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“Quien se trate de acercar a su propio pasado sepultado debe comportarse como un hombre que cava. Eso determina el tono, la actitud de los auténticos recuerdos”.
“Lo que asusta a los capitalistas es la historia de los obreros, no la política de las izquierdas. A la primera la enviaron con los demonios del infierno, a la segunda la recibieron en los palacios de gobierno. Y a los capitalistas hay que darles miedo”
“Cuando el hambre los obliga a ir a bellotas, no hay quien los convenza de que cometen un delito: las bellotas, dicen, las crían las encinas, y estas son hijas de la tierra, no las han plantado los propietarios de las fincas. Tan arraigada tienen los pobres esta idea que solo por la fuerza se someten” (Alberto Merino, El obrero del campo (1912)
“Vivan los espiritistas, los monarquistas, los aberrantes, los criminales de varios grados… Viva la filosofía con humo pero sin esqueletos… Viva el perro que ladra y que muerde, viva todo el mundo, menos los comunistas”.
Manuel Linde es un silencio, una silueta incómoda, un eco inoportuno. En las factorías de la Historia se fabrican los relatos que embellecen al poder, los cuéntame que sedan la mala conciencia y la impotencia colectivas, la dulce rosquilla de los cuentos que angustiaba al poeta León Felipe. Allí, en los telares autorizados del recuerdo, también se fraguan los silencios.
11 de julio de 2012, Congreso de los Diputados. Rajoy explica desde la tribuna los nuevos recortes sociales. Justo cuando anuncia una merma brutal en las ayudas al desempleo, entre el aplauso de los suyos se alza la voz enérgica de Ana Fabra: «Sí señor, muy bien, muy bien. ¡Que se jodan!». El exabrupto revela […]
Una luz cegadora, un disparo de nieve, una fecha que apunta a la dignidad y a la transformación de esta tierra. Eso es el 25 de marzo. Un faro que ilumina otra Extremadura posible, liberada de la maldición histórica del paro, la emigración y el clientelismo. Un aldabonazo que llama a enfrentar la resignación y […]
«Conocía el campo español como los museos de Europa», dijo de ella Max Aub. Se codeó con la flor y la nata de la cultura del siglo XX, pero aprendió las verdades elementales de la época en los barrios de Madrid y en los cortijos de Extremadura. Subió a los palacios, estudió a los grandes […]