Primera página, viernes, 15 de noviembre de 2013, un año y un día después de que la ciudadana Esther Quintana perdiera un ojo en Barcelona en la huelga general del 14-N tras la actuación policial de los Mossos d’Esquadra (o de cuadra, dependiendo de la perspectiva desde la que se realice la denominación): foto del […]
Primera página, viernes, 15 de noviembre de 2013, un año y un día después de que la ciudadana Esther Quintana perdiera un ojo en Barcelona en la huelga general del 14-N tras la actuación policial de los Mossos d’Esquadra (o de cuadra, dependiendo de la perspectiva desde la que se realice la denominación): foto del presidente venezolano, en traje de campaña, subido a un carro de combate con el puño izquierdo levantado.
Comentario a pie de página (posteriormente matizado en páginas interiores, las que cuesta alcanzar o cuanto menos leer): «Maduro pide plenos poderes para librar su «guerra económica»». La entradilla: «El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, insistió ayer en la necesidad de tener poderes legislativos para luchar en lo que él llama la «guerra económica» contra la oligarquía que intenta acabar con el modelo chavista». El mandatario, prosigue la nota, que participó en unos ejercicios militares (no se indica cuando fue), «alentó otra vez la confiscación de electrodomésticos a los ‘especuladores'».
¿Hay o no hay fuerte enfrentamiento de clases en Venezuela? ¿Hay o no hay una ofensiva de las fuerzas oligárquicas que desean y aspiran a dar por finiquitada la experiencia chavista? ¿Plenos poderes o un mayor y necesario control público-estatal de la economía? ¿Plenos poderes o una nueva ley, con aprobación parlamentaria, que amplíe las competencias presidenciales para intentar atajar la crisis económica, alentada, abonada y diseñada, que ha irrumpido en el país?
¿Qué tendrá que ver lo señalado, la contraofensiva gubernamental contra los desmanes de las élites venezolanas (y sus amigos y diseñadores aliados), con la visita o participación del presidente Maduro en unas maniobras militares? ¿Qué tendrá que ver el teorema de incompletud de Gödel con las críticas a las políticas desarrollistas alocadas de Walter Benjamin?
Nada por supuesto. Pero, para El País, todo.
¿Por qué? Porque vale todo: la mentira, la tergiversación, las pseudoinformaciones, las falacias ad hominem,… Hay que arrojar, sea como sea, al basurero de la Historia, el intento y conquista popular de una democracia social y económica en Venezuela.
Este es el punto, de eso se trata. Y el País está al servicio de la causa.
Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia).
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