Recomiendo:
0

La reforma educativa y el problema de la educación

Fuentes: Rebelión

1. La reforma educativa de Peña Nieto. En diciembre del año pasado, 10 días después de haber tomado posesión como presidente, Peña Nieto envió a la cámara de diputados una iniciativa para reformar el artículo 3° constitucional. Esta reforma tiene dos partes: la primera de ellas consiste en otorgar al Instituto Nacional para la Evaluación […]

1. La reforma educativa de Peña Nieto.

En diciembre del año pasado, 10 días después de haber tomado posesión como presidente, Peña Nieto envió a la cámara de diputados una iniciativa para reformar el artículo 3° constitucional.

Esta reforma tiene dos partes: la primera de ellas consiste en otorgar al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) la facultad de evaluar el desempeño de todos los maestros de educación básica del país a través del diseño y aplicación de mediciones de los componentes, los procesos y los resultados del sistema educativo, así como emitir lineamientos acerca cómo deben evaluar a los maestros las autoridades federales y locales, y difundir la información que resulte de dichas evaluaciones. La segunda parte consiste en la creación del Servicio profesional docente que está integrado por concursos de oposición para el ingreso de los maestros y por criterios para la promoción, para el otorgamiento de estímulos y para la permanencia de los docentes en su trabajo, tomando en cuenta los méritos de los maestros y el perfil que el gobierno considera que deben tener.

En resumen, se crea un instituto descentralizado para hacer evaluaciones y un sistema de reglas para utilizar esas evaluaciones en la promoción, los reconocimientos económicos y la permanencia de los maestros en su trabajo.

En el quinto artículo transitorio se establece, entre otras cosas, que deberá adecuarse el marco jurídico para fortalecer la autonomía de las escuelas con el objetivo de que alumnos, padres y maestros se involucren en el mejoramiento de la infraestructura, la compra de materiales educativos y la resolución de los retos que enfrente la escuela.

Tras ser aprobada en la cámara de diputados, durante los dos primeros meses de este año, la reforma de EPN fue aprobada por los congresos locales de más de la mitad de los estados del país, con lo cual pasó a ser parte de la constitución. Para que entre en vigor, falta elaborar la ley del INEE y hacer las modificaciones que corresponden en la Ley general de educación. El titular de la SEP anunció que estas leyes secundarias serán presentadas al congreso durante el mes de abril.

2. La resistencia magisterial.

Desde que se conoció la iniciativa de Peña Nieto, los maestros del país iniciaron un intenso debate para comprender los peligros de esta reforma y se emprendieron diversas acciones contra ella, como marchas, concentraciones, conferencias, asambleas estatales y nacionales, tomas de casetas, bloqueos y la distribución de documentos y volantes. Los puntales de esta resistencia magisterial han sido los maestros de Guerrero y de Oaxaca, estados donde se realizó un paro de labores y otras acciones, gracias a lo cual fue posible entablar pláticas con las autoridades de los gobiernos locales.

Las exigencias de los maestros en las mesas de negociación se centraron en dos puntos: restablecer la gratuidad de la educación pública, amenazada por el quinto transitorio de la reforma educativa, y acotar los alcances y los contenidos de la evaluación con el objetivo de que dicha evaluación tome en cuenta las condiciones particulares de las diversas regiones de los estados y que no sea utilizada para despedir de su trabajo a los maestros. Para esto último, en Guerrero se propuso la creación de un Instituto estatal de evaluación. Adicionalmente, se agregaron demandas locales en cada estado.

Los maestros en lucha han tenido que enfrentar una adversa correlación de fuerzas a nivel nacional creada por la intensa campaña de desprestigio que el gobierno y sus comentaristas a sueldo han desatado. En esa campaña se presenta a los maestros como los responsables de la mala calidad de la educación del país, y como personas que no quieren ser evaluadas para mantener supuestos privilegios en prestaciones y condiciones laborales, privilegios que por supuesto no existen.

En ambos estados, las exigencias del magisterio democrático sobre los puntos más peligrosos de la reforma educativa, no fueron respetadas por los gobiernos locales. En Oaxaca, los maestros están trabajando en la elaboración de una propuesta de ley estatal mientras mantienen la movilización. En Guerrero, el magisterio decidió subir la apuesta, uniendo sus fuerzas a las de los demás sectores en lucha para conformar un gran Movimiento Popular estatal que le haga frente a las políticas gubernamentales en todos los terrenos. Una de las primeras acciones de este movimiento fue una inmensa marcha de aproximadamente 100 mil guerrerenses, movilización sin antecedentes en las últimas décadas.

Al mismo tiempo, el magisterio democrático de otros estados está desarrollando procesos organizativos que esperamos que muy pronto rindan frutos, para ir ampliando esta lucha a más y más rincones del país.

Es urgente que todo el movimiento social del país se haga eco de esta resistencia para demostrarle a EPN que los maestros no están solos porque entendemos que esta lucha nos involucra a todos.

