Hay noticias que son inevitables. No porque las esperemos o las busquemos, sino porque en el fondo, sabes que tarde o temprano vas a tener que escribir sobre ellas. Así es como me siento con la última revelación salida de la filtración de Edward Snowden: España fue objetivo de espionaje por parte de la NSA, […]
Hay noticias que son inevitables. No porque las esperemos o las busquemos, sino porque en el fondo, sabes que tarde o temprano vas a tener que escribir sobre ellas. Así es como me siento con la última revelación salida de la filtración de Edward Snowden: España fue objetivo de espionaje por parte de la NSA, y fruto de ese espionaje la organización consigue información de hasta 60 millones de llamadas al mes en España.
Por supuesto, esto no sorprende en absoluto. Teniendo en cuenta la envergadura del espionaje que se produce en la actualidad en Internet, lo extraño sería que esta política de saberlo todo de todo el mundo no se hubiese llevado a cabo desde hace años. En particular, desde finales de los años setenta la NSA cuenta con varios centros de recolección de datos orientados a reunir y clasificar información sobre llamadas telefónicas en ciudades de todo el mundo, incluida Madrid. Ahora esos centros rondan los 80, y lejos de haber quedado obsoletos con la llegada de Internet, siguen siendo usados a conciencia.
Por ejemplo, la Canciller alemana Angela Merkel fue espiada incluso antes de llegar al poder en Alemania, una práctica que continuó hasta hace bien poco. Las declaraciones de la Casa Blanca en este sentido dicen mucho entre líneas, asegurando que EEUU «no espía ni espiará» a Merkel, dejando el pasado del verbo fuera de la declaración.
Pequeños detalles como ese abundan en las notas de prensa y en las entrevistas de todos los implicados, incluso de los propios afectados. Todo con el objetivo de guardarse las espaldas ante las futuras filtraciones. Al fin y al cabo el gobierno de Obama sabe exactamente qué documentos se han filtrado, así que no hay sorpresa y si mucha previsión y charlas previas con los espiados para evitar reacciones desproporcionadas.
En el caso de España, parece mas que evidente que el gobierno conocía de estas prácticas de antemano a juzgar por su tibia reacción. Todo parece orquestado para dar los pasos diplomáticos obligados en estos casos y cerrar la situación lo antes posible. Incluso el embajador de EEUU en España ya tenía desde el mes pasado la respuesta a dar a las preguntas de los afectados: «Lo que ha pasado es algo que otros hacen también». No parece que el gobierno de Rajoy vaya a necesitar mas explicaciones de parte de alguien que ha espiado y espía a sus ciudadanos; tampoco es que los ciudadanos se lo estén reclamando.
Fuente: http://www.omicrono.com/2013/10/espanoles-y-europeos-espiados-pero-contentos/