sede de CiU intervenida. Largo y poblado etcétera)

Eso sí, el mantra de la España que nos explota, mis veces repetido, y la Catalunya con «estructuras de estado» como Arcadia feliz, trescientas veces anunciada.

¿Hubo, fuera de foco, algún acuerdo temático y de límites antes del gran debate? ¿Imposible? Seguramente. Pero es casi la mejor y más generosa hipótesis. Si no fue así, si no hubo pacto alguno, ¿cómo puede explicarse entonces que dirigentes políticos que dicen cultivar y abonar valores de izquierda no hicieran ni una sola referencia a la lucha de los trabajadores de Telefónica contra la política represiva y antiobrera de los directivos la gran multinacional de Alierta, Kim Faura y demás colegas?.

Lo que sí es evidente, fuera de discusión, es que en pocos minutos descendimos a toda velocidad desde un bello, sólido y consistente cielo enrojecido a un territorio nada atractivo de despropósitos, sesgados intereses, argumentos falaces y medias verdades.

El acelerado descenso, por supuesto, produjo malestar y nostalgia.

PS: Algunas vacilaciones calculadas, algunas expresiones muy medidas del candidato Mas-Moisés, hacen pensar en alguna vía distinta de la construcción de un nuevo Estado en Catalunya. La apuesta final puede transitar por senderos alejados.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.