
Desde el inicio de la operación militar especial de Rusia contra el cerco de la OTAN a sus fronteras, Estados Unidos ha insistido en que “no es parte del conflicto” y que supuestamente “no desea una escalada bélica con Moscú”.
Desde el inicio de la operación militar especial de Rusia contra el cerco de la OTAN a sus fronteras, Estados Unidos ha insistido en que “no es parte del conflicto” y que supuestamente “no desea una escalada bélica con Moscú”.
¿Hay alguno de ustedes a quien no le gustan secretos revelados? Y no estamos hablando de los políticos que pagan a los medios para intimidar a sus oponentes. Hablamos de esquemas de corrupción a nivel gubernamental.
Me permito republicar un artículo publicado hace más de 12 años coincidiendo con la celebración de la 78° Asamblea General de la ONU. Trata sobre las “reformas” que se introdujeron -a comienzos del presente siglo- en el modus operandi de esa organización para hacerla más “expeditiva” y acorde con las exigencias del hegemón imperial de la unipolaridad. En la actual 78° Asamblea algunos gobernantes han elevado su voz reclamando “reformas” que “democraticen” la toma de decisiones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Lo dice Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma, para explicar las razones de la actual y definitiva disolución del poder global de los anglosajones y el final de sus 150 años de dominio absoluto. Además del cierre del ciclo histórico iniciado en el siglo XV, con Occidente como autoridad ecuménica indiscutible, al ser entonces dueño y señor de los mares.
Tres días antes de que las represas de Abu Mansur y Al Bilad colapsaran en Wadi Derna, Libia, la noche del 10 de septiembre, el poeta Mustafa al-Trabelsi participó en un debate en la Casa de la Cultura de Derna sobre el abandono de las infraestructuras básicas en su ciudad.
La 78ava. Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas que se realiza en Nueva York, confirmó algunas hipótesis pero también generó algunas sorpresas.