La mirada de Estados Unidos sobre América Latina y la decisión de la región de resistir a lo que se considera una grave violación a todas las normas del derecho internacional y humanitario.
Recientemente el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera sostuvo que América Latina debe aspirar a convertirse en un «estado continental», como Europa y Estados Unidos pensando en una integración real y explicando que el futuro es de los Estados continentes. «Cuando consolidemos eso, el destino de América Latina va a cambiar y el destino del mundo va a depender mucho de lo que suceda en esta región y en Centroamérica que están viviendo un momento excepcional en su historia», el primero en 180 años «en que tenemos una articulación creciente».
Recordó García Linera que América Latina es productor de alimentos, materias primas y tiene grandes reservas de petróleo, gas, agua, biodiversidad y otros recursos y una población joven.
Lo que el vicepresidente boliviano dijo en un diálogo cultural, realizado recientemente en El Salvador fue uno de los grandes temas de debate en el último foro de San Pablo, donde se denunció que la ofensiva «imperialista en América Latina» se intensificó en la presente década, precisamente como respuesta al avance en los procesos de cambios «heterogéneos» que experimenta la región, tan rica en recursos naturales y humanos.
En este aspecto se remarcó que después de la reactivación de la IV Flota y la instalación de más bases militares en Colombia (2009) y otros países, Estados Unidos, en acuerdo con los poderes económicos locales derrocó gobiernos progresistas en Honduras 2009 y Paraguay 2012 a través de «golpes institucionales» o «golpes blandos».
También la constitución de la Alianza del Pacífico es parte de la misma ofensiva, tratando de fragilizar las alianzas regionales progresistas, como el ALBA, CELAC, UNASUR. Otro dato importante citado es el accionar de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) impulsando una campaña contra todo intento de democratización y control social de los medios de comunicación, que están en manos de monopolios, cuyos dueños son los integrantes de esta sociedad en realidad empresarial.
La SIP forma parte de la ofensiva contra los gobiernos empeñados en un proceso de integración emancipatoria. Las recientes denuncias del ex funcionario de inteligencia Edward Snowden, asilado en Rusia, sobre el espionaje de Estados Unidos en nuestros países demostró que esta ofensiva aumenta de intensidad ante la creciente resistencia de gobiernos y poblaciones.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry afirmó en estos días que Estados Unidos continuará espiando en el mundo en la lucha contra el terrorismo y para tratar de explicar esto a los indignados gobierno regionales realiza una gira por varios países.
La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su discurso en el Consejo de Seguridad de la ONU al comienzo de este mes advirtió sobre la necesidad de replantear y redefinir nuevas prácticas en diversos temas como el espionaje estadounidense, señalando que esto, que se debatió en la reunión, son temas que afectan, «ya no a la soberanía de los países, sino también la libertad de las personas y el derecho a la intimidad».
En Brasil el canciller Antonio Patriota habló de una «sombra de desconfianza» si EE.UU no brindaba explicaciones satisfactorias a las denuncias de espionaje contra ciudadanos brasileños y advirtió que este accionar es «inadmisible y violatorio de los derechos humanos». Las denuncias de Brasil están basadas en documentos filtrados por Snowden, donde se demostraba que ese país formó parte de una red de 16 bases de espionaje operadas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, que intervinieron millones de llamadas telefónicas y correos electrónicos.
Por su parte, el investigador Belga Michel Collon advirtió sobre una versión estadounidense en el tema del espionaje que trata de minimizar las características de este y su alcance para América Latina. Señala que la NSA admite que «sólo vigila el 1.6 por ciento del tráfico en Internet».
Collon advierte : «cuidado con creer esas versiones. De hecho la Red transporta mil 826 peta bytes al día. Pero el 62 por ciento del tráfico son los medios de comunicación y el entretenimiento. «Y si deducimos además las descargas (ilegales o no) entonces la Red es solamente el 11,9 por ciento. Ahora bien, al menos dos tercios de los emails son spams. Resumiendo, según las estadísticas de Estados Unidos, la NSA se interesa por el 2,9 por ciento del tráfico. Así que lo que espía es prácticamente todo.Y nos toma por imbéciles».
El anuncio de Brasil de que lanzará un satélite para desligarse de Estados Unidos y protegerse del espionaje, que se ejecuta sobre toda América Latina , también lleva un mensaje muy claro. El ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo, anunció que el lanzamiento sería en 2015 este lanzamiento y que su país pretende elevar la seguridad de sus comunicaciones , para protegerse del espionaje de EE.UU y además incrementar la seguridad de sus informaciones.
Brasil tendrá un satélite internacional y además desarrolla un sistema de comunicación por cable que lo conectará a Europa y África, para liberarse de EE.UU. en sus comunicaciones a nivel global. Y ya un movimiento similar alumbra en toda América y hay avances en Venezuela y otros países. La región decidió resistir a lo que se considera una grave violación a todas las normas del derecho internacional y humanitario.
Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201308/29516-lo-que-oculta-la-nsa-y-las-resistencias-locales.html