3. La situación de la educación pública en el país.

Desde el inicio de este siglo, el Banco Mundial (BM) y la OCDE decretaron que el objetivo central de la educación debía ser la creación de capital humano, es decir, la formación de los trabajadores que requieren los grandes empresarios en un modelo capitalista en el que la producción de bienes y servicios se modifica constantemente por la introducción de nuevas tecnologías.

Estas exigencias incluyen que los egresados de la educación puedan desarrollar un aprendizaje permanente por su cuenta, ya que las habilidades de los trabajadores se deprecian a una gran velocidad y los empresarios no pueden esperar hasta que lleguen al mercado laboral las nuevas generaciones, ni tampoco quieren cargar con el costo de la capacitación permanente de sus empleados. Por ello, los que realmente dictan las políticas educativas de nuestro país, decidieron que la educación debía dejar de poner énfasis en conocimientos y destrezas específicas en cada una de las materias y sustituirlas por competencias generales como resolver problemas, aprender haciendo, trabajar en equipo, y sobre todo, autocapacitarse.

El modelo educativo impuesto por los organismos internacionales es un modelo en el que la relación costo-beneficio es un criterio central en las decisiones sobre política educativa, un modelo en el que se promueve fuertemente la presencia del sector privado en las decisiones sobre la educación y en la vigilancia de la aplicación de esas decisiones, un modelo en el que los maestros son vistos como meros técnicos que deben llevar a cabo las acciones que les dicten los gobiernos, sin cuestionar nada ni perder el tiempo en conocimientos que los de arriba no consideran económicamente útiles.

Siguiendo esos mandatos, en nuestro país se introdujeron una serie de cambios en los programas y los métodos de enseñanza de la educación pública, por supuesto, sin considerar a los maestros, su experiencia, sus necesidades y su formación, creando un caos en el sistema educativo nacional. Por ejemplo, si antes un maestro daba clases de Física y contaba con la preparación necesaria para hacerlo muy bien, de pronto su materia desapareció del mapa y fue sustituida por Ciencias que incluye física, química y biología, exigiendo de él otros conocimientos con los que no contaba. Si un maestro tenía un buen dominio de la matemática que se enseñaba en primaria, de pronto los contenidos cambiaron y debía enseñar probabilidad desde tercero de primaria aunque a él nunca nadie le enseñó probabilidad, porque no estaba contemplada en la formación de los maestros. Cada nueva reforma, trae consigo nuevas exigencias para los maestros. Y en lo que los docentes van aprendiendo y comprendiendo lo que de ellos se exige, los padres ven que sus hijos no aprenden lo que antes se enseñaba en la educación básica (lo que aprendió el padre) y tampoco aprenden los nuevos contenidos que dicta la SEP. Pero cuando los maestros empiezan a adecuarse, entonces la SEP hace una nueva reforma y otra vez inicia el ciclo anterior.

Por eso, es un lugar común entre los padres de familia, que la educación pública en México está muy mal. Pero sería un grave error culpar de ello a los maestros y no al gobierno que ha ido convirtiendo lo que antes era educación, en simple adiestramiento. No debemos perder de vista que es el gobierno quien decide el contenido de la formación de los maestros (la inicial en las normales, y la de actualización en los cursos de carrera magisterial), y es el mismo gobierno quien decide el contenido de los programas de estudio. Si estos dos aspectos no coinciden, la responsabilidad es del gobierno.

Los planteamientos esbozados brevemente en los párrafos anteriores vienen desarrollados detalladamente en el documento del BM titulado: Aprendizaje permanente en la economía global del conocimiento. Desafíos para los países en desarrollo (2003). Adicionalmente, hay varios documentos en los que los organismos internacionales le indican al gobierno mexicano paso a paso las medidas a tomar. En 2006, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregó a Felipe Calderón el documento titulado Un sexenio de oportunidad educativa: México 2007-2012, en el que se insiste en que debe tomar medidas de alto riesgo político en el terreno educativo para evitar el rebasamiento de otros países que logran mayor competitividad por tener un capital humano mejor preparado. De ahí salieron todas las medidas de la ACE.

Más recientemente, la OCDE le hace una serie de recomendaciones a EPN en varios terrenos de política social y económica, en particular en relación a la política educativa, en los documentos México. Mejores políticas para un desarrollo incluyente, de septiembre de 2012, y Una agenda estratégica para las reforma en México, de principios de este año.

Es importante resaltar que ha habido una fuerte resistencia de algunos sectores de maestros, como el magisterio michoacano, que se negó durante años a aplicar el enfoque oficial en la educación de los niños de ese estado.

4. El cuento de que todo se resuelve con evaluaciones.

El complemento natural de este enfoque empresarial en la educación, es la evaluación y la divulgación de los resultados de la misma. El argumento es que se necesita tener una medida de los avances o retrocesos y que si los padres saben qué escuelas y qué maestros salen bien en las evaluaciones, se generará una competencia que contribuirá a mejorar la educación.

Hace 8 años que se empezó a aplicar la prueba Enlace en la educación primaria, misma que se fue extendiendo a todos los grados y a todos los niveles de educación básica. A partir de la Alianza por la calidad de la educación (ACE), a los resultados de esta prueba se les dio un peso muy grande en la carrera magisterial, es decir, en el otorgamiento de estímulos económicos para los maestros (60%).

Hace más de 10 años que México participa cada año en la prueba PISA, un examen que aplica la OCDE en varias decenas de países del mundo, y se fue ampliando la muestra en nuestro país para que esa prueba permitiera tener una evaluación de la educación que tiene los jóvenes de 15 años en cada estado de la República. Adicionalmente, hay gobiernos estatales que aplican otra evaluación local.

Así que evaluaciones van y vienen desde hace años, y sin embargo, la educación no ha mejorado. Lo que ahora quiere hacer Peña Nieto es usar la evaluación para presionar aún más a los maestros amenazando con quitarles no sólo un reconocimiento económico, sino incluso el trabajo, si no se ajustan a lo que se les exige. ¡Sus alumnos deben demostrar que tienen las cualidades que los grandes empresarios requieren para sus trabajadores, o ellos dejarán de ser maestros!

5. Cómo mejorar la educación en México.
Al seno del movimiento democrático se ha ido gestando desde hace muchos años, otra idea de cómo debe ser la educación. Este otro modelo asume que la calidad educativa no tiene que ver con mejorar la oferta comercial para triunfar en la competencia, sino con contribuir a crear en los estudiantes un anhelo de superación y un impulso por ser cada vez mejores personas, con un espíritu crítico y reflexivo, capaces de entender su realidad y de proponerse transformarla. Es un modelo que pone en el centro las necesidades de los niños y jóvenes como personas, no como futuros trabajadores.

En lugar de la competencia, los principios empresariales y la evaluación brutal que determina quiénes son los buenos maestros, los mejores alumnos y las escuelas de excelencia, el movimiento democrático siembra en los estudiantes valores como la solidaridad, el respeto, la comprensión y el apoyo a los más débiles.

En lugar de evaluar al maestro por la prueba Enlace u otras parecidas, en esta otra visión de la educación se propone relacionar su trabajo con la satisfacción de los alumnos y los padres de familia. En lugar de evaluar al sistema educativo por los resultados de la prueba Pisa, se propone evaluarlo por el cumplimiento pleno del derecho a la educación para todos, que implica generar las condiciones para que los que menos tienen, y por lo mismo tienen más dificultades para aprender, logren iguales oportunidades de aprendizaje que los demás, ofreciéndoles becas, alimentos en la escuela, asesorías, libros, computadoras, etcétera.

Los maestros que se comprometen con este otro modelo aceptan que sí es necesaria una evaluación pero no como mecanismo de control y de presión, sino una evaluación colectiva de los propios profesores, compartiendo experiencias y discutiendo las dificultades encontradas, así como las formas de superarlas. Y se acepta también la evaluación de la comunidad, en un ambiente impregnado de solidaridad y compañerismo, con la idea de superar deficiencias a través del aprendizaje en lugar de castigar.

Se trata de un modelo que no teme al cambio, sino todo lo contrario, promueve el cambio. Pero éste es resultado de la experiencia y de la socialización de esa experiencia para lo cual es necesario tender puentes a todos los niveles: entre alumnos y maestros, entre maestros y padres de familia, entre maestros y universidades, entre maestros de distintos países, entre la educación y otros campos del conocimiento.

Este modelo busca crear espacios, mecanismos y condiciones de encuentro para ir definiendo los cambios, con base fundamentalmente en las opiniones de los maestros y en sus percepciones sobre la educación y sobre las necesidades de sus alumnos., tomando en cuenta que los maestros, sobre todo los de preescolar y primaria, desarrollan relaciones afectivas con los niños y sus familias y tienen una visión mucho más integral de sus necesidades, de las condiciones en las que llegan los niños al aula, de la nutrición con la que cuentan, de sus posibilidades reales de estudiar en casa o de las dificultades que pasan para llegar a la escuela.

El maestro es promotor del desarrollo humano y consejero de sus alumnos. Y este trabajo extracurricular se ha vuelto mucho más difícil y a la vez mucho más importante con el enorme daño que le ha hecho el neoliberalismo a nuestro pueblo. Nos he dejado una sociedad cada vez más desigual, con familias cada vez más desamparadas, sin pensiones para los viejos, sin servicio médico gratuito, sin prestaciones laborales ni contratos colectivos. Esta crisis de los mecanismos de integración social, ha generado individualismo y falta de arraigo en padres y niños.

Los que ahora hablan del mejoramiento de la calidad educativa son los mismos que apuntalan el modelo neoliberal y su globalización, son los responsables del inmenso daño del que hablamos antes. ¡Y nos dicen que los responsables de la mala calidad educativa son los maestros!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.